Capítulo 13

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Al día siguiente me levanté con un sonoro grito de mi querido amigo. No sabía qué hora era pero sabía lo cansado que estaba como para levantarme en esos momentos. Me giré en la cama para intentar volver a dormir, pero parecía que no me iban a dejar dormir tranquilo.

Abajo comencé a escuchar un ruido, como si Heiji estuviera discutiendo con alguien, cosa que, aunque me confundió, decidí ignorarlo y seguir durmiendo.

Sin embargo, mis plegarias no fueron escuchadas cuando mi querido amigo moreno abrió bruscamente mi puerta haciendo que me despertara otra vez de mi pequeña ensoñación.

-Shinichi, abajo hay alguien que se hace llamar tu mejor amigo, ¿quieres bajar a aclararle que no es cierto y que tu mejor amigo, sin ninguna duda soy yo?- gritó exaltado Heiji.

-Lo único que eres ahora mismo es el blanco de mi siguiente asesinato-comenté perezoso removiendome en la cama.

-Venga Shinichi, no bromees y baja a decírselo.

Como pude salí de la cama y me dirigí a la planta de abajo. Una vez allí me encontré con Kaito que, sonriente, me daba los buenos días. Me quedé quieto por un momento, sin saber cómo afrontar la situación, pero al ver que él actuaba con normalidad decidí hacer lo mismo.

-Díselo Shinichi, que yo soy tu mejor amigo- el grito a mi espalda de Heiji me recordó que tenía que decir algo y me impulsó a hacerle pasar.

-Hola, Kaito, pasa dentro- le dije dejándole paso.

-Shinichi, díselo de una vez, que tu mejor amigo soy YO- dijo el moreno remarcándose a él mismo.

Yo suspiré cansado, sabía que no pararía hasta que dijera algo y me giré entornando los ojos.

-Eres muy ruidoso por la mañana, pero acepto que eres mi amigo- le dije volviendo a dirigirme a la cocina.

-Oye eres muy cruel- decía mientras se escuchaba la risa de Kaito de fondo.

Ignorándolo me preparé un café bien cargado. Notaba aún el cansancio de las primeras horas de la mañana y sabía que sería muy larga. Sobre todo porque Heiji estaba en mi casa.

-Tu amigo es muy gracioso Shinichi- decía Kaito con una risita al final mientras observaba al moreno.

-Y tú eres muy molesto- le devolvió mirándolo mal.

-Eso es lo que debería decir yo- dije mientras me sentaba enfrente de ellos con un café en mano.

-¿En serio vas a beberte esa bomba de cafeína cuando te acabas de levantar? Ni siquiera te has quitado tu pijama- comentó Kaito mirando con desagrado la taza que tenía entre las manos.

-Esto no sería necesario si no hubierais armado el follón de hace un momento y pudiera dormir como quería- dije disgustado dándole un sorbo.

-Perdón Shinichi pero tu amigo moreno no paraba de armar escándalo con ser tu mejor amigo, así que es su culpa.

-Ahh, y encima me echas la culpa, serás desgraciado.

Heiji se había alterado otra vez, algo muy común en él. Le miré sin hacer nada, estaba más que acostumbrado a sus historias y no tenía ganas de calmarle.

Ellos siguieron con su pequeña disputa y cuando me acabé el café me disculpé para subir y ducharme. Realmente no me interesaba lo más mínimo, consideraba a ambos buenos amigos mios. Heiji lo único es que, en mi opinión, es algo infantil en ese aspecto. Aunque a veces es gracioso chincharlo.

Una vez que estuve listo y más despejado bajé y vi a ambos en el salón. A Heiji se le veía un poco enfurruñado y Kaito estaba como siempre, relajado y alegre.

-Hola de nuevo Shinichi- me saludó Kaito.

-Ya pareces persona Kudo- dijo Heiji dejando su enfurruñamiento atrás y soltando una de sus típicas bromas.

-No gracias a ti, escandaloso-le dije mientras me iba a sentar con ellos.

-Eres cruel Kudo.

-¿Y bien? ¿Qué haces aquí Kaito?

-¿No puedo visitar a un amigo? Qué cruel

-No es eso, solo que me sorprendió que vinieras tan temprano.

-¿Temprano? Shinichi casi son la una del mediodía- dijo sorprendido Kaito.

-¿Es tan tarde?- dije sorprendido.

-Bueno eso no es una sorpresa en él. Es un dormilón sin remedio que no le gusta madrugar- dijo gracioso mi amigo.

-Bueno, lo que quería era ver si querías ir a comer a algún lado y hacer algo, ya sabes, para pasar el día- me ofreció.

-Bueno, no es mala idea, ¿te apuntas Hattori?- le pregunté.

-¿Por qué tiene que venir este también?- se quejó de modo infantil Kaito.

-Bueno esque ahora está viviendo aquí por unos días- le expliqué.

-Eso, estoy ahora mismo aquí con mi mejor amigo.

-Bueno, no importa, pero ¿vamos ya?- dijo Kaito restándole importancia.

-Claro.

Los tres nos fuimos afuera para poder encontrar algún sitio para comer. Teníamos que ir caminando un rato para encontrar un restaurante que podamos comer bien. Me apetecía comer algo bueno, de vez en cuando.

Noté que Kaito no le dio gran importancia a lo que sucedió el otro día. Aunque no sé si es por la presencia de Heiji que aligeraba mucho la tensión que se pudiera haber creado entre ambos. Y eso a mi me relajó muchísimo y me alegró también.

Siento que a no ser del moreno me hubiera puesto muy nervioso y eso es algo, que aunque no quisiera admitir, debía de conceder y agradecer a Heiji. No quería estar en una situación incómoda con Kaito.

Pero sabía muy bien que, para eso, tenía que aclarar mis sentimientos y decidir quien de los dos, Kaito o Kaito Kid, me gustaba realmente.

-Bueno, este es un buen lugar para comer ¿no?- dijo Kaito viendo un restaurante elegante de donde emanaba un delicioso aroma.

-Sí, yo me apunto- dije de acuerdo con la propuesta.

-Bueno, no hay de otra.

Sé que aunque por su orgullo quisiera esconderlo con indiferencia, Heiji le había gustado aquel lugar. Los tres entramos y fuimos atendidos rápidamente por una amable señorita.

-Hola, bienvenidos a Poirot, me llamo Azusa- se presentó la camarera del lugar mientras nos mostraba una mesa libre para sentarnos-. Aquí teneis la carta. Cuando esteis listos avisadme.

-Mmm, todo tiene muy buena pinta, no sé qué pedirme- dijo Kaito ojeando.

La verdad es que yo igual estaba confundido, no sabía qué pedir. Todo se veía muy bien. Pero por lo que acabo de ver, Heiji lo tenía muy claro. Me gustaría ser tan decidido como él, en general. Así la situación en la que me encontraba se solucionaría, y no era el tema del menú, si no de mis sentimientos.

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