Capitulo 4

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Christian me mira fijamente mientras sostengo entre mis brazos a la pequeña Clara. Una sonrisa tonta se dibuja en mi cara, me gusta que Christian me mire así.

Salgo de mis ensoñaciones cuando Christian me coge al bebé y me pide que le siga hasta su coche, era en serio eso de ir a su casa, y eso hace que me ponga más nerviosa, desde que él, se fué, nunca he estado tan cerca de otro hombre, y Christian está cambiando eso, lo malo es que es otro imposible, es solo mi jefe y encima se va a casar.

Llegamos hasta un Audi R8, un hombre de porte militar, de pelo canoso, grandes ojos negros y muy alto, me saluda y abre la puerta del Audi para que entre junto a Christian.

Me acomodo en el asiento junto a Christian y observo como mira a la pequeña Clara, ya no veo a un hombre serio, ahora veo a un hombre tierno y si no me equivoco, un buen padre. En un acto reflejo me llevo la mano al vientre, ¿se lo digo?

— ¿Te gustan los niños?. — Pregunto de pronto con la voz apenas audible.

— Si, supongo. — Contesta Christian y me entrega a la pequeña Clara.

— ¿Y a ti?. — Me pregunta Christian.

Me sorprende su pregunta, obvio que si me gustan, por eso estoy feliz de tener un hijo, con él.

— Si, claro que si. — Contesto tímida.

Christian me sonríe y posa su mano en la mía. Siento un escalofrio recorrer todo mi cuerpo.

— Yo te ayudaré con Clara Anastasia, encontraremos a su madre, eres muy buena ofreciéndote a quedarte mientras tanto. — Dice un Christian tierno. En este momento me olvido de que es mi jefe serio que me hizo suya y ya no quiso saber más de mi.

— Gracias Christian, tu también eres un buen hombre,¿y como no hacerlo?, esta pequeña nos necesita. — Digo tímida, intentando sostenerle la mirada a Christian.

Por un momento he pensado que estábamos hablando de nuestro hijo, siento un impulso de contárselo, pero no puedo. No significo nada para él.

— Si Anastasia, le encontraré el mejor hogar a Clarita, no lo dudes. — Dice Christian y me suelta la mano, pues hemos llegado a su casa.

¿Clarita?, me encanta que la llame así, suena tan tierno...

Christian sale del Audi y después me abre la puerta para que yo también salga, se está portando esta noche.

Una vez fuera del coche, observo el edificio que tengo frente a mi, es enorme y en grande pone Escala, ¿esta es su casa?

— Ya hemos llegado Ana, Taylor, mi chófer, se va a aparcar el coche, sígueme. — Dice Christian y sé dirige a la entrada del edificio

Sigo a Christian y entramos al edificio, por dentro es mucho más bonito.

— ¿Te gusta?. — Pregunta Christian.

— Si, es tan...no sé, es enorme, tiene que dar mucho trabajo limpiar esto. — Digo sin salir del shock, y a Clarita parece que también le gusta, pues sonríe.

— No sé, eso pregúntaselo a Gail, que se encarga de la limpieza, espero te sientas cómoda aquí está noche, Anastasia. — Dice Christian y sé acerca más a mi. En este momento deseo que me bese sin importarme nada.

Clarita empieza a llorar y Christian la coge para calmarla, se le da bien esto de ser padre, igual debería decirle que lo será.

De nuevo me llevo la mano al vientre, ¿debería decirle a tu papi bip?, ¿se lo tomará bien?, no sé, es complicado.

Cuando Christian me mira, me quito la mano del vientre no vaya a ser que sospeche.

Clarita ya se ha calmado y Christian le consigue una cuna para que duerma.

— ¿Has cenado?. — Pregunta Christian mirándome en shock. Espero no se haya dado cuenta por mi gesto.

— No, no tengo hambre. — Digo tímida.

— Enseguida te trae la cena Gail, no puedes ir a la cama con el estomago vacío. — Dice el Christian mandon, y así cualquiera le dice que no.

— Vale. — Asiento.

Christian me sonríe y nos sentamos en la mesa. Una mujer nos trae la cena y se retira.

Terminamos de cenar y Christian me guía hasta mi habitación, también lleva a Clarita.

Una parte de mi desea que se quede conmigo, y otra parte no, pues si se queda no sé qué pasaría.

— Espero estés cómoda aquí, si necesitas algo, estoy en la habitación de al lado. — Dice Christian nervioso. La primera vez que le veo nervioso.

— Vale. — Digo con la voz apenas audible.

Me tumbo en la cama y Christian se marcha, cuando lo hace me llevo la mano al corazón, que late acelerado, cuando Christian está cerca, no sé controlarlo.

A mitad de mi sueño, Clarita empieza a llorar, la cojo en brazos y la canto una canción en bajito.

Esta canción que canto, significa mucho para mi, me la enseñó él, me la cantó una vez de madrugada, ninguno de los dos podíamos dormir, justo ese día me entregue a él, yo estaba triste, él estaba más ocupado que nunca, ya la guitarra casi no la tocaba, pero ese día volvió a tocarla por mi, y me deje llevar.

Una lágrima resbala por mi mejilla al recordar que días después su tía Elena me hechó de su casa.

La puerta de la habitación se abre y entra Christian.

— ¿Y esa canción?. — Pregunta Christian nervioso.

— Es inventada, sólo la he cantado para que Clarita vuelva a dormirse,ya no molestaré más, lo siento. — Digo y dejo a Clarita en su cuna.

— ¿Inventada?, eso es mentira, esa canción...— Dice Christian en shock, no sé qué está intentando decirme.

— Haber, no es inventada por mi, si no por...— No termino de hablar, me duele decir su nombre.

— ¿Por quien?. — Pregunta Christian muy nervioso. No entiendo porque le interesa tanto.

— Por una amiga. — Miento.

A Christian le cambia la cara.

— No quiero que la cantes más,¿estamos?, es horrible, además no eres la indicada para cantarla, sólo ella. — Grita Christian.

— ¿Ella?. — Pregunto anonadada. ¿A quién se refiere?

Clarita comienza a llorar de nuevo al oír los gritos. Christian la coge y se sienta a mi lado.

— ¿Que amiga te ha enseñado esa canción?. — Dice Christian enfadado.

No sé que decir, creo que lo mejor sería decirle la verdad.

— No fue una amiga, si no un...amigo, o eso creía, ya que me hechó de su vida.

Embarazada de mi jefe (Terminada)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