Capítulo 7

697 71 2
                                    

Habían pasado varias semanas desde lo que pasó. Aquel par de besos. Desde entonces era muy común pasar tiempo con Kaito y en este tiempo nos estábamos haciendo muy buenos amigos.

En estas semanas había resuelto varios casos, y Kaito había insistido en asistir a uno de ellos. Siempre me había negado, no quería que su presencia me afectara ya que siempre sentía un manojo de nervios en mi interior cuando lo veía.

Después de aquella noche en la que me besó, no volvió a intentarlo. Solamente había varios momentos un poco íntimos que me hacían subir los nervios. Algunos roces, una unión de manos esporádica y miradas que me dedicaba que me hacían congelarme en el sitio.

Supuse que después de mi reacción no quiso forzar más nuestra situación para no incomodarme.

Esta noche volvía a ser luna llena y, por tanto, volvería a ver a aquel mago. Estaba muy ansioso por su espectáculo que esa misma noche estaría presenciando. La rosa que me regaló había aguantado mucho pero al final se acabó marchitando y tuve que, desgraciadamente, tirarla a la basura.

Mis ganas y mi entusiasmo aumentó y estaba seguro que haría algo nuevo para poder lograr sorprenderme. Kaito me dijo que me acompañaría al local y para diferenciar de lo que hacía cada noche de luna llena, esta noche será la primera vez que la pasaré acompañado.

Sonriendo por la felicidad que sentía bajé las escaleras de mi casa y, al alcanzar la planta baja, me encontré una pequeña nota al lado de la puerta principal. La cogí y me dispuse a leerla cuando para mi sorpresa me di cuenta de la persona que la había mandado era el mago de la luna plateada, Kaito Kid.

Hola detective, espero ansioso tu presencia en el local Blue Parrot. Te buscaré y encontraré ese par de bellos ojos azules para hacerlos míos para siempre. Ansio la noche y ya estoy contando las horas para verte.
Kaito Kid

Cuando acabé de leerla no pude ignorar las ganas de sonreir que tenía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando acabé de leerla no pude ignorar las ganas de sonreir que tenía. No podía creer lo que leía, pero lo que me preocupaba era el cómo había averiguado dónde vivía. Sabía que era un famoso detective pero no todo el mundo conocía esta casa, o almenos eso es lo que creía.

Me sacudí la cabeza quitando esos pensamientos de la cabeza. Seguro que tendría sus medios, pero no quería darle demasiadas vueltas al asunto. Solo quería disfrutar de las palabras que me había dedicado. Solo eso me importaba en esos momentos.

Se escuchó el timbre y di un salto sorprendido. Me dirigí a la puerta para abrirla y, para mi sorpresa, era Kaito. Un sonriente Kaito que no sabía porqué estaba presente.

-Veo que no eres muy madrugador- comentó divertido mientras se adentraba a la casa.

-Sí, buenos días- dije dando un bostezo.

En mi cara se reflejaba mi cansancio. Nunca me había caracterizado por ser muy madrugador.

-Pero ¿sabes qué hora es?- dijo mirándome algo serio.

-No, no he mirado el reloj- dije yo siguiendo mi camino hacia la cocina seguido por Kaito.

-Son las doce del mediodía, ¿en serio que te acabas de levantar?

-Em, sí. Ayer me quedé hasta tarde con unos informes y me habré quedado dormido más de la cuenta- confesé mientras ponía la cafetera y me preparaba café.

Kaito se sentó en una de las sillas que estaban en la cocina y me esperó para que yo también me uniera.

-Trabajas demasiado Shinichi- se quejó. Sabía más o menos cómo era mis jornadas de trabajo y siempre había dicho que era demasiado.

-Es mi deber, al fin y al cabo soy detective, me gusta lo que hago.

Con un suspiro por su parte se acabó la pequeña discusión y me dispuse a concentrarme en mi café. Cuando acabó me lo serví en una taza y me senté a su lado.

-Por cierto, ¿quieres algo?- le ofrecía al darme cuenta que no le había preguntado.

-Pues, no tranquilo, disfruto con tu presencia- dijo con una pequeña risa al final.

Yo también me reí un poco y comencé a dar tragos del café sintiendo que la cafeína me comenzaba a despertar más para poder espavilarme.

Durante todo el día estuve con Kaito, siempre estaba pendiente de que no trabajara de más. También quería y se preocupaba de que me divertiera todo el tiempo que pasaba con él.

Pronto llegó el atardecer y con él me fui a preparar para ir al local y esperar la llegada del gran mago. Kaito, que se había traído una ropa de recambio que no había visto en el primer momento, se estaba bañando en el otro baño.

Entusiasmado, acabé de prepararme y bajé a esperar a Kaito en la sala del comedor. Llevaba junto a mí la nota que me había mandado y la había guardado en uno de mis bolsillos de la chaqueta.

Por fin, Kaito había acabado de prepararse y bajó por las escaleras con una sonrisa en la cara. Vestía unos pantalones marrones junto a una camisa blanca. Un look normal pero que se le veía bien. Yo en cambio vestía unos pantalones beis junto una camisa negra.

-Bueno, siento la tardanza. ¿Nos vamos?- me dijo cuando estaba al lado mio.

-Sí, claro

Me levanté y, al lado de Kaito, nos fuimos dirección al local que ya me era tan familiar. Pronto llegamos, al fin y al cabo, mi casa no quedaba muy lejos del bar. Al entrar quise ganar la menor atención posible y, por primera vez, lo logré.

Nos dirigimos hacia la barra y me senté en una de las sillas como siempre. A mi lado se posicionó Kaito que con una sonrisa pidió una bebida al sonriente barman llamado Jii.

-Jii-chan, ponme un wishkey escocés por favor- dijo con una sonrisa.

-Yo un chambord, como siempre- pedí yo. No me gustaba mucho variar así que siempre pedía lo mismo.

-Enseguida lo traigo- dijo retirándose un poco para preparar las bebidas.

-¿Le conoces?- pregunté curioso.

-¿Eh? Sí, bueno a veces me paso por aquí- me explicó.

No le di mucha importancia, con Kaito todo era posible y me dispuse a esperar impaciente la hora que empezara el gran espectáculo.

-Se te ve ansioso Shinichi- dijo mirándome mientras veía un toque de burla en sus ojos.

-E--eh, no e-es solo que m-me gusta ver l-los espectáculos de Kaito Kid- confesé nervioso desviando la mirada hacia otro lado.

-Bueno, pues atento que en breves comenzará. Yo también quiero verlo. Me gusta ver los trucos de otro mago- me confesó con la cara un poco pegada a la mía.

Mis nervios aumentaron y sabía que en menos de lo que creía estaría viendo al gran Kaito Kid.

BoulevardWhere stories live. Discover now