Capitulo 2

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¡Oh no!. Mierda. Me he quedado encerrada en el ascensor con mi jefe, lo que me faltaba. Estoy muy nerviosa, creo que tengo miedo a lo que pueda pasar, aun que pensándolo bien, no creo que pasé nada, eso ya pasó, y una vez más me sentí utilizada, quizás fue un error entregarme a mi jefe, pero en ese momento no podía pensar con claridad, cuando quisé darme cuenta ya me tenía atrapada, y no había escapatoria y si la hubiera habido, tampoco me hubiera escapado de él, estaba demasiado bien entre sus brazos.

Ahora mismo, sólo trato de calmarme, de repetirme a mi misma que esté tranquila, pues yo a él no le importo, ¿por qué le iba a importar?, yo no le importo a nadie, y él no es la excepción, reconozco que eso me duele un poco, me hace darme cuenta de que no sirvo para el amor, siempre que me he ilusionado con alguien, ha acabado mal, soy una ilusa, pero quizás sea porque me gustaría que por una vez me salieran bien las cosas.

Al pensar en el amor, le recuerdo a él, recuerdo sus mentiras que un día me creí, y ahora solo me hacen daño, ojalá pudieran arrancarme el corazón para que dejará de sentir, ojalá pudieran borrar esos recuerdos que tanto daño me hacen, y que no me dejan dormir por las noches, ojalá eso no fuera un imposible, pues por más que quiera, una parte de mi no me deja pasar página, y me sigue atormentado.

Me pregunto, ¿que hice mal?, ¿por qué me tiene que pasar esto?, ¿por qué los seres humanos tenemos que enamorarnos?, ¿por qué es tan complicado todo?.

Miro de reojo a mi jefe, él también me está mirando, enseguida le aparto la mirada, mirarle sería tentarme, es como ofrecerle un cigarro a una persona que acaba de dejar de fumar, es una tentación muy grande, a la que debo decir que no, porque si no, sería hacerme más daño.

Noto que mi jefe, está algo nervioso, seguro que es por el simple hecho de que quiere salir de aquí, yo también quiero, y no sólo eso, también quiero desaparecer, aun que por una parte no, porque la vida que crece en mi interior me necesita, y aún que no haya sido esperado, ya le quiero, porque es parte de mi, de mi y de un hombre que está fuera de mi alcance, tonta de mi por no haberme dado cuenta antes.

Los minutos se me hacen eternos y cada vez estoy más nerviosa, necesito salir de aquí, quiero encerrarme en mi cuarto lejos de mi jefe, de él y de todo lo que me hace daño, ¿es mucho pedir acaso?

— Quiero salir. — Grito muy nerviosa, intentando que alguien nos escuche, pero es inútil.

— Tranquilizate Anastasia, por favor, gritar no es la solución. — Dice Christian muy nervioso, aun que menos que yo.

— ¿Acaso tienes una idea mejor?.
— Pregunto esperando que me diga que si, o esperando que me diga que puede abrir el ascensor de alguna forma, pero es imposible.

— Si, creo que estar relajados es una buena idea. — Dice mi jefe, aparentando que no le importa, parece que no le importa nada.

¿Cómo voy a estar relajada?, estoy encerrada con mi jefe, por el que siento cosas y del que estoy embarazada, seguro que él en mi lugar no lo estaría tampoco.

— Muy bien. — Digo y me siento en el suelo del ascensor. Escondo la cara entre mis piernas e intento respirar hondo. Solo quiero salir de aquí.

— Anastasia, ¿estas bien?. — Dice Christian y sé sienta a mi lado, reconozco que eso me impresiona, eso y su pregunta.

— Si, tranquilo. — Miento. Trato de parecer entera, pero como siga asi, cualquier día me derrumbaré sin poder evitarlo.

Mi cuerpo comienza a temblar, Christian se quita su chaqueta y la coloca en mis hombros.

— Tranquila, nos sacaran de aquí, te lo prometo. — Dice mi jefe y siento como su mano se posa en mi cabello y comienza a acariciarlo.

— ¿Pero cuando?. — Pregunto más nerviosa aún. Me gusta su cercanía pero no puedo dejar que me guste.

