Capitulo 6

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Había pasado.

Olivia no podía creer que lo hubiera logrado. Tenía un 7 en Trigonometría, y a pesar de que no era mucho no era un 5.

El profesor la había felicitado y animado más para la próxima prueba. Todo gracias a Andrew.

La pelirroja salio del instituto, ayer había hecho ese examen, y su estado físico no estaba mejorando.

Su nariz moqueaba y tenía un terrible hinchazón en sus ojos que provocaban que estos estuvieran llorosos, además le invadía una odiosa tos.

Metió sus manos a su chamarra en un intento de conseguir calor.

Le hubiera gustado que Drew viera sus resultados, pero ese día no había asistido, ninguno del equipo de basquetbol.

La chica no había ni cruzado la calle para salir del instituto cuando un carro negro se paro justo frente a ella.

—Hola Olivia.

—Hola Andrew.

Andrew soltó un mojin y la miro feo, no le gustaba que lo llamarán así. La pelirroja soltó una carcajada al ver su cara, no entendía porque esa reacción, le parecía digna de un niño de cinco años.

Al lado de Drew se encontraba Keith que la saludo con una gran sonrisa, pero Olivia nunca se espero que Ed estuviera junto con ellos, en la parte de atrás del carro. Ed no era un chico como ellos, incluso habían intercambiado algunas palabras durante el semestre, por un momento Olivia temió que se convirtiera en un arrogante, egoísta y vanidoso.

La pelirroja se alejó del carro para seguir caminando, cruzo la calle y tomo su rumbo, pero antes de que se pusiera los audífonos, la voz del castaño la sobresalto.

—¡Oli! ¿Te llevamos?

“Oli ¿Qué clase de diminutivo era ese?"

Lo fulminó con la mirada y se dió cuenta que él se estaba vengando por haberlo llamado por su nombre completo.

—Estoy bien, me iré yo.

—Vamos, nos queda de pasada.

Suspiro, no quería ir con ellos.

—No, gracias.

Justo en ese momento la lluvia empezó a caer.

La pelirroja resopló, escucho las carcajadas de los chicos cuando abrió la puerta del carro.

—No digan absolutamente nada.

—Estamos en silencio absoluto querida— Keith fue el que hablo, mirandola por el espejo retrovisor.

Olivia se puso sus audífonos y se perdió en las bellas notas que salían de una guitarra y un piano.

Ese día sentía una paz que hace mucho no tenía, ese examen había sido decisivo para seguir estudiando, sin una beca era imposible que ella solventará todos sus gastos.

Suspiro, un gesto que Drew notó que ella hacía muy seguido.

—Muchas gracias Drew.

Olivia no se dió cuenta que había interrumpido una plática entre los chicos, hasta que el auto se quedo en completo silencio.

—¿Gracias?

—Saque un 7

Tomó unos segundos para que el chico supiera de lo que hablaba, para después sonreir. Una sonrisa sincera, de las pocas que a Olivia le gustaban.

—¡Tenemos que celebrar Oli!

La chica le regreso la sonrisa, él realmente no la llamaba Oli para molestarla, por primera vez en años no le molesto que la llamaran así, pero el sentimiento de nostalgia seguía ahí, provocando nudos en su garganta y pensamientos que la quemaban por dentro.

La chica no entendió las palabras del chico, se encontraba atónita cuando Keith aparco en una pastelería.

—¿De qué sabor te gusta el pastel?

Drew la miró, de una forma distinta, sin repugnacion, como solía hacerlo cuando estaba con sus amigos o su novia. No sabía que significaba esa mirada.

—No es necesario.

—¡Claro que si! Tenemos que celebrar.

El corazon de Olivia empezó a latir más fuerte.

Celebrar"

Ella no conocía esa palabra, no había pasado más de dos semanas desde que su cumpleaños pasó desapercibido, olvidado, repudiado por ella. Y ahora ese chico quería comprarle un pastel para festejar un siete de un examen. Oliva quería reír, llorar y gritar a la vez.
Pero no hizo nada.

—No quiero nada, ¿Pueden llevarme a mi casa?

Su vos era inestable, los chicos se dieron cuenta de eso, Keith fue el primero en reaccionar y dirigió su vista al camino, alejándose de la pastelería.

La pelirroja sentía todas las miradas disimuladas clavadas en ella.
La tranquilidad que había sentido se esfumaba dejando un sentimiento amargo.

No dijo nada cuando bajo del auto, estaba apunto de abrir la puerta cuando Drew la detuvo.

—Olivia, realmente lo siento si dije algo que te molestará, yo solo quería celebrar, entiendo si no somos tus personas preferidas pero pensé que sería un buen comienzo...

Suspiró, luego miro como el chico se pasaba sus dedos por su cabello en signo de nerviosismo, sin darse cuenta que ella estaba teniendo un bombardeo de sentimientos en su interior.

—Drew... La palabra celebrar no está en mi vocabulario, además, las personas como tú, no deben estar con personas como yo.

Olivia se señaló a ella misma, sonó cliché y patética.
Sus ojos estaban brillosos por las lágrimas contenidas, y ni siquiera era capaz de saber el porqué se encontraba así.
Sentía que en cualquier momento explotaría, quebrando todo lo que había reconstruido en su interior.

—¡Olivia, no entiendo porqué te pones así! ¡Solo era un pastel!

“ Un pastel, solo era eso, un pastel que hacía años que nadie le daba”

—Drew...—respiro, trato de calmarse, de respirar, él no tenía la culpa de nada, ni Keith, ni Ed.

—Hace casi dos semanas fue mi cumpleaños... No hubo pastel...

El castaño soltó una carcajada. Oliva se sonrojo, ella se estaba confesando y el se reía.

—Olivia, si querías celebrar tu cumpleaños solo me hubieras dicho, más vale tarde que nunca.

—No lo entiendes Drew, ni siquiera recuerdo la última vez que célebre algo, ni siquiera sé si alguna vez lo hice.

Drew la miraba, como si no entendiera lo que le estaba diciendo, como si le fuera imposible lo que ella decía.

—Pero tu mamá debió de celebrar contigo,  yo solo....

—Drew, soy huérfana.

La voz de la chica fue fría, pero a la misma vez Drew escucho tristeza.
El chico abrió los ojos aturdido, miro la casa que estaba en pésimas condiciones y después miro a Olivia.
Ella no encajaba en ese lugar.

La pelirroja aprovecho la distracción y entro a la casa, dando un portazo para que el chico no entrara.

De pronto, las lágrimas cayeron, sus muros se destruyeron, su corazón se hizo polvo.

Y no entendía porqué.

Drew solo era un compañero.

IntermediariosWhere stories live. Discover now