Capitulo 32

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Leila ha perdido la cabeza, y espero no vuelva a aparecer en nuestro camino.

Abrazo a Christian, está muy serio, seguro sigue con la idea de que perdamos a nuestro hijo, y más con las palabras de Leila.

— Christian, por favor, no sigamos con esto, no quiero pelear. — Digo cansada de todo.

— Ni yo nena, pero Leila tiene razón, si te pasa algo, será mi culpa. — Christian se marcha destrozado.

No me da tiempo a seguirle. Todo esto me duele, está claro que los dos queremos cosas muy diferentes.

Pasa el tiempo y ya se me va notando la tripa, cada mañana Christian me mira con miedo, no me deja hacer nada, me tiene como si fuera una inválida. Está muy frío y distante a la vez, sigue enfadado por mi decisión, por haber decidido tener a bip.

Solo nosotros y su madre, sabemos los riesgos de mi embarazo, es por eso que los demas se han tomado muy bien la noticia, mi bip ha recivido muchisimos regalos, va a ser un niño muy querido, y tiene mucha suerte de tener a Christian como padre.

Christian se encierra cuando cualquiera habla del bebé, no quiere hablar del tema, no quiere tocarme, aún que a veces, cuando estoy dormida, siento su mano en mi vientre, lo que significa que le quiere y eso me hace sonreir interiormente. Lo único que le pasa a Christian, es que tiene miedo, pero no tiene porque tenerlo, él está a mi lado y sé que superaré el parto, no me voy a ir de este mundo, aún tengo mucha guerra que dar.

Después de varios meses, vienen a montarme la habitación de Teddy, quería hacerlo yo, pero Christian me ha dicho que ni hablar, y prefiero no rechistarle en estos momentos, aún que no lo reconozca, está muy sensible, parece que es él el embarazado, apenas come nada y sé encierra en el baño, ¿serán sintomas del embarazo?, en fin, mejor no decirle nada, no se lo tomaría nada bien.

Christian se marcha a la Editorial y me quedo con Gail en Escala, Clarita está con nosotras, últimamente ha estado mala, menos mal que Grace ha hecho que esté mucho mejor.

Le leo un cuento a Clarita, sé que no sé está enterando de nada porque aún es pequeña, pero me gusta ver la carita que pone, lo mucho que se rie, y en este tiempo es dificil, ya que le están doliendo los dientes.

Termino de leer el cuento a Clarita, y voy a preparar algo de comer, por supuesto Gail no me deja, y me toca quedarme sin hacer nada...Christian y su afán por protegerme, si fuese por él, no podría usar ni si quiera un tenedor, para él, es un objeto peligroso.

Me siento en el enorme sillón del salon cansada de no hacer nada, me llebo la mano al vientre y comienzo a pensar en como será mi hijo, ya casi salgo de cuentas, y la verdad me da algo de miedo ese momento, pero a la vez quiero que llegue, ya que yo sé que lo superaré y podré sostener a mi bebé entre mis brazos.

Siento una punzada en el vientre...mierda. Ya está aquí, bip quiere nacer.

— Gail. — Grito. Quiero un hospital ya mismo, mi hijo va a nacer, y yo no puedo estar más nerviosa.

— Señorita, ¿qué sucede?. — Gail al verme grita de sorpresa y le dice a Taylor por teléfono que prepare el coche para ir al hospital.

— Gail, quiero que venga Christian, llamale. — Me vuelvo a llevar la mano al vientre. El dolor se intensifica a cada segundo, no tengo fuerzas para levantarme, necesito un hospital ahora mismo.

— Enseguida Señorita, usted mantenga la calma. — Gail se agacha a mi altura y me mira preocupada.

Intento respirar hondo, las lagrimas comienzan a caer descontroladas por mis mejillas, una mezcla de felicidad y miedo, se ha apoderado de mi. Felicidad porque mi pequeño va a venir al mundo, y miedo porque no sé si podré superar esto, yo creo que sí, pero en estos momentos, con este dolor, no puedo pensar con claridad.

— Ya está el coche. — Grita Taylor y me ayuda a levantarme.

Taylor me ayuda a subir al coche, yo no puedo parar de llorar, me duele mucho, tengo mucho miedo, cada vez más, se acerca el momento y...no sé lo que pasará.

— Señorita, el Señor Grey, no contesta. — Me informa Taylor.

No le presto atención, estoy intentando poner la mente en blanco y no pensar en nada, ya casi estamos llegando al hospital.

— Taylor, insiste, de verdad que le necesito. — Digo con la voz apenas audible. Se me hace raro que Christian no coga el teléfono.

Taylor sigue insistiendo pero nada.

— Llama a Andrea, por favor. — Suplico. Ya no puedo más, le necesito a mi lado, necesito que me apoye con esto. Ya sé que el no quería esto, pero no puede perderse este momento, no puede desaparecer simplemente, tiene que coger el teléfono, sin él no voy a poder, no puedo con esto sola.

— Si, Señorita. — Contesta Taylor y marca a la Editorial de Christian, enseguida lo coge Andrea, mi sustituta, ya que Christian no me deja trabajar embarazada ni de broma, es más, no me deja hacer nada.

— Buenos días, Editorial Grey's, le atiende Andrea, ¿en que puedo ayudarle?. — Responde Andrea al segundo tono.

— Soy Taylor, necesito hablar con Christian Grey, es urgente. — Dice Taylor nervioso.

— Lo siento, no puede hablar ahora, está en una reunión y ha pedido que nadie le interrumpa. — Andrea cuelga. No me ha gustado nada su tono de voz, ha sido realmente borde.

Taylor insiste, pero ya nadie coge el teléfono.

Llegamos al hospital, unos doctores me suben a una silla de ruedas y me llevan a una habitación. Me coloco la tipica bata blanca de hospital, y veo como entra una doctora.

La doctora mira si ya he dilatado, para mí desgracia aún no. Mierda, encima Christian no está aquí, estoy sola, sin saber que va a pasar...

Good night aquí en España.

Les dejo nuevo capitulo.

Besoos

Embarazada de mi jefe (Terminada)Where stories live. Discover now