Maldito Andrés °Sin Corregir°

Nunca encontraré alguien como tú.

No pude dormir en toda la noche, todo lo que hice fue pensar y ver la relajada expresión de Donnie.

"Sólo somos amigos", en realidad no sé qué somos, no sé por que dije esas palabras, tal vez me sentí herida o fueron ce... No, ni siquiera puedo decir la palabra completa.

Me levanto de la cama con mucha delicadeza para no lastimarme y me acerco a la ventana de mi habitación.

El sol sale triunfante y lo aprecio por unos minutos hasta que escucho la ronca voz de mi amigo.

-Manuela, no has dormido en toda la noche- me giro y lo veo sentado en el borde de la cama mientras bosteza.

Camino hasta quedar a su lado y me siento.

-No tenía sueño- digo mirando la pared.

Él no dice nada, pasa su mano por mis hombros y me da un suave beso en la mejilla.

-Debo irme a casa, tengo que bañarme y demás- dice- por favor no te hagas más daño, ten mucho cuidado, te quiero- vuelve a hablar y sale de la habitación con una amplia sonrisa.

Me levanto de nuevo con mucho cuidado, tomo una toalla y entro al baño.

***-***-***-***

Paso muy poco tiempo en la ducha, pues la herida me ardía cuando el agua caía.

Me visto y saco algunos medicamentos y pomadas del botiquín.

Bajo las escaleras con lentitud, mis padres no se encuentran en casa desde ayer y eso se me hace algo raro.

Cuando por fin bajo todas las escaleras, me acerco al sofá y dejo caer los medicamentos sobre el.

El timbre suena, de lo único que estoy segura, es que no son mis padres. Ellos tienen llaves del departamento.

Giro el pomo de la puerta, la abro y veo a Andrés con una expresión indescifrable.

-Hola, ¿que haces a...- no pude terminar la pregunta, sus labios están sobre los míos buscando aprobación.

Sigo el beso y pongo mis manos en su cuello mientras Andrés rodea mis caderas con sus manos.

Deja de besarme y me abraza, como si me necesitara.

-Nunca encontraré alguien como tú- musita y me abraza con más fuerza. Acaricio su espalda con suavidad y beso su clavícula.

-Déjame explicarte, por favor- pide con la voz quebrada y me mira con el ceño fruncido.

-No tienes que hacerlo, te creo, sé de lo que Megan es capaz- lo tranquilizo y le doy un pequeño beso en los labios.

Él me besa de nuevo, sus labios se mueven con más delicadeza, cariño y suavidad.

Andrés baja su mano hasta mi trasero y lo aprieta haciéndome soltar un pequeño gemido, sigue bajando pero toca mi herida causando que me separe de él rápidamente ahogando un grito.

-Lo siento... ¿Por qué tu herida se ve peor que antes?- pregunta y se arrodilla a la altura de mi pierna.

-Me caí de la moto- respondo.

-Eso pasó cuando te marchaste del hospital, ¿cierto?- pregunta de nuevo. Se levanta y me mira con expresión seria.

-Sí, pero no fue tu cul...- intento explicar pero como era de esperarse me interrumpe.

-Claro que fue por mi culpa, si solo le hubiera dicho a Megan que se largara en el momento que entró a mi habitación, tú no hubieras...- lo beso.

-No fue tu culpa, fue mía por manejar a alta velocidad- digo insistente- estaba por hacerme curación, puedes hacérmela tú- le propongo.

Él niega con la cabeza y mira hacia otra dirección intentando calmarse.