Piénsalo, dos veces. (John Lennon & Paul McCartney)

Capítulo 5 - Todo un caballero

-¡Por fin! ¡Alanna!-

Vi a Paul que se levantó de una silla y se acercó a mí. Yo estaba en una camilla, lógicamente, en el hospital.

-¿En qué momento?- Pregunté desconcertada.

-¿En qué momento, qué?-

-¿Cómo llegué aquí?-

-Te trajimos, bueno, un hombre nos hizo el favor, estábamos muy asustados, John casi lo mataba…-

-¿John? ¿Dónde está John?- lo interrumpí -¿Lo encontró la policía?-

-Tranquila, él fue a avisarle a tu madre lo que ha sucedido. Supongo que vienen en camino- Se sentó en la cama. -¿Cómo te sientes?-

-Me duele el pecho-

-¿Por qué no nos dijiste que tenías asma?-

-Ni yo lo recordaba, además no pensé que fuéramos a correr-

-John es así- agachó la cabeza -No piensa las cosas, aunque yo también sigo lo que él hace-

-Te aseguro que si le hubiera dicho, él no hubiera tomado esa decisión-

-Ni lo creas, con tal de no pagar. Siempre se pone él en primer lugar- Lo decía de una forma tan tranquila, no como alguien hipócrita que habla a espaldas de los demás, sino como alguien que sabe reconocer los errores propios y ajenos.

-¿Enserio?-

-Tu misma lo viste con Emma, reconozco que es una chica muy dramática pero ni siquiera la tomaba en cuenta-

-Es muy extraño-

-Sí-

-Me refiero a que ayer corrí también y no sufrí de ningún ataque-

-Tal vez fue porque no lo hacías muy rápido-

-Me estaban persiguiendo, Paul-
Frunció el ceño, se veía muy interesado.

-¿Quién?-

-Un tipo, del colegio, es una larga historia, el punto es que me persiguió-

-¿Cómo te libraste de él?-

Pensé por unos instantes.

-John-

-¿John?-

-El apareció e intercedió por mí-
Paul me miró extrañado. -¿¡John!?-

-¿Sí?- entró John por la puerta seguido de mi madre.

-¡Alanna! ¡Hija! ¿Qué pasó?-

-Ya le expliqué, señora- dijo John torciendo los ojos al momento que Paul le daba un codazo.

-¿Es enserio eso, Alanna?- mi mamá me preguntó un poco enojada. Diablos, John le dijo todo, ahora estaré castigada. Sólo vi que Paul miraba a John un poco decepcionado de él. Yo me limité a asentir cabizbaja. -Ay mi amor-
Me abrazó. ¿Que rayos? . -Yo sabía que esa falda que llevas no era la adecuada-

-¿Eh?- miré extrañada a John, al igual que Paul. Y él solo sonreía…¿Qué le había dicho a mi madre?

-La falda, hija, es muy atractiva hacia los hombres- 

-¿Eh?- no entendía nada. John, al ver mi imposibilidad de comprender interrumpió.

-Creo que eso debe hablarlo muy seriamente con su hija, señora, si no hubiéramos aparecido Paul y yo quien sabe dónde estaría Alanna-

-Ay hijo- dijo mi madre asustada -No digas eso, no quiero ni pensarlo- luego se volteó para ver a los chicos. -Y ustedes muchachos, muchas gracias- se levantó para abrazarlos. – Ustedes son unos héroes-
Paul no entendía que pasaba pero sí sabía perfectamente que todo era obra de John.