Un doctor de renombre.
Llega a trabajar al hospital más importante del país.
Ella, una simple doctora recién titulada, con una abuela bastante peculiar.
Solo tiene en su cabeza conocimientos y muy poca experiencia en el cuerpo.
El destino los junta...
Me duele la cabeza. Esa mujer me tiene con los nervios de punta. ¿Qué más quiere que haga? No soy obstetra. Me pidieron ayuda y pedí que me acompañara el ginecólogo de turno que tiene especialización en obstetricia. Él dijo que todo estaba bien. Yo estaba más por el bebé que por ella. No soy médico de adulto. Cierro los ojos y cuando doy la vuelva, me mareo bien feo.
-doctora, ¿está bien?- me dice Martín.
-si. Solo me maree un poco- digo mientras restriego mis ojos.
-está muy pálida. Voy a buscar algo dulce para que coma. Para mí que se le bajo el azúcar- dice. Me ayuda a llegar al escritorio, me deja sentada y luego se va.
Cierro los ojos y respiro profundamente. Necesito poder controlar estos mareos. Estaré feliz cuando el tercer mes se acaba y todos los malestares se vayan, aunque nada me dice que se irán. Hay cosas bonitas pero otras desagradables, como lo son los mareos, náuseas y vómitos.
-doctora, hay una personas que quieren hablar con usted- dice una enfermera.
-¿Quiénes?- digo.
-están en el pasillo. Son dos mujeres jóvenes y una de ella me dijo que se llamaba Pandora- cierro los ojos. Tenía un mal presentimiento pero me equivoque con la persona. Me levanto y camino hasta llegar el pasillo. Me sorprendo que veo a una mujer un poco más alta que yo, morena con unos ojos azules muy bonitos. Se perecen a los ojos que tenía Lucían cuando llego al hospital.
-buenos días. ¿Qué puedo hacer por ustedes?- digo frunciendo el ceño.
-bueno queremos hablar con la causante de que una menor de edad se esté muriendo en una cama de este hospital- dice y cierro los ojos.
-y según ustedes, ¿Qué fue lo que hice para que este muriendo?- digo mirando a las dos.
-pues cuando la opero, los puntos no quedaron bien y se abrieron cuando llego a la casa. Es una inconsciente al verle dado el alta cuando ella no estaba lista, por eso esta donde esta- dice la mujer con mala cara.
-¿Quién firmo los papales de alta de su hermana?- digo seriamente.
-mi madre- dice y sonrió.
-¿saben leer?- pregunto.
-¡Claro que sabemos leer! ¿Por qué nos hace pregunta?- dice.
-para que sepa, en todos los pabellones hay cámaras y se graban los procedimientos para casos como este. Le explico, yo solamente hice las suturas porque en resumidas cuentas, la piel de su hermana no era de las mejores condiciones. El ginecólogo, especialista en obstetricia, me pidió ayuda para cocerla. El medico principal fue él, yo solo fui el apoyo. Además, luego de la sutura, el medico dio el visto bueno y pase al paciente que me interesaba, que era el bebé. Los cuidados, las curaciones y los medicamentos se hicieron en el servicio que correspondía, en este caso, ginecología. La persona que la dio de alta, fue el ginecólogo, no yo. El nombre del médico está en el egreso que queda en la ficha, en la ficha y en la copia que se lleva el tutor- digo con calma.
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