Capitulo 13

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Soltó un leve quejido al moverse.
Por un momento se asustó al no estar en su cama, pero inmediatamente los recuerdos de la noche anterior la golpearon.

Automáticamente sintió el peso de la cabeza de Keith, el chico seguía profundamente dormido, sus facciones estaban relajadas, nada comparado con lo de ayer.

La pelirroja no sabía si despertarlo o dejarlo ahí un rato, pero él se veía tan cansado, ella sabía que, lo que sea que hubiera pasado ayer lo había superado, pues con tan poco de conocerlo se daba cuenta que era difícil acabar con las sonrisas de ese chico.

Olivia se levantó con mucho cuidado, dejando la cabeza del chico en un pequeño cojín, él apenas respingo.

Si que tiene el sueño pesado.

En el momento en que la chica se levantó hizo mueca de dolor, su espalda le dolía al igual que el cuello.
Suspiro, y por alguna razón se pregunto que había cambiado en ella, hace unas semanas ni siquiera tenía amigos, ni un hogar,  pero ahora, un chico dormía en su sofá.

Se dirigió a la cocina para hacer algo de almorzar, se sorprendió al ver que ya eran las diez de la mañana, habían dormido más de lo normal o al menos para ella así era.

Empezó a sacar todo lo necesario para hacer hotcakes, leche, huevos y la harina preparada.

No era una experta en la cocina pero si sé sabía desenvolver muy bien en ella.
Tarareaba una canción que ni siquiera conocía, pero que no salía de su cabeza, volteaba los hotcakes con agilidad.

Dió la vuelta para ir por más harina cuando gritó.
No se había dado cuenta de la presencia del chico, la miraba divertido.
Olivia se le achico el corazón al darse cuenta de eso, ese era Keith, no la persona de ayer, triste y desolada, él era luz y vida.

—Buenos días Olivia—dijo.

—Buenos días Keith— volteó para seguir haciendo el desayuno.

Escuchaba como Keith se sentaba atrás de ella, sentía su mirada e incluso su aroma.
La pelirroja se encontraba con una gran curiosidad sobre preguntar  lo que había pasado, pero no creía que fuera lo correcto en ese momento.

—¿Cómo dormiste?— preguntó para después poner los hotcakes sobre la mesa y las bebidas.

—Bien, tu sofá no está tan incómodo— dijo y le guiñó un ojo.

Olivia se ruborizó, los dos eran conscientes de que habían dormido juntos esa noche.

Observo a Keith saborear sus hotcakes, se sintió nerviosa mientras el chico los probaba, de alguna manera quería escuchar lo que le parecían.

—¡Diablos Olivia! Esto está delicioso.

Y cómo si eso fuera un interruptor, Olivia despertó de su ensimismamiento y le sonrió, ambos se dispusieron a comer.

—Deja de mirarme de esa manera Olivia, sino tendre que firmarte una foto—reprocho el joven.

—¿Así?

—Me miras como si estuviera loco.

Olivia sonrió, Keith sabía porque lo miraba de esa manera, y la comprendía, ayer había sido un día terrible.

—Ayer... Encontrarte a ti era lo que menos me esperaba—dijo con vos apenas audible, escucho como el chico suspiro.

—Perdon, realmente no sabía qué hacer y tú estabas cerca.

¿Yo estaba cerca?¿Solo por eso?
¿Fui su segunda opción?
Nunca has sido la primera Olivia.

El chico al ver la cara de Oliva se retracto.

—No me refería a eso Olivia, ayer fui a casa de Drew pero él estaba... Ocupado—habló, pero a la pelirroja le pareció que estaba enojado con su amigo.

—¿Estabas así por Drew?

El chico soltó una risa amarga y negó con la cabeza.

—Admito que Drew se comporto como un imbécil ayer, pero no estaba así por él.

—¿Qué hizo Drew?

—No hizo nada, eso es lo único que ha hecho—suspiro cansado, le dolía ver que su amigo lo dejaba de lado por Mary.—Ayer necesitaba hablar con él, fui a su casa y toqué, pero como siempre ahí estaba Mary.

La pelirroja hizo una mueca de asco al imaginar a esa chica junto con Drew, Keith soltó una carcajada al ver su cara.—Tranquila Olivia, solo tenían sexo.

La cara de la chica se desfiguró más, no quería escuchar nada sobre sexo, se sentía cohibida, no veía al sexo de forma mala pero le avergonzaba escuchar sobre él.

Keith no paraba de reír, tenía sus manos en su estómago y Olivia por más que quería enojarse con él, no pudo.

Cuando el chico dejo de reír, miró fijamente a Olivia.

—keith, ¿De qué ibas a hablar con Drew?

El rubio se tenso de inmediato, y Olivia se arrepintió de haber preguntado, había sido una idiota al pensar que el confiaba en ella.

—Olivia… me encantaría decirte pero son cosas mías—dijó, se sintió culpable al ver la expresión de Olivia.

Los dos dejaron de hablar para dedicarse a comer. Un silencio incómodo que solo fue roto cuando acabaron.
Se dispusieron a lavar los platos y limpiar lo que había utilizado la chica.

—No tenías porque ayudarme Keith.

—Es para agradecerte que me dejaras dormir aquí.

Esa mañana se sentaron a platicar como casi siempre, de temas comunes y a la vez enigmantes.

Reían y bromeaban. Olivia no podía parar de pensar que la chica en la que se estaba convirtiendo era la mejor versión de ella, pero había un presentimiento, uno que siempre estaba ahí, uno que le decía que todo sería igual de nuevo.

Alrededor de las cinco de la tarde, después de haber comida pizza, Keith se fué.

La pelirroja pensó que ya había pasado demasiado tiempo con ella y que el si tenía una vida social.
Pero agradecía la compañía de ese chico, su sonrisa, sus bromas y su forma de ir por la vida, la contagiaban de vitalidad.

IntermediariosWhere stories live. Discover now