Obsesión

Capítulo 14, Enamorado posesivo.

Lo amo, definitivamente amo a Sora, a cada momento que estamos a solas, sus atenciones, los gestos que hace, como me mima de vez en cuando, todo eso lo amo, me hace feliz, aun no puedo creer que fui tan ciego, él siempre ha estado a mi lado, siempre me apoya en todo incluso si eso lo lastima, ahora es mi turno de compensarle, aunque todo eso era una recompensa para mí también, cada beso, cada caricia, cada puchero me hacía desearlo a mi lado cada vez más, en las noches no puedo dejar de revolverme en las sabanas extrañándolo, extrañando ese calor junto a mi abrazándome, en más de una ocasión he tenido un sueño erótico donde lo hago mío, donde me suplicaba por mí y que nunca me vaya, el más bello fue cuando llegaba a mi puerta, me extendía sus brazos y decía que deseaba vivir conmigo, pasar el resto de su vida junto a mí, que nos comprometíamos y en ese instante lo hacía mío, lo malo es que siempre termino igual, despertándome entre las sabanas solo y teniendo que complacerme a mí mismo susurrando su nombre, realmente me he enamorado de Sora...o quizás ya lo estaba, siempre he velado por su bien, por él, quizás solo use a Naminé para cubrirme de este amor que inconscientemente me negaba, aunque por como ella me uso supongo que estamos a mano, definitivamente fui un idiota con mi amado Sora...por ello le concederé cualquier cosa que me pida, incluso si pide hacer publica nuestra relación, lo haría por él.


Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas, nada parecía estar bien en otras partes, mi gemelo y Vanitas habían terminado, esa fue la cosa más horrible que debió haberle pasado, peor que mis desprecios o los comentarios de colegio, Ventus se pasa noches llorando su nombre, parece un zombi en las mañanas, llega tarde a clases e
incluso no entra a algunas por tener que verlo a él, siempre deseaba golpear en la cara a ese maldito azabache pero me detenía, lo hacía por Sora, me decía que él tenía un motivo pero no podía decírmelo, solo me suplicaba confiar en él y lo hacía, mi castaño también parecía sufrir, los veía de modo culpable, pareciera pedirles perdón a ambos con su mirada y no lo comprendo, no lo puedo presionar a que me diga pues parece privado y podría molestarlo, no me puedo arriesgar pues me paso temiendo que el siguiente con quien terminaran fuera yo, me había vuelto dependiente de él, si Sora me llega a dejar ahora....pues....exploto, literalmente exploto, me pondría a gritar furioso, rompería cosas, la actitud que se esperaba de Ventus cuando terminaron, aunque varios platos de la cocina habían desaparecido misteriosamente, volviendo al tema de Sora, me es difícil el no preguntar que le preocupa pero no deseo perder otra pareja, menos a alguien como él. Fuera de eso esta situación de dolores por los hermanos me servía, me servía para siempre consolarlo, decirle una palabra linda al oído y disfrutar su sonrojo, convencerlo a ir después de clases a nuestro lugar privado y amarnos.


No me malinterpreten, me preocupa Ventus, mucho, pero el ya sale con alguien, es alguien que va en una de sus clases...Terra creo, supongo que lo hace como venganza o un modo de seguir adelante, aunque a la vista de todos parecían felices no lo eran, conozco mejor que nadie a mi gemelo y sus sonrisas falsas, las falsas muestras de afecto, el asco que sentía cuando Terra lo besaba, estaba eso y que nunca dejaba de mirar disimuladamente a Vanitas, cuando descubrieron que Ventus ya no lo seguía muchas y muchos fueron hacia él, en busca de una oportunidad, en ese entonces reconocí que mi gemelo deseaba tener visión laser o algo así contra estos, miraba con un odio y rencor que aterraba incluso a mí, claro que lo hacía disimuladamente y cuando el azabache pasaba cerca suyo le daba un beso a Terra, es demasiado obvio, lo que me comprobó que no lo supero ocurrió a los 3 días de su rompimiento. Por hacerle un favor a un profesor estaba llevando unos documentos a la dirección, pasaba por la zona de lockers y entonces escuche unos ruidos, me escondí por la curiosidad y me asome un poco, Ventus estaba forzando la cerradura de un lockers desesperado, vigilaba a los lados constantemente hasta que por fin el candado cedió.