Capitulo 69

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POV CRISTIAN

-estás rara- le digo a Ana. Hace tres días que llegue de San Francisco y esta extraña. No sé qué es pero mi sexto sentido me está diciendo que algo me está escondiendo. Esta mujer es más transparente que el agua.

-no es rara, solo cansada. Los fines de semanas son así. Los niños nos tienen para ellos solos y hacen lo que quieren con uno. Pero ya me recuperare. Además con el asunto de mis vacaciones tengo que dejar todo al día, bueno, lo que más pueda- dice sentándose a mi lado.

-¿Estas muy atrasada?- le pregunto. Un médico cuando se va de vacaciones, intenta por todos los medios dejar todos los casos listos pero a veces no se puede. Hay procedimientos en lo que se debe coordinar pabellón, anestesistas, recuperación de anestesia y más. Es complicado dejar todo al día.

-no mucho. Solo que hay dos casos algo raros y estamos con mucho exámenes. He hablado con Menares para crear un grupo de trabajo y así poder ir descartando diagnósticos. Él me dijo que lo pensaría pero no lo escuche muy seguro- dice acurrucándose en mí.

-Menares ha cambiado bastante por lo visto- digo mientras juego con su cabello.

-más que cambiar creo que está cansado. Hay mucho medico nuevo que no lo respeta y se está aburriendo de eso. Lo único que quiere es que el hospital sea como antes pero la verdad, es que está costando que el hospital vuelva a ser lo mismo sin ti- la miro sin entender.

-¿Qué es lo que quieres decir con eso ultimo?- digo. Me muevo para quedar frente a frente. Me gusta verla cuando hablo con ella.

-desde que te fuiste el hospital ha perdido credibilidad y ha hecho que muchos de los pacientes se vayan a otros hospitales. Son pocos los casos complicados que llegan y el hospital, bueno, ya no sale en tantas revistas como antes. No te estoy culpando de esto pero... ya nada es igual- dice suspirando.

-tranquila. Hay veces en que pasa esto. Los médicos cambian, las reglas cambian y ocurren estas cosas. La gente comienza a desconfiar y se terminan yendo. Pero hay un dicho muy bueno en ese aspecto, el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen. Es sencillo, cariño. No hay ninguna cirujana pediátrica como tú y por eso, tus pacientes no te han abandonado- digo pero veo que no está segura. Algo está pasando por esa cabeza.

-¡Mami! ¡Mami!- grita Teddy. Ana se levanta rápidamente y llega hasta la habitación del pequeño. Esta sentado en la cuna mirando a la ventana. El pequeño sonido de un chillido capta la atención del pequeño y, en un ataque de miedo, levanta los brazos en dirección a Ana. Ella lo carga, intentando tranquilizarlo pero esta aterrado.

-bebé, tranquilo. Estoy aquí y papá también lo está- dice mientras lo mese. A los segundo veo un movimiento proveniente de la puerta y me rio cuando veo que Lu, llega con un palo de béisbol en las manos.

-Lu, ¿Qué traes en las manos?- digo. Ana capta lo que le digo y mira en nuestra dirección. Al principio se sorprende pero luego sonríe. Dios, mis hijos son únicos.

-un palo- dice seguro. Cuando nos ve, deja el palo de lado y pide que lo cargue. Lo tome y siento ese leve tirón que antes no sentía en la espalda. Se nota que ha crecido como se debe.

-creo que por esta noche, debería llevarlo a la habitación. Está asustado- dice Ana indicando a Ted.

-deberíamos llevar a los dos. No quiero que se pongan celoso. Además, tengo una idea de porque Ted esta tan asustado. Mañana trabajare en la casa, me he dado cuenta que hay cosas que están en mal estado y necesitan ser arregladas con urgencia- digo. Ana mira a Ted y luego a mí. ¿Qué está pasando por su cabeza?

-¿Te pondrá un overol?- dice con voz ronca.

-no pero si quieres podría hacerlo. Creo que en la habitación de herramientas hay varios de ellos. ¿Por qué? ¿Tienes algún plan del cual me quieras hacer partícipe?- sus mejillas se tornan rojas como una manzana y debía la mirada. Mi mujer es sensual físicamente pero sexual mentalmente.

Reanimando su corazón: Cristian y AnastasiaWhere stories live. Discover now