Obsesión

Capítulo 11 Premios

Merezco un premio, realmente merezco uno después de toda la paciencia que he tenido con mi hermano y sus problemas, desde lo ocurrido entre Sora y Roxas he tenido que ser un pilar para sus penas, por tener que cuidarlo y animarlo no puedo salir con mi novio y eso es algo que deseo cada día, a pesar de que Van me de afecto en la escuela no es suficiente para mí, para nadie lo seria siendo que es poco tiempo, tenemos algunas clases separados y esas fanáticas aun no aprenden la lección, pero por amor a Van le prometí que no volvería a hacer esas bromas ¡que alguien me de reconocimiento por controlarme por favor!, definitivamente soy buen hermano pero este día no, pues este día voy a salir finalmente con mi amado y eso me lo asegure con creces pues camino a mi casa me puse a soltar el peor berrinche para que me jurara que saldríamos este fin de semana, puedo ser infantil pero yo digo que estoy enamorado y con algo de suerte lograre hacer algo que mis hormonas me exigen a cada momento que estoy a solas con el...esos eran mis planes hasta que el MALDITO de Roxas me colocara este candado en mis pantalones el cual no me he logrado arrancar.

Mi gemelo me estuvo hablando esta mañana nuevamente sobre sus problemas y yo lo incitaba a hablar con el castaño para que me dejara ir a arreglarme pero siempre negaba esa idea, con algo de discusión y sugerencias acepto que era bisexual lo cual considere un avance, lo malo fue que salió el incómodo tema del sexo diciendo que podría terminar en eso con Sora por lo cual yo comencé a burlarme hasta que me pregunto si...seguía siendo virgen, ¿por qué diablos tenía que preguntarlo?, lo soy pero por ello descubrió mis planes de esta noche y fue como este candado acabo aprisionando mi parte inferior, me fui a mi habitación y sentí como el salía de la casa por lo cual solté un grito de rabia, Vanitas me vendría a buscar en una hora para nuestra primera cita oficial en un parque de diversiones del cual lo había molestado hasta prometerme que iríamos los dos sin nuestros hermanos, maldito sea el que invento los candados pues ya he buscado hasta en el jardín y no consigo encontrar la llave o algún duplicado de esta...decidido Roxas es muy bueno para arruinar mi vida pero no permitiré que me gane en mi día.

Regrese a mi habitación con unas tijeras y vi con tristeza mis pantalones favoritos y contra mi voluntad corte la tela alrededor del candado hasta que cayó al piso, me comencé a lamentar por mis pantalones pero poco me duro pues escuche unos fuertes golpes en la puerta, los reconocí como los de mi novio y en ese momento me di cuenta que la hora me paso demasiado rápido, busque en mis ropas desesperado por algo que me hiciera lucir bien o al menos adorable a la vista de mi novio...aunque no sé muy bien su definición de adorable, termine colocándome unos jeans azules y una polera blanca con verde de mangas cortas, me apresure a bajar las escaleras colocándome mis zapatillas y casi cayéndome en el proceso pero aun así logre abrir la puerta antes de saltar y colgarme del cuello de mi amado.

-Al fin, un poco más y me hubiera ido-me reclamo Vanitas viéndome molesto y yo algo arrepentido baje la mirada...me encanta esta situación pues él siempre toma mi rostro y me da un dulce beso que termina sonrojándome, nos separamos y observe mejor sus ropas, llevaba una polera y un chaleco negro con líneas rojas ambos sin mangas que mostraba los músculos de sus brazos, unos jeans negros y zapatillas de igual color, sumando esa imagen y su mirada ámbar sobre mi lo encuentro demasiado apuesto, siempre y cuando esa mirada se mantenga sobre mí y nadie más estaré bien.

Tome mis llaves y mi billetera antes de agarrarme a su brazo como de costumbre al igual que el soltaba un suspiro, comenzamos a caminar y el comenzó a sacar diversos temas para que habláramos aunque las personas nos quedaran viendo extrañadas pero honestamente no me importa pues estoy muy ocupado en la fragancia y la calidez de Van...tanto esperar valió la pena.