— No lo sé, pero bueno, me alegra de haberme quedado encerrado contigo y no con por ejemplo con el de mantenimiento, seguro se pondría a hablar de su perra a la que trata como a una hija, eso sí sería un infierno.
— Dice mi jefe tratando de mantener una conversación conmigo.

Sus palabras me hacen reír, Christian tiene razón, sería muy aburrido, pero pobre hombre, esta muy solo..."pues como tu Anastasia". — Me recuerda mi subsconsciente.

— Hombre, puestos a elegir, seguro que preferirías quedarte encerrado con una de esas rubias de pechos operados a las que tienes como empleadas. — Me rio. Sé que he dado en el clavo.

— No creo, me gustan otro tipo de mujeres. — Responde Christian. No parece el mismo jefe de estos días, ahora se está mostrando amable.

— ¿Ah si?, bueno, supongo que para acostarte con ellas, sólo debes fijarte en el físico. — Digo manteniéndole la mirada, olvidando que no debería estar hablando con él.

— Supongo. — Dice Christian volviendo a mostrarse frío.

— ¿Nunca te has enamorado?.
— Pregunto curiosa, ni se porque se lo he preguntado.

— Si...— Responde Christian y agacha la mirada, le noto triste, quizás ha tenido, ¿mala suerte en el amor?

Dejo de hablarle, él es mi jefe no tiene porque contarme nada de eso.

— ¿Y tu te has enamorado?. — Me pregunta Christian de pronto. Me sorprende su pregunta.

¿Que si me he enamorado?, obvio que si, en concreto dos veces, de dos hombres que parecen el mismo, pero a la vez son demasiado diferentes. Uno, mi primer amor, un joven de 18 años al que le apasionaba la música, en concreto el rock, uno que me juró amor eterno, que me hizó promesas que no cumplió, uno que me dijo "te quiero", cuando no lo sentía, lo supe cuando mando a su tía a decirme que sobraba, él tenía obligaciones al heredarlo todo de su abuelo, quería ser un señorito con clase, y yo no tenía clase, ni los modales adecuados, por eso seguramente me hechó de su vida.

Y el segundo hombre del que me he enamorado, es el que está aquí conmigo, el padre de mi hijo, uno que me hace sentir demasiadas cosas.

— Si, pero me arrepiento. — Contesto lo más entera posible.

— ¿Por qué te arrepientes?.
— Pregunta Christian y sé acerca más a mi, y no debería, porque cuanto más cerca, más siento, y me duele, a veces pienso que sería mejor no sentir absolutamente nada, todo sería más fácil.

— Porque si, porque está claro que no era para mi. — Respondo reprimiendo mis lágrimas, deseando que deje de interrogarme.

Christian me coge la cara entre sus manos y clava sus ojos grises en mis ojos azules.

— Quizás sea porque tu destino es otro, con otro hombre. — Dice Christian mirándome fijamente, cada vez más cerca de mi, de mis labios.

Mierda, no puedo reaccionar, esto no está bien, y lo sé, pero no puedo pararlo tampoco.

Mi corazón comienza a latir acelerado, y sin querer, una lágrima se escapa de mi ojo. Una lágrima que Christian  limpia, y solo por este instante, no pienso en nada y dejo que pase lo que tenga que pasar.

De pronto, las puertas del ascensor se abren y volvemos a la realidad

— Oh mi amor, por fin, pensé que jamás volvería a verte. — Entra una mujer en el ascensor y se agacha para besar a Christian en los labios.

Me levanto decidida a irme, me siento más tonta aun, él tiene novia...

— Espera Ana. — Me grita Christian de pronto.

Me giro a ver que quiere, de nuevo haciéndome ilusiones, debo aprender a no sentir nada, ¿dónde podría dar clases de eso?

— Te llevas mi chaqueta. — Dice Christian. Claro, su puta chaqueta.

Me quito la chaqueta y se la entrego.

— Perdona, ¿tu eres?. — Dice la mujer que acaba de besar a Christian.

— Anastasia Steele, la secretaria de la editorial. — Contesto aparentando normalidad

— Encantada, yo soy Leila Williams, la prometida de tu jefe. — Dice Leila con superioridad

Ah, ¿que encima se va a casar?...

Buenas noches gentecilla de wattpad, aquí os dejo un nuevo capítulo ❤

Gracias por leer, votar y comentar

Besoos

Embarazada de mi jefe (Terminada)Where stories live. Discover now