C U R I O S I D A D, L O S R E C U E R D O S A F L O T E.

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El sonido del tono de llamada en el teléfono de Victor resonó en toda la habitación, interrumpiendo nuestro sueño. Eran las 6:30 de la mañana y apenas comenzaban a salir los rayos del sol, que se colaba tímidamente por la ventana.

Victor, se removió entre las sábanas en busca de su teléfono. Gruñía por lo bajo, mientras tanteaba encima del buró, hasta por fin hallarlo. Colgó y en seguida se volvió a acomodar, en un instante más el teléfono volvía a tocar esa melodía, y de nuevo Victor colgó. Y así fue hasta que decidió contestar.

—¿Si? —se escuchó enojado. Victor al oír la voz del otro lado del teléfono, se tensó de inmediato. Rápidamente se levantó de la cama y poniéndose la bata salió de la habitación.

Lo miré de reojo. Victor esconde algo, y por alguna razón siento que no es nada bueno.

A los pocos minutos, entró a la habitación con un semblante serio y pensativo, mientras se sentaba en la cama. Lanzó un gran suspiro mientras mantenía su mirada fija en la nada.

—¿Victor...? —de pronto, Victor alzó la cabeza y giró a verme. Sonrió como si sus emociones escondiera, como hacía muchas veces. Inevitablemente, comencé a preocuparme, no puedo olvidar la imagen de Victor con aquella cara tan deprimente y esa llamada que lo hizo reaccionar así, necesito saber qué pasó.

—Yuri, vamos a desayunar —Victor siempre mantiene sus sentimientos y pensamientos tan ocultos. Es difícil saber que está pasando en su cabeza. Eso me hizo recordar, que además de su carrera en patinaje, no sé nada sobre Victor.

Asentí para contestar y me levanté para darme una ducha rápida.

Victor es muy alegre y sobreprotector, siempre está detrás de mi cuidándome, estando ahí para mi. Él sabe muchas cosas sobre mi pasado, pero él no me ha dicho sobre el suyo.

¿En que tipo de casa creció? ¿Cómo era la relación con sus padres? ¿Por qué Victor nunca menciona a su familia?

Salí de baño para ir directo a la cocina. Caminé por los pasillos despacio, sumergido en mis pensamientos. Hasta que un fuerte mareo me hizo caer de rodillas. Intenté sostenerme de la pared, mientras apretaba fuertemente mis manos para calmar el mareo.

—Yuri —mamá se apresuró a mi encuentro, para ayudarme a levantar. El mareo no cesaba y sentía mi cuerpo desfallecer.

—¡Yuri! —Victor apareció. Miré su rostro y aquellos pensamientos y dudas volvieron a mi. Quería respuesta, quería saber más de él. Pero ahora yo...

—¡Victor, llama una ambulancia! —fue todo lo que pude escuchar antes de cerrar mis ojos y caer inconsciente.

(...)

Estoy en un cuarto oscuro, el olor a moho y humedad era insoportable. Hacía mucho frío, pese a no tener ventanas o un pequeño orificio.
Todo estaba totalmente oscuro y silencio, tan lúgubre como lo que muestran en las películas de horror.

De pronto, el chirrido de una puerta abrirse resonó como un fuerte eco. Una brillante luz apareció frente a mi. Y en ella, la figura de una persona se posicionó delante. No podía ver su rostro, nada para saber quién era.

—¿Donde estoy? —pregunté temeroso. Ansioso, ¿donde estará Victor? Tengo miedo.

—Yuri, mi precioso Yuri... —esa voz era de...

—¿V-Victor? —quería alcanzarlo, pero me di cuenta que mis manos estaban atadas—. ¿Qué es éste lugar, Victor?

—Lo siento, Yuri —se inclinó para quedar a mi altura, seguía sin poder ver su rostro, pero sabía que sus ojos reflejaban angustia y dolor—. Si tan sólo no te hubiera entrometido, yo no...

—Victor, ¿qué vas a hacer con eso? —pasando su mano a su espalda, sacó una pistola plateada. Y me apuntó a la cabeza, justo en la frente.

—Lo siento Yuri, pero sabes demasiado —y sin piedad, tiró del gatillo.

Abrí mis ojos. Estaba respirando rápido y mi cuerpo estaba bañado en sudor.
Noté que me hallaba en un hospital. No había nadie más en la habitación excepto yo.
Mirara a donde mirara, podía notar que todo se movía y giraba a mi al rededor.

Fue solo un sueño, ¿verdad?

Despacio, me senté en la cama. Mis pies quedaron suspendidos en el aire porque estaba demasiado alto. Miré mi brazo derecho, tenía un suero sujetándome.

Tenía que salir de aquí y buscar a Victor. Me quité de un jalón el suero. Y me deslice lo suficiente para que mis pies descalzos tocaran el inmaculado y frío piso. Sosteniéndome de donde pudiera, caminé rumbo a la puerta, sintiendo que en cualquier momento caería por la debilidad.
Al llegar a la puerta, me sostuve en ella, respirando agitado. Como si hubiera tenido el entrenamiento más pesado en mi vida.

Fijé mi vista al picaporte.

Sólo tienes que agarrarlo y girarlo, Yuri. No es nada nuevo...

Por alguna razón, tenía miedo de abrir la puerta.

—Doctor, ¿por qué Yuri se desmayó? Eso no es normal —escuché hablar a Victor del otro lado de la puerta.

—Después de descubrir el caso, me puse en contacto con unos colegas extranjeros que conocen más o menos estas situaciones que comenté la otra vez —el doctor pidió que Victor se sentara.

—¿Entonces el embarazo de Yuri no tendrá tantas complicaciones, verdad? —preguntó inseguro.

—No podría asegurarlo —comenzó a explicar el doctor—. Todo depende de la persona. Realmente los cinco casos de embarazo en hombres, el éxito de completar su gestación es de un 40% de probabilidades. Me refiero a que, sólo dos de ellos pudieron dar a luz.

Silencio, hubo un gran silencio. Llevé mi mano a mi vientre. Él nos había dicho que iba a ser como un embarazado normal, nos mintió.

—Tendrá que recibir cuidados especiales y también tendrá que estar vigilado a todo momento. Por ahora, como está comenzando el embarazo solo tiene mareos y náuseas, pero en su caso estos pueden ser demasiado para su cuerpo. No sabemos que otras cosas puedan pasarle, así que si ven algo raro, vengan de inmediato —el doctor se despidió de Victor, tenía que atender a otros pacientes.

Di unos pasos hacia atrás y caí al suelo por debilidad. Tengo miedo, miedo de lo que pueda pasar, que Victor me deje, además de las miles de preguntas que rondan por mi cabeza acerca de su pasado, todo esto simplemente no puedo soportarlo, es demasiada carga.

Se escuchó la puerta abrirse. Victor entró con su rostro serio.

—¡Yuri! ¿Estás bien? —Victor se agachó como en mi sueño. No pude evitar sentir miedo. Acercó su mano para tocar mi frente e instintivamente la aparté de un golpe.

—L-lo siento, es sólo que... yo... tengo miedo, Victor —comencé a llorar angustiado, abrazándome, tratando de consolarme. Víctor no dijo una palabra y no intentó tocarme de nuevo.

—¿Lo escuchaste, cierto? La plática con el doctor —dijo tras varios minutos en silencio. Asentí. Sé que era malo espiar, pero no pude evitarlo—. Yuri, haré todo lo que pueda porque tú y ese bebé estén bien, no te preocupes, todo estará bien.

—Victor... —fui yo el que comenzó a buscar su cuerpo, en busca de un abrazo que me consolara—. Quiero preguntarte muchas cosas y quiero que me respondas con la verdad.

—¿Preguntas? —tomó mi mano despacio, como si se esperara que lo apartara de nuevo.

—Victor, cuéntame sobre tu pasado —dije al tiempo que sentía su cuerpo tensar, su semblante cambió a un más serio y hasta cierto punto terrorífico—. ¿Victor...?


Nos vemos ♥

Hanarezuni soba ni ite / Sólo quedate a mi lado (Yuri On Ice)Where stories live. Discover now