Capítulo 10 Esperanzas parte 1

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Creo que ya se lo que sintió Roxas cuando perdió a Naminé, ahora yo había metido la pata en todos los puntos de vista posible y ni siquiera podría ser un simple amigo, debido a esto entre en una enorme depresión y he faltado a clases toda esta semana, Vanitas también ha estado preocupado por mí y no ha salido con Ventus para venir a cuidarme, eso solamente me hace sentir peor pues seguramente su novio me debe odiar por estar alejándolo de él, en más de una ocasión estaba seguro de que deseaba venir a quedarse con Van pero yo sabía de qué si veía una imagen tan parecida a Roxas no sé qué haría, la culpa es tal que nuevamente escucho esa voz tachándome de cobarde por no haberme quitado la vida...tengo miedo...esa voz únicamente desaparece cuando alguien más está a mi lado pero es tal mi desesperación que múltiples veces me he lastimado mis brazos para calmarme o para callarla.

Si no fuera por mi prima o mi hermano que están a mi lado lo más seguro es que estaría muerto en estos momentos, cada uno hizo sacrificios para cuidarme pues Iris cancelo sus clases para sanar mis heridas o alimentarme adecuadamente pues he perdido todas las ganas de comer y he bajado mucho de peso, según me dijo Vanitas, Roxas había regresado a clases a pesar de lo que hice pero que no parecía el mismo, se quedaba solo en los recreos y en más de una ocasión vio como tomaba el camino hacia nuestra casa pero se arrepentía a medio camino con una mirada de impotencia...no es justo para él, debo ser yo quien reciba un castigo, YO debería sufrir y no el pero al parecer es muy tarde para desear que todo sea como antes.

En todo este tiempo me he puesto a pensar demasiado y creo que debería meterme en un manicomio pues realmente estoy loco, me he lastimado, he asesinado, he usado drogas con mi amado y solamente por una persona común para otros pero para mí él es el mundo entero, inclusive anoche comencé a llorar nuevamente mientras abrazaba con fuerza el álbum sin dejar de gimotear su nombre, deseaba que entrara por esa puerta y me dijera que me perdonaba y podía volver a ser su amigo, que no me quería lejos de su vida pero era una simple ilusión de un desesperado, aunque él dijo que no me podía odiar yo sabía que lo intentaba y eso me desesperaba cada vez más, finalmente llego el amanecer...así es todo esto lo pensé mientras intentaba dormir pero hace tres días que no he logrado hacerlo, espere unos momentos más y la puerta se abrió.

Iris entro en mi cuarto y yo escondí el álbum, vio como me encontraba y al igual que una madre se acercó a mi apoyando mi rostro en su pecho mientras acariciaba mis cabellos para que me calmara, apenas lo logre ella me dijo que debería darme un baño para calmarme mientras preparaba mi desayuno, sin deseos de contradecirla fui a hacerlo, apenas llegue me desnude y me mire al espejo observando lo patético que me veía, en verdad adelgace demasiado pues ahora mis costillas se notaban más, mis ojos llevaban unas grandes ojeras por la falta de sueño y mi llanto, decidí no mirarme más y coloque un tapón en la tina para poder lavarme, espere a que estuviera listo y comencé a asearme esperando que el baño me relajara.

"¿A quién engañas? Tu crimen no tendrá perdón y lo sabes, debiste haber terminado con tu maldita vida en vez de esperar algo imposible"

Me termine de lavar lo más rápido posible aguantando esa molesta voz pues esta vez no estaba dispuesto a preocupar tan temprano a mi familia y menos en un sábado, todos menos yo tenían planes y no pensaba arruinárselos esta vez, me revise al espejo y vi que mi aspecto horrible había mejorado un poco, me seque y me coloque una ropa cómoda antes de bajar a la sala.

Vi a mi hermano desayunando con tranquilidad mientras me saludaba con la mirada, mi prima había hecho panqueques para animarme y en verdad se lo agradezco pero no comí gran parte por mis problemas emocionales, intentaba entablar con ellos una simple conversación y me dijeron sus planes, Vanitas iba a pasar el día con su novio pues él lo había estado amenazando con ir a nuestra casa y quedarse ante la puerta hasta que salieran, ¿soy yo o ese rubio está obsesionado con mi hermano? pues desde que me conto sobre lo que le hizo a esas personas no dejo de pensar en ello-"el burro hablando de orejas"-pensé y por primera vez en la semana me reí con ganas, en cuanto a mi prima ella había decidido ponerse a hacer ejercicio y también se inscribió a una clase de defensa personal ya que según su pesa había subido unos 3 kilos, volví a reírme mientras ellos me veían algo más aliviados, poco le duro a Iris pues comencé a apretarle las mejillas con cariño y ella solo se dejaba viéndome aliviada por mi ánimo.

ObsesiónWhere stories live. Discover now