Capítulo 68

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3 días habían pasado. Se vistió. Iría a ver a Z cueste lo que le cueste.
Bajo con dificultad la gran escalera. No le había avisado a nadie que se iría.
Salió de la casa y se subió a uno de los coches. Partió hacia la mansión de los Bennet.
Llegó, estacionó y golpeo la gran puerta.
Atendió uno de los empleados, la dejó pasar porque sabía quien era.
Le indicó en donde estaba Z y ella camino hacia su habitación.
Cuando iba por el pasillo vio a su padre salir de ésta. Él la miró serio.
-Señor Bennet, ¿puedo ver a su hijo?
-No Alysse, no puedes.
-¿Por qué? -dijo ella con el corazón en la mano. El hombre pensó un momento y luego hablo.
-El no quiere verte. -A Alysse le dolió el pecho.
-Eso es mentira.-dijo avanzando.
-No puedes entrar Alysse, el ya no quiere verte más, no insistas.
-Quiero que me lo diga el.-esquivo al hombre y entró a la habitación de golpe. Cuando levantó la vista vio algo que no quería ver jamás. La chica con la que salía estaba sentada a su lado en la cama, le besaba el cuello y el le acariciaba el cabello. Z la miró con los ojos bien abiertos.
-Tu padre me ha dicho que no quieres verme, ¿es verdad?- dejó todo su orgullo en esas oraciones. Z sintió un vacío en su pecho. La chica la observó.
-Alysse.. tienes que irte. -dijo el padre de Z tomándola por los hombros, ella forcejeo y volvió a mirar a Z
-¿Es verdad que no quieres verme Zack?
-Alysse...yo..
-El no quiere verte. -dijo la chica con aires de superioridad.- él está conmigo ahora, deja de meterte en nuestra relación. Te ves patética. - Alysse apretó sus puños y espero que Z la defendiera, sin embargo él no hizo nada.
-A ti nadie te pidió opinión zorra- dijo con los dientes apretados.- Dime que no quieres verme y nunca más lo harás. -dijo ésta ves dirigiéndose a él. Podía ver que tenía los ojos cristalizados. Todos en la habitación estaban mirándolo.
-Yo.. agradezco que me hayas salvado la vida..-comenzó a decir con la voz quebrada, demoró unos segundos y aclaró su garganta- pero ahora estoy con Sarah, ya no quiero verte más Alysse, deja de molestarnos.- cerró los ojos con fuerza. A Alysse se le comenzaron a caer las lágrimas, no podía ser cierto.
-Explícame ahora mismo la foto de tu móvil, tu tatuaje y lo que has dicho antes de desvanecerte.
-Ha sido todo un mal entendido.- dijo el casi susurrando.-  era mi móvil viejo, el tatuaje me lo hice porque la frase me pareció motivadora para decírselo a mis compañeros y lo que te he dicho..-suspiro cansado- imagine que eras Sarah.- se volteó a mirarla- te amo Sarah.- Alysse sintió que se mareaba. Sarah dió un gritito de alegría.
-¡Yo también te amo gatito!- Alysse apreto aún más los puños, le dolía su brazo fracturado.
-Vámonos chica, no tienes nada que hacer aquí. -dijo el padre de Z arrastrándola afuera. Antes de que la puerta se cerrará Z pudo verla destruida y le dolió el corazón, le dolió como nunca. Había humillado al amor de su vida.
-¡Hijo de puta! -escucho sus gritos a través de la puerta ya cerrada. Cerró los ojos con fuerza. No podía soportarlo. Sintió golpes en la pared, entonces supo que ella la estaba golpeando, estaba descargando su ira.
-Esa chica está loca.- dijo Sarah. Él no contesto, no podía hablar, si lo hacía lo más probable sería que comenzara a llorar.
La puerta se abrió de golpe nuevamente, dejando ver a una Alysse histérica, su rostro estaba rojo y las lágrimas corrían en libertad por sus mejillas.
-Nunca te perdonaré, cabrón hijo de puta, te arrepentirás, ¡juro que te arrepentirás toda tu vida! Te hubiese dejado morir, ¡hubiese dejado que te desangraras gilipollas! No vales la pena, ojalá mueras de la peor forma. ¡Te odio! -Le gritó con rabia, la férula que tenía en el brazo estaba rota. Z sintió algunas lágrimas caer por sus mejillas. Su padre volvió a sacarla de la habitación.
-Que susto, deben tratarla, esta loca, sin dudas.- hablo Sarah nuevamente mirando su móvil.
Z se levantó con dificultad de la cama y entró a su baño personal, puso la tranca en la puerta y encendió la ducha. Se metió dentro luego de sacarse la ropa, estaba mareado. Mientras estaba bajo el agua se quebró, no pudo contenerse más, lloro como un niño pequeño.
-Perdóname amor, perdóname por lo que te he hecho.- hablo sólo mientras lloraba. Las lágrimas se mezclaban con el agua. Golpeo la pared con su puño, necesitaba sacar todo lo que tenía dentro. Golpeo de nuevo, y otra ves, perdió la cuenta de cuantas veces fueron, pero sus nudillos sangraban. Se sentó en el suelo de la ducha, dejó que el agua cayera sobre el, se tapó la cara con las manos y lloro aún más, la cabeza de dolía. Su cuerpo temblaba. No podía más, ya no podía.

