Capítulo 1

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No era la primera vez que la pelirroja llegaba a ese lugar.

Y a pesar de que Drew era consciente de que lo único que hacía esa chica era sentarse en esa banca y leer por horas y horas hasta que la lámpara que se encontraba sobre ella era lo único que le permitía seguir viendo el libro.
El chico que la observaba era de piel bronceda, su cabello castaño claro, ojos café oscuro y esa imponente musculatura, no era común en el fijarse en esa clase de chicas, pero esa pelirroja últimamente se metía en sus pensamientos sin que el pudiera evitarlo. No podía dejar de preguntarse una y otra vez como esa chica no paraba de leer ¿no se cansaba nunca? Estaba seguro de que ese libro lo habia leído más de dos veces, sin embargo Drew jamás había disfrutado de leer, era demasiado impaciente como para estarse sentado horas leyendo sobre personas ficticias, incluso se había fijado que iban a algunas clases juntos y ella seguía llevando sus libros junto con ella, como si fueran amigos inseparables.

—Hey! Drew!

El chico voltio justo a tiempo para agarrar la pelota de baloncesto que su amigo le había lanzado para llamar su atención.

—Keith!

Drew y Keith eran amigos desde pequeños, sus madres eran amigas y por consecuente ellos también, pero no era como si eso les molestara, su amistad se había vuelto más que eso.
Los dos se dieron una palmada en la espalda en forma de saludo.

Drew dejo de prestar atención a la chica sentada en la banca, para concentrarse en su mejor amigo.

A lo lejos Olivia no pudo evitar observarlos un momento.
Le parecían unos chicos arrogantes, egoístas e incluso idiotas, y no era para menos, ella se había fijado en sus comportamientos, algo que solía hacer con las personas que la rodeaban.

Dejo de mirar a los chicos. Se concentró en el libro que reposaba en sus manos mientras que el aire frío gracias al invierno que se hacía cada vez más presente, chocaba con su cuerpo, revolviendo su cabello.
Olivia suspiro exasperada cuando un mechón de cabello se le vino a los ojos por tercera vez.
Sin más remedio lo recogió en un moño despeinado y se concentró en las letras del libro que la metían a un mundo de fantasía, amor y tristeza.

~*~

El sudor caía por la frente de Drew, sentía su corazón desbocado y su respiración agitada.
Pero sonrio al ver como el balón caía en el aro, dándole la victoria a su equipo.

Keith, que estaba en el equipo contrario le hizo una mueca chistosa provocando que este soltara una carcajada.

Sentía la adrenalina recorrer sus venas, le encantaba la sensación de victoria, era común en el salirse siempre con la suya.

Se quito la playera y se limpio el sudor de su cara.

La noche había caído, llevándose los rayos del sol para que la única luz fuera la de la luna y la de las pequeñas farolas que se encontraban dispersas por el parque.

Volteo a la banca en la que se sentaba la pelirroja y se sorprendió al darse cuenta, que está, ya no estaba, si siempre se iba mucho más tarde que ellos.

—¿Vas a casa de Rick?

La voz de su amigo lo saco de sus pensamientos, se quedo pasmado una milésima de segundo, hasta que su cerebro recordo a su  compañero Rick y la reunión que haría en su casa para pasar el día de gracias.

—Claro, ¿Puedes pasar por mi cuando vayas?

—Paso por ti a las 9:00 Amor—. Keith le guiña un ojo antes de darse la vuelta, el castaño no pudo evitar soltar una carcajada para después dirigirse a su casa.

El lugar en el que vivía no estaba muy lejos de ahí. Era un pequeño departamento, del tamaño adecuado para una persona, se encontraba en un edificio algo destartalado, pero solo era la fachada, por dentro estaba en perfectas condiciones.

Había dejado de vivir con sus padres desde hace más de un año, cuando estos se divorciaron y empezaron sus nuevas vidas, sin él.

Eran las 8:10 por lo que alcanzó a darse un baño, al salir el agua escurría por su cuerpo y su cabello mojado cubría su frente.
Tomo una camisa azul marino y un pantalón oscuro, junto con sus zapatos. No era muy bueno al vestirse, ni siquiera se vestía bien para llamar la atención, era su físico el que se encargaba de que las chicas no pudieran apartarse de él.

Su amigo llegó diez minutos más tarde de lo acordado, cosa común en él.

Keith llevaba una camisa amarilla de manga larga, junto con un pantalón oscuro y unos tenis, su estilo casual y desgarbado le hacía especial.

Cuando llegaron a la casa de Rick, ya estaban la mayoría de sus compañeros ahí.

Antonio otro de sus mejores amigos estaba justo enfrente de ellos, acompañado de Eduardo, este último no era muy conocido en la escuela, incluso se podría decir que Drew hacia una obra de caridad al aceptarlo en su equipo, o al menos eso pensaba el castaño.

La pequeña reunión se pasó entre bromas y risas hasta que casi a las 11:45 su compañero Rick salió al patio con pólvora.
Todos sabían que los papás de Rick tenían un negocio de fuegos artificiales en el centro de la ciudad.

De pronto el cielo se llenó de luces, de todos los colores, alumbrando sus rostros con cada estallido.

Drew vio a unas dos casas de distancia que una chica que estaba en la azotea daba un brinco.
Reprimió una carcajada, y después la observó.
Su cuerpo se iluminaba gracias a la luces, no alcanzaba a distinguir sus rasgos pero no fue difícil darse cuenta quien era al ver como su cabello rojizo destacaba entre la noche.

La sonrisa en sus labios se volvió casi imperceptible al darse cuenta de eso, rápidamente aparto la vista.

Cuando los fuegos artificiales acabaron, el dio una última ojeada, la chica de cabello rojo, ya no estaba.

Fin del capítulo uno.

IntermediariosWhere stories live. Discover now