L A V I D A. (M A R A T Ó N - 3)

1.6K 188 10
                                    

Abrí los ojos espantado, me encontraba en mi habitación con mi ropa aun puesta. Miré a todos lados para ver sí había rastro de Katia pero al parecer me encontraba totalmente solo.
Dejé escapar el aire que contenía y me aflojé la corbata a como pude. Mi cuerpo aun no sé movía como debía y mis dedos temblaban por la sensación de la electricidad pasar por mis venas.
Había llegado a mi limite de tolerancia. Jamás esperé que sacara algo así y lo utilizara contra mi.
Con pesadez, me levanté de la cama rumbo al pasillo, buscando una señal de vida, algo que me indicara si había alguien cerca, no sabía siquiera cuanto tiempo había pasado y la duda me está carcomiendo.

Al fondo del pasillo, escuché las voces de varias personas, gritando sobre algo que no sé podía distinguir. Me acerqué tratando de no hacer ruido para oír mejor y puse percibir las siluetas de tres personas.

—¡N-no tenia otra opción! —gritó Katia con desesperación—. Él iba a dejarme, no podía permitirlo.

—¿Entonces la única solución que encontraste fue electrocutarlo? —preguntó padre fastidiado por el tema. Mark se encontraba ahí, en silenció y rodando los ojos.

¿Por qué están los tres juntos?

—¡No quiero que se aleje de mi! —comenzó a llorar haciendo berrinche como a una niña que le acaban de quitar su juguete.

—¡Entiende que no debes hacer eso! —padre la tomó de sus hombro y la zarandeaba muy fuerte—. Vuelves a hacer una estupidez como esa y no tendré piedad de ti una segunda vez.

—¡Pero...! —se quejó.

—Basta, hablaremos de esto luego —miró a mi dirección—. ¿Tienes miedo? Ven, no es necesario que te escondas.

El sudor en mi frente resbaló como una gota de agua en un vaso. Y con esfuerzo salí de mi escondite para enfrentarlos. Katia miraba a otra parte y padre solo se limitaba a acomodarse su saco.

—¿Y ésta reunión tan inesperada? —pregunté mientras sentía que mis piernas me fallaban.

—Katia tiene algo que decirte, ¿no es así? —padre la pasó al frente con fuerza.

—Lamento lo de hace rato... —dijo en susurro.

—¿Es suficiente para perdonarla y tener en pie la propuesta de matrimonio? —dijo padre de manera divertida.

—¿A que juegan? —dije enojado. Mientras el sudor seguía recorriendo todo mi cuerpo y la debilidad de mis piernas cedía.

—No te ves muy bien Victor —se acercó Katia a sentí mi frente preocupada—. Tienes mucha fiebre.

—Mark, lleva a tu hermano a su habitación y Katia, será mejor que regreses a tu casa. Ya hablaremos todos otro día —ordenó mientras se iba sin despedirse.

—¿Por qué tengo que llevarlo? —dijo Mark enojado mientras me miraba con recelo.

—¿Por qué? —se giró enojado, lanzando una mirada fría y hostil—. Porqué te lo estoy ordenando.

Mark no dijo nada más. Y para llevar la contraria, paso de largo mi presencia y se fue echando rabietas hasta llegar a su habitación.

Caí al suelo sintiendo que mi cuerpo me pesaba. Algo malo me estaba ocurriendo y no sabia que era, pero se algo que estaba seguro, es que moriré de tanto dolor.

...

Ese día extrañamente hizo mucho frío. La mañana me recibió con su brisa refrescante y el aire congelado provocaba que mi nariz se pusiera roja. No tenia puesto otra cosa mas que mi chaqueta y la incomodidad de dormir en ese lugar aquejaba mi cuerpo con gran pesadez.

Hanarezuni soba ni ite / Sólo quedate a mi lado (Yuri On Ice)Onde histórias criam vida. Descubra agora