Capitulo 68

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POV ANASTASIA

-¡No! ¡No! ¡No!- digo observando todas las pruebas que hay en el baño. Esto está mal. Le dije que no quería hijos por varios años más pero Dios, él y todos los ángeles no están de acuerdo.

-¡Te odio Cristian Grey! ¡Te odio a ti y a tus estúpidos pero inteligentes renacuajos!- digo. Paso mis manos por el cabello intentando controlar el enredo de emociones que tengo en este momento.

Ted apenas tiene un año y cinco meses, no tengo más paciencia como para sumar otro bebé. Esos dos niños han llevado mi paciencia a un límite que jamás espere llegar.

Trabajo con niños pero estos dos, se ganan un Oscar.

Han hecho cosas que jamás me podría haber imaginado. Hace unos días, Lu, aprendió el sistema de regado de la casa. Al principio pensamos que solo estaba jugando con los botones pero no. No me pregunte como una criatura de unos 90 centímetros, aprendería como usarlo. Me tomo casi 2 semanas aprenderlo pero él, solo unos minutos.

La gran sorpresa fue que dejo funcionando toda la noche el agua y en la mañana era un lodazal. Cristian puso el grito en cielo pero no por la inundación, sino porque Teddy, Lu y Rubio salieron a jugar con el lodo. Tenían hasta dentro de la orejas lodo.

Me dio una tentación de risa cuando, Teddy se enojó y se convirtió en un mini Cristian, coloco sus manos en las caderas y con toda su personalidad, me dijo:

-¡No mami! ¡Mi oído, mi odo! ¡Yo, suso!- juro por lo más sagrado que tengo, que intente controlar mi risa pero no pude. Al final, Lu lo convenció de darse un baño. Ese fue otro tema, al principio no querían entrar y después no querían salir.

Hemos cubierto todos los puntos que hemos podido en relación a los cuidados de los bebes. Siempre hay alguien que se puede quedar con ellos. Grace es un siete con ellos, los cuida, los mima y siempre tienen panorama cuando están a su cargo.

Pero con esto, no creo que pueda. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no en unos cuantos años más?

La ciencia no funciona. Nunca he dejado mi tratamiento, fiel y constante. No entiendo porque paso esto. No voy a tentar contra su vida, va contra mi ética pero no sé qué hacer.

Un bebe es bien recibido donde sea y como sea. Si Dios lo mando, lo tendré que aceptar, aunque le toque al señor yo lo puedo todo hacerse unos cortes en ciertas partes.

Nos ha costado funcionar este año. Hemos tenido muchos problemas de horario. Mi trabajo es demandante y tengo que cumplir horarios y Cristian, también.

La empresa está creciendo mucho más rápido de lo que pensaba. Ha tenido que viajar fuera de la cuidad y eso nos ha descuadrado el panorama. Lo bueno es que Grace y Mia, nunca nos han dicho que no. Además, mi cuñada quiere tener familia pronto. Su pareja, la apoya en todo y lo van a comenzar a intentar en un par de meses más. Debe dejar el tratamiento y ese desajuste hace muchos cambios en la mujer.

Lo bueno es que me faltan unos días para salir de vacaciones. Nos vamos por 2 semanas a una cabaña en la playa. No es de las típicas cabañas que acostumbra a ir Cristian con su familia, más bien, es sencilla pero muy acogedora. Me interesa que mis niños no piensen que el dinero lo es todo, son pequeño y deben aprender desde pequeños a comprar, ser generoso y olvidarse de la envidia. No es bueno ser malo en esta vida.

Me siento en el suelo del baño a pensar se voy a hacer. Sé que cuando le diga a Cristian que seremos padre de nuevo, saltara como niño pequeño pero no estoy lista. No es que no quiere un bebé pero esto es muy rápido. Calculando el tiempo, no debo de tener más de unas semanas.

-mami... bano bano ugente- dice Lu golpeado la puerta. Olvido mis problemas y abro la puerta.

-entra y veamos cual es la urgencia- el entra casi corriendo al baño. Esta la bacinica a un lado del baño y me rio cuando se baja los pantalones junto con sus pequeños boxes. Se sienta y comienza a hacer su urgencia. Teddy llega a los segundo, todo sucio por culpa de una paleta helada de frutilla. Lo tomo en mis brazos y le lavo la cara y las manos. Ya no le queda nada de helado. Es solo la evidencia del vicio.

Reanimando su corazón: Cristian y AnastasiaWhere stories live. Discover now