Capítulo 5: impulsos

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Soy un imbécil, soy un tremendo imbécil y ahora me estoy regañando a mí mismo, a mi propio hermano lo rechace y ahora estoy completamente solo en casa, odiaba eso, aunque no hubiera hablado mucho con el últimamente su presencia me acompañaba y no me sentía tan solo, este día empezó casi tranquilo si tan solo no los hubiera visto a ellos juntos esta mañana, cuando fui a la escuela Sora llego algo atrasado por culpa de su hermano pero aun así me saludo con una sonrisa y no prestamos atención en clases pues nos pusimos a comer los dulces que a mí también me gustaban, más tarde no pude ver mucho a Naminé pues se enfermó del estómago después de comer unos dulces que le ofreció Sora a lo cual sigo insistiendo no tenían nada pues yo también los comí y estoy bien, a la salida íbamos a salir juntos yo y mi rubia pero ella me cancelo a último momento diciendo que aún se sentía mal, en resumen el castaño estuvo a mi lado en cada momento del día pero cuando le conté lo que hice me dio una mirada de decepción y sentí que el mundo se me caía encima, no quería esa mirada...no ahora...no dé el.

Ahora me encuentro en la sala de mi casa abrazándome a mí mismo completamente a oscuras dándome cuenta de mis errores, necesitaba a alguien a mi lado, quería tener a Naminé y la tenía en mis pensamientos pero ella se borró y la imagen de Sora apareció, intente apartarlo de mi mente pero tampoco quería pues en realidad me calmaba, sin darme cuenta las luces se encendieron y vi como una figura me miraba.

-No deberías estar a oscuras, pensé que habías salido o alguien entro a atacarte-me regaño Sora aunque podía ver un gran alivio en su mirada, iba a preguntar como entro pero vi un llavero del cual colgaba una estrella verde y supe que uso las llaves de Ventus, iba a decir algo pero el desapareció por las escaleras para entrar en una habitación y yo lo seguí, estaba metiendo en un bolso mucha ropa de mi gemelo y temía que algo le hubiera pasado.

-¿Qué ocurrió con Ven?, debió llegar hace unas horas-dije con un tono de exigencia aunque la verdad estaba preocupado, Sora me miro otra vez con decepción y yo me sentí peor, cuando escuche "se quedara con nosotros ya que no desea verte" me rompí en pedazos, no sentí cuando el salió de la casa pues estaba metido en mis ideas, baje a la sala nuevamente y me puse a ver televisión para quitar las ideas pero no lograba que la culpa de mis actos me atacaran continuamente, paso una media hora en que estuve como ido a otro lado hasta que unas suaves manos taparon mis ojos, me asuste por unos momentos y estaba a punto de gritar pero una fragancia me decía que no era peligroso.

-Adivina quién soy-me susurro una voz en mi oreja y esa no la podría confundir, retire las manos con cuidado y me encontré con el rostro sonriente de Sora, lo observe mejor y se veía agitado por estar corriendo, llevaba un bolso diferente y también su mochila de la escuela.

-¿Qué haces aquí?-pregunte aunque mi tono en vez de sonar agradecido más bien era de molestia, no sé qué me pasaba pero debía cambiar mi actitud o el me abandonaría y realmente no deseo eso, mi sorpresa fue mayor en cuanto el me revolvió los cabellos y se rio de mis expresiones.

-Estaba en mitad de camino cuando pensé, Roxas pasara solito toda la noche y yo su más querido y mejor amigo no estoy a su lado, así que llegue a mi casa tome mis cosas y corrí hasta aquí para pasar la noche-respondió con un tono demasiado exagerado que me hacía reír, se sentó a mi lado para ver la televisión...demasiado cerca para mi gusto pero yo aún estaba feliz por lo considerado que fue conmigo, después de ver tanta televisión fuimos a hacer algo de comer aunque yo ocasionaba demasiado desastre ya que es Ventus el que me alimenta, debo admitir que Sora cocina delicioso y se lo dije a la cara a lo cual él se sonrojo algo apenado aunque me prometió hacer mi almuerzo para la escuela algún día, fue un lindo gesto y lo admito.

ObsesiónWhere stories live. Discover now