Capitulo 40 (Pov Christian)

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No me lo puedo creer...Andrea, ella es la persona que me ha traicionado.

Observo a la mujer, está esperando a que le entregue a mi hija, y no lo voy a hacer.

— Señor Grey, o le da la niña a esta mujer,o tendrá que ir a juicio, y tiene todas las de perder, ella es su madre. — Dice el policia.

Mierda. Es cierto, esa mujer es su madre de verdad, ademas no sabemos porque la abandonó, a lo mejor secuestraron a su hija y se quedó destrozada al perderla.

— Christian, no lo hagas, no le des a la niña. — Suplica Ana.

Intento ponerme en el lugar de esta mujer, y aún que no quiera, le entrego a la niña.

— Lo siento, no sabíamos nada, mi chica la encontró y la llevamos a casa para cuidarla. — Me duele lo que estoy haciendo, pero no podía dejar a una madre sin su hija. Me dolería perder a Ted, encontrarle y que no quisieran devolvernos a nuestro hijo, es por eso que he decidido darle a la niña.

— Gracias Señor Grey. — Dice la mujer. Se la ve feliz de tener a su hija con ella.

— Trate de no perderla de vista, llevela al mejor colegio de Seattle, no la duerma muy tarde, y toma, este es un pequeño osito que duerme con ella todas las noches. — Me está doliendo despedirme de ella. Esa niña se había ganado mi cariño, me había robado el corazón.

Ana comienza a llorar, sé que tendré que hablar con ella cuando esta mujer se vaya con Clarita.

— Gracias por cuidarla Señor Grey, esta niña tendrá lo mejor. — Antes de que la mujer se marche, vuelvo a advertirla de que trate bien a la niña y no la deje tener novio hasta pasados los 30 años. Me está costando despedirme de la niña, Ana se levanta y la miro enfadado porque la he dicho que tenía que reposar, pero no la digo nada.

Ana abraza a la niña y luego se la entrega a su madre.

— Gracias pequeña. — Se despide Ana de la niña.

La mujer se marcha y Ana vuelve a tumbarse en la cama. Me tranquiliza saber que no ha hecho nada para detener a la mujer, ella es fuerte y superará esto gracias a nuestro pequeño Ted.

Nunca olvidaré a esa niña, pero ella a nosotros nos olvidará, y será feliz con su madre.

— Pequeña, no llores, era su madre, no podiamos hacer otra cosa. — Limpio sus lagrimas. No me gusta verla así.

Ana me abraza. La cuesta asumir que nuestra niña se ha ido, pero sé que entiende a su madre, y entiende que una hija tiene que estar con su madre.

Tras un día agotador en el hospital, Ana se duerme y la dejo a cargo de Taylor y de tres hombres más que he contratado de seguridad. Si la pasa algo, me muero.

Me dirijo a mi oficina, y veo a Andrea, que me saluda como si no pasara nada.

— Señor Grey. — Andrea me coge el abrigo.

— Andrea, seré breve, quiero que te vayas de aquí, un taxi te está esperando, y por cierto, no te molestes en pedir trabajo en Seattle, ya todas las oficinas, están al tanto de como eres, no te quiero volver a ver. — La fulmino con la mirada.

Andrea se va llorando. Es una falsa, y se merece derramar cada una de esas lagrimas.

Salgo de mi oficina y vuelvo al hospital. Ana le está dando de comer a nuestro hijo mientras le canta nuestra canción.

— Una voz hermosa Anastasia, tengo demasiada suerte al poder tenerte. — Me acerco hasta ella y beso sus labios ansioso.

Muero de ganas de volver a hacerla mia, más cuando estamos tan cerca.

— Christian, la hecho de menos, era nuestra niña. — Una lágrima resvala por su mejilla.

Yo también tengo un momento de devilidad, la verdad es que siempre he querido una hija. Muero por tener una niña con Ana, pero no se puede, porque lo más importante es ella, y no quiero que de nuevo pasemos por lo que hemos pasado.

— Tranquila pequeña, lo superaremos juntos. — La abrazo. Ella es lo más importante para mí, la quiero demasiado, la amo, no puedo vivir sin ella.

Un año después...

Hoy Ana tenía una cita con el médico y estoy con Ted en mi oficina. Soy muy feliz, nunca he sido tan feliz. Tengo a mi pequeña y a Ted, ¿qué más le puedo pedir a la vida?

Cada día quiero más a Ana, no hay un día que no la haga mía, esos cuarenta días sin ella, sin poder tenerla, los pasé fatal.

Observo a mi niño jugar con un puzzle, hecho de menos que Ana esté aquí, siempre está conmigo en el trabajo, al final sigo siendo su jefe, ella insistió mucho y acepte porque aquí puedo vigilarla y estar cerca de ella a todas horas.

Cojo a mi campeon en brazos y mientras tanto sigo trabajando. Mi niño acaba quedándose dormido entre mis brazos.

— Christian. — Ana aparece de pronto, y me sobresalta, ya que estaba quedandome dormido.

— Pequeña, ¿qué te ha dicho el médico?, ¿está todo bien?. — Pregunto nervioso. Desde lo que pasó, tengo miedo a sentir que la pierdo.

— Sí claro, ¿por qué iba a estar mal?. — Contesta Ana nerviosa.

— Me alegro de que esté todo bien Ana, te hechaba de menos. — Beso sus labios con dulzura.

— Yo también te hechaba de menos Christian, y también a nuestro pequeño. — Ana me coge a Ted.

Cojo el cochecito de nuestro hijo y salimos de la oficina, hoy es un día especial para mí, ya que es el día que nos conocimos, por eso he decidido que esta noche, cenemos en uno de los mejores restaurantes de Seattle.

Ana deja a Ted en el cochecito y nos sentamos a comer. Mis nervios aumentan, esta noche voy a decirla algo que seguro la va a encantar, muero por ver su cara.

— Ana, como ya sabes, eres todo para mí, he pensado lo que me dijistes de tener más hijos, y he tomado una decisión. — Sonrío. Seguro la encanta la noticia.

A Ana la brillan los ojos, va a decir algo pero la interrumpo.

— No me voy a arriesgar a que pases por otro embarazo, pero acepto tener otro bebé, así que me he puesto en contacto con uno de los mejores centros de adopción. — La verdad es que esperaba otra reacción por su parte, su cara no es de felicidad.

— ¿Qué?, Christian...— La interrumpo.

— No te entiendo pequeña, ¿a qué viene esa cara?, ¿acaso no te hace ilusión?. — Pregunto confuso.

— Christian, podemos tenerlo nosotros, no hace falta adoptar. — Dice Ana nerviosa.

— No Ana, joder, no me pidas eso. — Grito y hago que mi hijo se despierte.

Ana comienza a llorar, ¿a qué viene esto?

Cojo a nuestro bebé en brazos para calmarle y se lo entrego a Ana.

— Ana, te costó mucho tener a Ted, entiendelo pequeña, no me hagas esto. — Ana me mira enfadada.

— Pues lo siento Christian, porque...— No termina de decir lo que estaba diciendo.

— ¿Qué pasa?. — La cojo del brazo para que no se marche.

— Es obvio Christian. — No me mira. Me está volviendo loco.

— Pero Ana, tener otro bebé por el metodo traicional, es un error. — Contesto muy nervioso. Ya bastante pasamos cuando se quedó embarazada de Ted.

— Pues lo siento por cometer un error. — Ana se suelta de mi agarre y sale corriendo, no me da tiempo a detenerla.

Good night. Aquí dejo nuevo capitulo.

Besilloss

Embarazada de mi jefe (Terminada)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang