Un doctor de renombre.
Llega a trabajar al hospital más importante del país.
Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar.
Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo.
El destino los junta...
Dios, esta mujer me está sacando de quicio. No se intimida conmigo y mucho menos con mi voz fría. Debo reconocer que es muy buena como pediatra y hasta mi madre me dijo que era única.
Cuando me pidió que me quitara la camisa, casi me da un ataque. ¿Cómo se le ocurre tan salvaje idea? Ella me explica lo que quiere hacer y aunque me parezca descabellado, lo hago.
El pequeño cuerpo tibio del bebé, se siente extraño pero cálido. Sentir como su pecho baja y sube, hace que algo nazca en mí. ¿Qué mierda está pasando conmigo?
El teléfono del box suena y todos nos tensamos. La doctora habla y pide que si lo puede mandar a la impresora y le dé su clave, ya que todas las impresoras están conectadas en la red y se puede imprimir en cualquiera siempre y cuando se tenga la clave.
-bueno señor Grey, el informe dice que usted y Lucían tienen un 99.9% de probabilidad de ser padre e hijo respectivamente- dice sonriendo.
-¡Sabia que ese bebé era mi nieto! ¡Es una copia tuya, Cristian!- dice mi madre animada.
Suspiro. Muy en el fondo de mi pecho, sabía que ese pequeño era mío.
-¿Qué haremos ahora?- dice mi madre.
-pues... quiero que Lucían se quede unos días en el hospital. Mientras hacen los papeles para reconocerlo quiero que se quede unos días en el servicio de neonatología- dice la doctora.
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-¿Por qué?- ladro. Estoy enojado ahora.
-Lucían necesita cuidados que usted ni podrá darle, ya que usted trabaja aquí, por ende, trabaja por turnos. Es solo por eso. Son solo unos días, hasta cuando usted pueda ordenar su calendario- dice. Frunzo el ceño.
-eso sería una gran idea. Hijo, habla con Menares. Él te puede ayudar- dice mi madre.
-de acuerdo. ¿Quién lo puede tomar?- veo que la doctora busca un trozo de papel y lo coloca en su hombro. Toma al pequeño y lo coloca en su pecho y comienza a golpear suavemente su espalda.
-le estoy sacando los gases- dice cuando ve mi ceño fruncido.
-Cristian, eres médico. Has visto esto antes, ¿Qué te pasa?- me dice Grace.
-no lo sé. Supongo que ahora que soy padre, las cosas que no eran importantes en su momento, ahora lo son- digo de mala gana. Un toque en la puerta hace que giremos a ella. Aparece Menares algo preocupado.
-permiso. ¿Cómo están saliendo las cosas?- pregunta.
-son padre e hijo. Además quiero que el bebé se quede unos días hospitalizado. Hay algo que no me está gustando en los exámenes y quiero que lo mantengan vigilado- dice la doctora.
-¿Qué cosa? No nos habías dicho nada de eso- dice mi madre.
-bueno... el sedimento de orina muestra que tiene un infección urinaria por mala higiene y además un infección urinaria por aguante. Algo en el bebé está haciendo que le retenga y no haga. Puede que este estreñido o simplemente estresado o falto de amor. Aun no lo sé. Necesito tenerlo en vigilancia- dice seria.
