20. Final

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Me preguntaba por qué había vuelto si Juan se encontraba bien

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Me preguntaba por qué había vuelto si Juan se encontraba bien.

El saber que el estaría aquí, me hizo sentir triste otra vez.
Estaba decidida a sacarlo de mis pensamientos y el decide aparecer nuevamente.
Supongo que pronto sabrá que he cancelado la boda.
Aunque no creo que eso interfiera en sus sentimientos, ya que el ya tomó una decisión.

El viaje se me hizo eterno. Lucas se percató de mis nervios, pero no dijo nada.

Al llegar mi madre me esperaba afuera.

—Hija, has vuelto—me dió un fuerte abrazo y luego besó mi frente.

—Hola mamá—le sonreí ampliamente.
Echaba de menos a esta mujer más que a nada.

—¿Cómo estás mi niña?

—Bien mamá, mucho mejor.

Fijé en mi mirada en la casa de los Martínez por un momento.

—Supongo que ya sabes que el ha regresado ¿Verdad?

Asentí con la cabeza.

—No quiero verlo aún, vamos adentro por favor mami.

Lucas tomó mis maletas y las acercó a la casa.

—Ya me iré. Las dejaré a solas, deben tener mucho de que hablar.

Corrí a abrazarlo.

—Gracias, por todo—dije y lo miré a los ojos.

—Te quiero Julia. Siempre serás una de las cosas más lindas que me han pasado. Quiero que seas feliz.

Limpié las lágrimas de mis ojos y lo dejé ir.
Era una etapa en mi vida que había finalizado y me sentí nostálgica al verlo partir.
¿Qué pasaría con mi vida ahora?
Intentaba, en vano, quitar a Adam de mis pensamientos.
Estaba muy enfadada con el. No quería verlo.

Mi vida era diferente ahora.
Tanto Lucas como yo, tomaríamos caminos por separado, lo que implicaba mudarnos e ir por nuestras cosas.
Me quedaría unos días en casa de mamá y mientras buscaría un departamento.

Pedí a mi ex suegro la oportunidad de volver a trabajar en una semana, necesitaba mantener mi mente ocupada y rearmar mi vida.

El sabía que había vuelto, aún así no había aparecido por casa.
Así que un día que lo vi irse, decidí visitar a los Martinez. Los echaba de menos y quería saber como estaba Juan.

Entré lentamente a la casa y me sorprendí al ver a Juan parado junto a la cocina haciendo un té, mientras cantaba y dentro de lo que el cuerpo le permitía, el bailaba.

Sara lo miraba, sonriente y enamorada y por un momento envidié eso.
Me gustaría que alguien me ame de esa manera, que luche contra las adversidades a mi lado y comparta mi felicidad en cada instante de mi vida.
Nos imaginé a Adam y a mi siendo ancianos, viviendo en una humilde casa, envejeciendo juntos y viendo correr a nuestros nietos por el jardín.
Mi corazón dolió al darme cuenta de que eso no pasaría.

Votos De Amor © (Terminada, En Edición)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora