Capítulo 4 - ¡Ayúdenme!

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Se que no tengo muchos lectores pero seguiré con la historia a pesar de eso. Por cierto... He decidido que si saldrán los otros Beatles 😏 pero mas adelante ❤

-Vaya, aún queda mucho tiempo para tener que ir a casa- dijo John -Todavía no es la hora de salida-

-¿No fueron a clases?- preguntó Paul.

-Nos saltamos las clases ¿Verdad Alanna?-

-Así que eres chica mala como John- Paul me miró.

-No, para nada, me remuerde la consciencia- contesté.

-Ella es más como tú, Paul-
agregó John -Es la señorita "perfección" en la clase y nunca pierde los modales. Aunque tal vez logre que caiga-

-Bueno, es mucho mejor ser educado- dijo Paul haciéndose el presumido.

-Si como no, son unos aburridos-

-Pero así me quieren las chicas-

-¿Y a mi no?-

-Tú mandas a todas por un tubo, John- Paul comenzó a reír.

-Ninguna me complace- Yo sólo puse mi mano sobre mi frente, que chico tan bárbaro.

-Debes de conformarte al menos con una-

-La vida es corta como para ser conformista, McCartney-

Hubo un silencio después de las risas que fue interrumpido por John.

-¿Y que hay de ti Alanna? ¿Cuál es tu tipo de chico?-

Nunca había hablado de esto con nadie, no sabía que contestar.

-Bien, creo que a mi mamá le gustaría que estuviera con alguien profesional, un doctor o profesor, alguien muy responsable-

Paul asintió con la cabeza y John...pues sólo abucheó.

-¡Buuu!-

-¿Qué?- sonreí

-Eso es anticuado-

-Bueno, es lo más cercano a lo que quiero-

John asintió y después se acercó a nosotros como si nos fuera a decir un secreto.

-Paul- susurró.

-¿Sí?-

-¿Ya pagaste?-

-No-

John sonrió.

-Bien, vayámonos-

-Espera- interrumpí asustada -¿Vas a pagar no?-

-No creo-

-¿No traes dinero? Yo traigo un poco, John, si quieres yo pago-

-Tranquila, Alanna, claro que traigo dinero, pero hay que ahorrarlo-

Paul sólo nos miraba tranquilamente, como si ya supiera los planes de John.

-John, tenemos que pagar-

-No, ellos nos tienen que alimentar. Mira, este es el plan, Paul, tu irás junto con tu carita de niña a...-

-Distraer a la cajera- Paul interrumpió. -Sí, John, se perfectamente lo que debo hacer-

-Muy bien. Tu y yo, Alanna, saldremos cuando él este distrayéndola, muy discretamente-

Negué con la cabeza.
-Por favor, chicos, no me hagan hacer esto-

-Vamos, Alanna, ni siquiera lo notarán, sólo hay que esperar que los meseros vayan a la cocina-

No pasó mucho tiempo cuando el lugar estuvo despejado de meseros y John le dio a señal a Paul, el cual se levantó sin dudarlo. Yo estaba muriendo de nervios, estaba segura que terminaría en prisión.

-Toma, Alanna, tu mochila- susurró John.

Yo sólo miraba a Paul y a John intercaladamente, luego miré a la gente y nadie nos estaba mirando. Aún así, estaba nerviosa.

-Vamos- John me tomó de la mano y nos dirigimos a la salida.

John apenas iba a empujar la puerta cuando...

-¡Hey muchacho!- volteamos y un mesero salió de la cocina.

-Corre, Alanna- ni siquiera me dejó pensarlo y me jaló, sólo alcancé a ver que Paul pasaba entre todos y corrió.

-¡No pagaron!- se escuchaban los gritos del mesero.

-¡No te detengas, Alanna!- John gritaba... ¿riéndose?, no puede ser, John estaba riendo como si estuviera corriendo a los brazos de su amada.

-¡Alanna! ¡Dame tu mochila!- gritó Paul atrás de mí y se la dí. -¡Da vuelta ahí, John!-

-¡No! ¡Me conocen aquí!-
Rayos, mi respiración, debería decirles que tengo asma.

-¡John! ¡Nos están siguiendo unos oficiales!-

John volteó y al ver que nos seguían no dudó en jalar mas mi brazo.

-¡Corran!-

-John- quería hablarle, pero no podía. ¡Mi respiración!. -John-

-¡Vamos, Alanna no te detengas!-

-John...Paul...tengo...- comencé a toser. -tengo asma, John, no puedo respirar...Paul-

Paul estaba atrás de mí y por ende, más cerca, lo que hizo que me escuchara perfectamente.
-¡John!- gritó, Paul -¡Alanna no puede respirar-

-Demonios- John me cargó, yo sentía que moría y a la vez sentía que íbamos mas lento. No podía hablar, ahora sólo los escuchaba.

-Debiste preguntarle si podía correr- decía Paul con la voz entre cortada de tanto correr.
-Demos vuelta aquí-

Logramos entrar a una calle donde gracias a Dios había muchos árboles, así fue mucho más fácil escondernos.
Mientras estábamos atrás de un arbusto, vimos pasar de largo a los oficiales. Yo me sentía muy mal y hacía lo posible por respirar, pero cada vez era peor.
John me puso en el pasto.

-¡Paul ¿qué hago?-

-¡Rápido! Busca una belladona*-

-No me voy a poner a buscar ahorita en cada arbusto, por favor McCartney-

-Detén un carro, necesitamos llevarla a un hospital-

-Cuídala, iré a buscar uno-
Pude ver que John se puso de pie muy nervioso, mientras Paul me sentó y trataba de ayudarme.

-Alanna, por favor, respira despacio... ¿puedes hablarme?, Dios mío, por favor-

La respiración se me iba y ahora sólo escuchaba los ecos de lo que decían los chicos.

-¡Trae a Alanna, Paul! ¡Rápido!- gritó John desde la orilla de la calle, ví que Paul dejó las mochilas detrás de un arbusto y me cargó hacia un carro negro.

-Al hospital mas cercano por favor- dijo Paul

-¡Rápido hombre! ¡Se nos muere!-

-Tranquilo, John, no es hora de ponernos histéricos-

-Paul, esto es grave ¡debe avanzar rápido, señor!-

-¿Alanna?- escuché la voz de Paul yo sólo sentía que...

*planta medicinalmente utilizada como antiasmático

Piénsalo, dos veces. (John Lennon & Paul McCartney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora