Capítulo 14

670 53 16
                                    

Ya había pasado una semana desde que Hattori se había quedado en mi casa a vivir, según él, porque había discutido con su padre. Desde el primer momento, Kaito y él no se habían llevado bien. Podría decirse que, en cierto modo, tenían una personalidad algo parecida y eso hacía que no se soportaran entre ellos. También he de añadir que quien muchas veces lo propiciaba era Heiji.

Desde unos días atrás, el tiempo iba siendo más frío. Eso solo quería decir que se aproximaba alguna tormenta o, al menos, mal tiempo. Lo noté en el mismo momento que me quité las mantas esa mañana. Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo echar de menos el calor acumulado de mis tullidas mantas.

Bajando las escaleras fue cuando me fijé en el cielo de fuera. Gris, encapotado de nubes. Suspiré con pesar, no era de los que disfrutaba de un día frío.

Cuando acabé de bajar noté que el comedor era un desastre total. Convivir con Hattori era, en diversas ocasiones, un martirio, sobre todo con el orden. No es que fuera un maníatico, pero no por ello me gustaba tener un desastre y un caos habitando cada parte de mi casa.

-¡Heiji!- grité con voz dura, clara advertencia que había alguna cosa que no me gustaba o que no estaba conforme.

En pocos minutos, vi aparecer a Hattori, perezoso y somnoliento, bajando por las escaleras.

-¿Qué quieres Kudo?

-¿Me puedes explicar por qué está todo hecho un desastre?

Heiji dio un vistazo alrededor antes de contestar, con cuidado, a esa pregunta.

-Bueno, no creo que pase nada por tardar un poco a recoger. Ahora mismo me pongo, tranquilo.

No quiso discutir, porque al fin y al cabo esa no era su casa. Algo sensato por su parte.

-Por cierto, ¿cuándo tienes pensado volver a tu casa? ¿No era por unos días esto?

-Bueno, no creo que se solucione tan rápido, ya sabes cómo soy, se dicen cosas, me altero, y a veces hacemos cosas que no se pueden cambiar.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Bueno, técnicamente me he ido definitivamente de casa... y bueno, como no tenía a donde ir...

Suspiré. Sabía que la cosa era algo más seria al ver que pasaban los días y sus padres no intentaban hablar con él.

-Bueno, no pasa nada, te puedes quedar. Pero dentro de poco vendrán mis padres, aunque no creo que haya ningún problema.

-Oh, mil gracias amigo.

Efusivamente, me dio un abrazo que me asfixió y, en cuanto me quejé, me soltó de inmediato. Nada que no hiciera desde que nos conocemos.

En lo que resta de día, no hice gran cosa. Ya era por la tarde sobre las siete cuando decidí pasear un rato por las calles. Cuando iba por en frente del bar llamado "Blue Parrot" y me di cuenta, con gran sorpresa, que esta noche actuaría Kaito Kid.

Me quedé de pie, observando aquel cartel, y decidí que podría venir y, si podía, podría intentar aclarar las cosas.

Me encaminé de nuevo a mi casa, tenía que arreglarme para así poder asistir. Cuando llegué no presté atenición a Heiji que, molesto, intentaba llamar mi atención. Me fui directo a la ducha y me vestí en tiempo récord.

Cuando bajé, no me sorprendió lo que me esperaba.

-Kudo, ¿se puede saber por qué pasas de mí de esta forma?- dijo Heiji indignao con mi actitud.

-Lo siento Heiji, solo es que tenía prisa- me intenté disculpar.

-Am, bueno...- contestó no muy convencido.

Me siguió, con una mirada sospechosa y acusadora siempre acompañándole, hasta el salón de casa y cuando nos sentamos volvió a intervenir con sus inquisidoras preguntas.

-Oye Kudo, ¿y por qué tanta prisa?

-Pues, por nada en especial. Solo que voy a salir esta noche.

-Oh, yo también quiero.

Suspiré, ya que no se me ocurriría alguna forma de librarme de mi amigo por mucho que pueda insistir.

-Bueno, si tú quieres.

Después de celebrar su victoria, cenamos algo rápido y sobre las diez de la noche, comenzamos nuestro viaje hacia aquel local.

Al llegar notamos el clásico público alborotado que se juntaban los días que aquel mago aparecía. Ya era lo normal aquellos días. Cuando entramos nos dirigimos a un par de sillas que había libres y nos sentamos, esperando ser atendidos.

Solo faltaba unos minutos para que saliera el mago y yo ya me había bebido un par de copas, teniendo entre mis manos la tercera. No era gran cosa, aún podía mantenerme en pie bien, hablar correctamente.

Con una cortina de humo empezó el gran espectaculo. Yo, como siempre, no me perdí ni un detalle de su aparición. En un abrir y cerrar de ojos estaba plantado en medio del escenario con un porte elegante y dejando al local en un breve silencio que se vio ahogado por un sonoro aplauso por nuestra parte.

Tras presentarse, todo comenzó. Nunca me cansaba de ver aquellos trucos, eran entretenidos y siempre le daba un toque nuevo que te hacía sorprender incluso si lo hubieras visto tantas veces como yo.

Al final, me dejó, sin que nadie lo viera, otra nota en la cual me citaba a media noche en el mismo sitio de siempre. El problema, en este momento, era librarme de mi amigo que no paraba de insistir en que tenía que acompañarle toda la noche.

Tras muchos intentos, logré evadirme de él y me dirigí a aquel lugar en el que me había citado. Cuando llegué no tuve que esperar mucho para ver como aparecía en frente mío, con su capa revoloteando y con su mirada genuina mirándome directamente a los ojos.

-Hola, ¿qué tal estás en esta preciosa noche?- me preguntó mientras se acercaba a mi.

Mis piernas temblaron levemente pero me decidí a dejar pasar mis nervios.

-Bien, me alegro de verte otra vez- contesté dejándo que me arrullara en sus brazos.

-He deseado esto desde la última vez-decía mientras me abrazaba dejando mi cabeza en su pecho.

Después de un rato, nos separamos lentamente, mirándonos fijamente. Poco a poco noté que se acercaba a mí y me besó. Dulcemente. Con su contacto comenzaron a asaltarme mis dudas, abrumandome de tal forma que no pude soportarlo.

Creo que había llegado al límite. No sabía si me gustaba más Kaito o aquel mago. Aunque me gustó el contacto que teníamos en ese momento, por culpa de mi indecisión y de lo mal que me sentía en esos momentos por lo que estaba haciendo con aquellas dos personas, hizo que me separara y me fuera corriendo, dejando a un preocupado y desconcertado Kaito Kid detrás mio que aunque me llamó no quise darme la vuelta.

No paré de correr hasta llegar a mi casa. Me senté en el sofá queriendo estar solo, completamente solo. Pero me di cuenta que si me quedaba estaria Heiji. Tras pensarlo detenidamente decidí huir, aunque sonara cobarde.

Me iré de aquí, no podía quedarme, estaba mal lo que hacía, tanto por Kaito como por aquel mago, pero no podía aguantarlo más.

Bạn đã đọc hết các phần đã được đăng tải.

⏰ Cập nhật Lần cuối: Apr 21, 2018 ⏰

Thêm truyện này vào Thư viện của bạn để nhận thông báo chương mới!

BoulevardNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