Un doctor de renombre.
Llega a trabajar al hospital más importante del país.
Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar.
Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo.
El destino los junta...
-¿Cómo que no puedes ayudar?- digo enojado. Estoy en el hospital, mas precisamente en la oficina del Augusto, el director del lugar. Un gran amigo y profesor en mi carrera.
-Cristian no puedo permitir que tu madre haga la prueba de ADN- dice sentado en su escritorio. Cada vez más, mi enojo crece.
-ella pediatra puede hacer esa prueba- gruño.
-sé que puede hacerla porque tiene las condiciones para eso, pero no quiero que haya conflicto de intereses. Si ese pequeño es tuyo, debe hacer la prueba alguien neutral- dice tranquilamente. Le conté lo que había pasado con la pequeña sorpresa en mi departamento.
-pues consigue a una- le digo.
-Cristian, la cirujana infantil llega hoy, en unos minutos debería estar aquí. Sabes que no cuento con personal y el que tengo lo tengo con mucho trabajo- me dice.
-Augusto no estoy pidiendo una cirujana sino una pediatra- digo mientras paso las manos por el cabello.
-ella es pediatra y su especialidad es cirugía infantil- me dice.
-pues entonces cuando llegue mándala con mi madre. Necesito esto con suma urgencia- gruño.
-sabes que esto se demora una semana- dice serio.
-con dinero baila el perro- le digo. Veo que niega con la cabeza y suspira pesadamente.
-está bien. Habla con los chicos de laboratorio. Ellos pueden ayudarte- cuando llegue la doctora le diré que hable con Grace. No diré nada, eres tu quien tiene que contarle a ella y si no quiero no la puedes obligar- me dice.
-lo hará. Créeme que lo hará- digo enojado.
-debes controlar ese carácter de mierda que tienes- me dice.
-me controlare cuando tenga esa estúpida prueba de ADN en mis manos- le digo. Me levanto de golpe y comino hasta la puerta.
-Cristian, por Dios, contrólate...- escucho que me dice pero ya es tarde. Salgo sin importar quien se me cruza en mi camino. Mi misión es llegar al laboratorio para llegar a un acuerdo y que la estúpida doctora llegue luego.
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El laboratorio está llena de gente esperando que le entreguen sus exámenes y otros entregando muestras mientras le dicen la fecha en que lo tienen que venir a buscar. Busco con la mirada al jefe de laboratorio hasta que lo encuentro.
-señor Droguett, necesito hablar con usted- digo seriamente.
-doctor Grey. Que sorpresa verlo aquí pero dígame- dice animado. Es un hombre de unos 60 años y se conserva bastante bien.
-quisiera hablar en privado, por favor-
-claro. Sígame a la oficina- me guía hasta una sala pequeña, con un simple escritorio donde se encuentra un computador y unas cuantas sillas.
