27.

1K 92 56
                                    



El Cuartel estaba lleno de nuevo y a Hunter le agradaría ver eso, pero estaba lo suficientemente enojado como para tener pensamientos positivos. En ese momento solo podía pensar en su madre, queriendo destruir el cuartel como siempre su verdadero padre le había dicho esa noche de reencuentro. Tenía lógica y lo peor de todo es que él siempre lo había sospechado. Siempre había una mano extraña en el club, pero nunca podía entender de donde salía.

Valerie lo observaba desde el otro lado de la oficina, con los brazos cruzados y se notaba desde ahí que estaba pensando. Se detuvo un segundo a observarla, sumida en sus pensamientos, con el cabello despeinado a un lado y con su camiseta puesta, lo suficientemente grande para que le cayera por el hombro. Suspiró, porque no podía detenerse a pensar en ella, pero realmente quería hacerlo.

—No puedo entenderlo —comentó ella rompiendo el silencio y distrayendo por completo. Bufó y soltó un gruñido sin poder evitarlo, ignorando un poco lo que Valerie había dicho al recordar la situación—. No entiendo como tu madre, quien murió en tus brazos, está viva y buscando venganza. ¿Por qué querría lastimar a tu hermano? ¡Es su hijo!

—No lo sé, Valerie. ¡No lo sé! ¡No entiendo que sucede en este momento y me estás poniendo más nervioso al tratar de entenderlo todo! ¡Algunas cosas pasan porque sí! No puedes resolverlo todo —le gritó furioso, pero no era con ella el problema y cuando vio el rostro dolido de la chica comprendió que le había hecho daño. Se acercó a Valerie, quien al principio no quiso tener contacto con él, pero luego cedió, y tomó el rostro en sus manos. Apoyó su frente en la de ella, uniéndolas en una sola y acarició su rostro—. Lo siento. Me estoy volviendo lo que juré no ser.

La chica no respondió y Hunter comprendió que estaba enojada con él. Tampoco podía culparla, se estaba volviendo un idiota en pocos minutos. Pero no podía sobrevivir a esa situación, al engaño. Su hermano, quien era casi una parte de él, estaba luchando por su vida en un hospital. Su familia estaba destruida y él no sabía cómo pelear en ese momento. Tampoco era excusa para tratar mal a la gente. Cuando conoció a Valerie y ella cambió su mundo, comprendió que no debía lastimar a la gente para alejarlos. Eso había hecho con ella pero, aun así, Valerie había logrado llegar. Como si fuera un perro rabioso pero la chica había logrado acercarse lo suficiente para acariciarlo.

—Siempre he creído que había un infiltrado en el club —comenzó a decir Hunter mientras se alejaba un poco de ella, acomodándole un mechón de cabello rubio detrás de la oreja. Lo escuchaba atenta, pero podía sentir que todavía había un poco de tensión entre ambos—. Sergei siempre sabe nuestros pasos, Alaska siempre sabe con quienes tiene que hablar... a veces el pedido de armas no llegaba completo o nos faltaba mercancía. Siempre había algo raro y nunca entendí la razón.

—Creo que hay algo más, Hunter, pero no lo podemos ver —acotó ella, usando siempre ese cerebro perfecto que ella tenía. El hombre se alejó, sentándose en el escritorio para observarla y escucharla—. Tengo esa sensación... hay algo que me estoy perdiendo y no puedo encontrar que es. Algo no cierra... algo me falta.

—Una pieza.

—¡Eso! Me falta una pieza del rompecabezas... y no puedo encontrar cualquier es todavía.

La chica le dio la espalda, observando la pizarra llena de sus anotaciones y se mantuvo observando aquel lugar por un tiempo. Había fotografías de personas y en algunos casos, como la madre de Hunter, solo estaban sus nombres. Estaba tan metida en aquello, que no quiso molestarla. Sabía que tenía que ponerse en marcha y comenzar su plan, uno que no le iba a gustar a la rubia.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon