Capitulo 64

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POV CRISTIAN

La casa está en silencio. No hay llantos, no hay risas, no hay nada. Ana se fue anoche con lo bebés dejándome solo. Me siento en el sillón de la sala donde pienso en mi vida.

Era todo lo que quería: el mejor médico de la cuidad pero no fue hasta que Ana llego a mi vida que sentí lo que verdaderamente quería. Podía ser el más idiota del mundo en pabellón pero con ver su sonrisa cuando llegaba después de un turno horrible, era lo mejor que podía tener.

Mis hijos, maldita sea, mis pequeños han pasado lo que no tenía que vivir conmigo. Ellos no merecían recibir mi rabia, mi pena y mi frustración. Ellos no, solo son unos pequeños que necesitan reír y ser feliz porque así debe ser la niñez.

Me dejo caer en el sillón y veo mi mano. Esta estúpida mano que me está generando demasiados problemas. ¿Qué culpa tiene mi familia? nada, porque yo elegí perderlos. Nadie me puso una pistola en la cabeza, solamente fui yo.

Busco el control del equipo de música y lo enciendo. No quiero pensar más, he pensado demasiado en las cosas en los últimos meses para hacerlo más. Lo único que gane con eso, perder a mi familia.

No tengo ni idea en que estación esta puesta pero inmediatamente las letras provocan algo en mí.

Desde el primer momento en que llegaste. 

Mi mundo cambiaste para así quedarte.

Ya nada es igual, no es más fácil.

Tú me has desarmado y yo me he enamorado,

Quien lo habría pensado.

¿Pues quién manda en el corazón?

Malditas canciones que me hacen sentir peor de lo que me siento. Es exactamente lo que ha pasado desde que Ana llego a mi vida. Me cayó mal, su forma de desafiarme, de responder y de hacerme sentir como un idiota, lo odiaba pero a la vez me atraía. No me di cuenta el momento exacto en que las cosas cambiaron, simplemente me di cuenta que estaba enamorado de ella.

Somos como de mundos diferentes

Pero tenemos algo y no puedo explicarlo,

Yo me dejo llevar por la gravedad,

De sentí tu piel y querer saber... que se siente,

Amar así de fuerte,

¿Pues quién manda en el corazón?

El día que la convertí en mi mujer, mi corazón volvió a latir. No quería volver a amar, por miedo a que me volvieran a dañar pero... nada importo. Ella derribo todas mis murallas y se adueñó de mi corazón. Reanimo mis ganas de amar que estaban muriendo y las dejo con vida para seguir con esta relación.

Una relación que estoy destruyendo.

No quiero sentirme solo. La soledad solo ayuda a que la gente vea las cosas de una manera diferente. Incluso la soledad puedo hacer que una persona que está mal, pueda tomar la decisión de atentar contra su vida y no hay nadie que lo pueda evitar.

Simplemente necesito dejar de pensar. Quiero que Ana vuelva a mí, la necesito más que a nada en este mundo. Necesito a mi familia, a mis hijos pero tengo miedo de fallar.

Reanimando su corazón: Cristian y AnastasiaWhere stories live. Discover now