-

Alysse salió de la gran casa enfurecida. Nunca había sentido tanta rabia, nunca la habían humillado de esa manera. Se subió a él coche y aceleró como nunca, no caería de nuevo, sería como romper una promesa que se hizo a ella misma. Condujo por la carretera mientras lloraba. Sus manos temblaban.
Llegó al lugar en donde ahora yacían los restos de su cabaña quemados. Estaciono el coche, saco una navaja de la guantera y luego bajo de él.
Se sentó en el césped y observó el gan paisaje que había ante sus ojos, bajo sus pies había un gran barranco.
Tomó la navaja y cortó los restos de férula con rabia. Sé la saco y la tiró al vacío como había echo con su móvil y con el anillo que le había regalado Z.
Lloro, dejó que las lágrimas cayeran libres. No se molestó en limpiarlas.
La había traicionado y la había humillado, el amor que tenía por el se había esfumado y en su lugar quedó un gran sentimiento de odio. Lo maldijo, maldijo la relación que había tenido con el, maldijo a su corazón que se había abierto para el, maldijo a toda la familia Bennet.
Se sentía ahogada, necesitaba los abrazos de su madre.
Necesitaba que le dijera que todo estaría bien.
Estuvo ahí hasta la noche, sentía que su móvil sonaba en el coche, pero lo dejó sonar. No quería hablar con nadie.
Subió al coche y se fue a su apartamento. Al entrar, tomo su medicación y camino como zombie hasta su habitación. Se acostó y miró el techo. Comenzó a pensar en lo destruida que estaba, siguió llorando.
Tomó una decisión, todos la tildarían de loca, pero esa decisión era necesaria. Se iría a vivir a Londres, lejos de todo eso, lejos de la mafia, lejos de Z.
Ahí podría ahora si, comenzar de nuevo, estudiaría y no volvería a esa cuidad. Se levantó y comenzó a colocar ropa en sus maletas.
El brazo le dolía horriblemente.
Tomo su móvil, borró todas las llamadas pérdidas que tenía y buscó el número de el doctor Steven.
Le dijo que fuera, que su férula se había roto. Y éste le hizo caso. En media hora estaba allí.
Le puso una férula nueva y le dio medicamentos para el dolor, luego se fue sin preguntar.
Ella se ducho cuidadosamente para no dañar la nueva férula y se vistió, se iría esa misma noche.
Condujo hacia el aeropuerto y luego de dejar el coche en el estacionamiento camino hacia adentro con sus maletas. Compró un boleto de ida hacia Londres y espero la salida de su avión.

Encuentro fatal. TERMINADA Where stories live. Discover now