Baby mamma |j.b|

cincuenta.

Iba a toda velocidad por las casi vacías calles de California, mis ojos no dejaban de derramar lágrimas y un sollozo desesperado salio de mis labios al ver al niño dormir plácidamente en su asiento de seguridad por él restrovisor.

Esa maldita llamada había tirado todo mi maldito mundo a la mierda. Todo se derumbo en menos de dos segundos, él corazón me había caído a los pies y mis ojos habían comenzado a lagrimear al instante.

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—Señor Bieber, la señorita Hall se encuentra en estado critico en él hospital central tras sufrir un accidente y salir expulsada del auto.

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Salí rápidamente del auto tomando al niño, prácticamente corrí a recepción y preguente por mi chica. La enfermera rebuscó varios segundos en los archivos y al momento que me miro a los ojos y luego al niño dormir sobre mi supe que todo iba demasiado mal.

—Señor Bieber, Maggie callo en estado de coma — me pase una mano por la cara y comencé a llorar —Tuvo fuertes contusiones en la cabeza al salir expulsada del auto, tiene rotas dos costillas y un pulmón fracturado. No puede respirar por si misma por lo tanto las maquillas es lo único que prácticamente la mantienen viva. Lo siento señor Bieber — me abrace al niño y me fui a sentar con él en la sala de espera.

Joder ¿Porque? Las cosas iban tan bien, ella me había dicho que me amaba y ya hasta me ponía emoticones. No puede dejarnos, no puede dejar al niño. ¿Como mierda sobrellevaría esto? Ojala fuera yo en lugar de ella, malditasea si tan solo la hubiera acompañado a esas malditas compras.

No puedo, siento que todo se me viene encima y de tan solo pensar que no pueda tenerla mas me dan ganas de morir junto a ella pero ese pensamiento desaparece al ver al niño dormir sobre mi. Ageno a todo, ageno a que su mami esta casi sin vida en esa puta camilla.

Tome mi teléfono y llames a mis padres para luego llamar a los de Maggie. Ya mañana al medio día estarían aquí, mis padres llegaron media hora después y les entregue al niño aun dormido. Necesitaba verla, joder no quería pensar que tal vez no vería su sonrisa nunca mas. La vida es tan injusta, tan injusta con las personas tan buenas y extraordinarias como ella.

—¿Puedo pasar a verla?

La enfermera asintió y me guió donde ella. Había un cristal que me dejaba ver hacia dentro y mi corazón se hizo mierda al verla tan pálida y sin algún movimiento. Entre a la habitación y segundos después la enfermera se fue. Camine lentamente hacia ella sollozando, no quería pederla, no así puta madre.

Tome su pálida mano y bese su frente empapándola de lágrimas. Tenia dos parchos en la frente y los labios un poco rotos. Si le viera llorar así me diría que soy un marica y que dejara de llorarla. La amaba mas que a mi maldita vida, la daría por ella una y mil veces si fuera necesaria y me hacia sentir impotente no poder cambiar esta mierda. No poder ser yo en vez de ella.

(Escuchen Purpose desde aquí)

—Hola bebé, estoy aquí — dije con la voz entrecortada —No voy a dejarte sola ¿de acuerdo? Pero tu tienes que luchar, por nuestro bebé que aun esta muy pequeño y te necesita. Yo te necesito por favor.. — estalle —No nos dejes, Maggie. ¿Como le voy a decir al niño que su mami se fue al cielo? ¿Que ya no lo arropara mas en las noches y que ya no estará para darle besos? ¿Que no iremos por él helado o él primer día en él kinder? ¿Como voy a vivir sin ti Maggie? Te amo, te amo con mi puta vida. ¿Quien coño me va a decir lo idiota que puedo llegar a ser? Yo solo no puedo ser él héroes de Nicolás, nena — estaba tan desesperado, no podía simplemente no podía parar de llorar. Me dolía demasiado verla en aquel estado.