Rock Band

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«¡Vamos, Regina! ¡No seas caprichosa!» gritó Tinker

«¡No iré, es inútil que intentes convencerme!» se quejó la otra mujer, enterrada en las sábanas de su gran cama de matrimonio

«¡Levanta tu lindísimo culo!» exclamó el hada, retirándole las sábanas de encima. «Quizás esta noche alguno te acompañe en esa enorme cama»

«¡Tink, eres terrible!»

Tras decir eso, Regina se levantó y comenzó a prepararse, aunque a regañadientes.

Siempre era así: su rubia y loca amiga quería hacer algo que no le apetecía para nada, sin embargo estaba obligada a participar en ello. Y no podía decir que no, porque Campanilla no aceptaba nunca un "no" como respuesta. La quería mucho, pero no quería que pasase lo del otra vez, que le había hecho conocer a un hombre, asegurándole que era el amor de su vida, para después descubrir que estaba casado y tenía un hijo. Quién sabe en qué extraña situación iba a envolverla ahora.

«¡Wow, estás que crujes! ¡Romperás corazones esta noche!» dijo la muchacha, apenas la vio

Ante la mirada severa de Regina, que la miraba con una ceja levantada, Tinker se dio cuenta de lo que acababa de decir y balbuceó, turbada

«Tengo que dejar de hablar con metáforas»

Las dos salieron de la mansión, dirigiéndose a un destino que solo una de ellas conocía.

«¡Te lo ruego, Tink! ¡Dime a dónde vamos!» le suplicó Regina al final, después de haber intentado todos los métodos de persuasión que conocía...incluso había pensado seducirla para obtener información, pero se había dicho que no sería apropiado.

El hada estuvo tentada de revelárselo todo-no se veía todos los días que Regina suplicase a alguien, pero después recordó la promesa que había hecho. Sin embargo, casi habían llegado, se dijo, así que se lo reveló. No podía tirarse del coche en marcha, ¿o sí?

«Ok, ok...Estamos de camino al Rabbit Hole» se encogió de hombros «¿Y adivina? Esta noche tocará una banda de rock»

Tinker parecía entusiasmada, pero la alcaldesa hizo una mueca de desagrado. Nunca le habían gustado las bandas. Imagínense esa de rock. Y no tenía ganas de escuchar a algún melenudo berrear mientras la gente se atrevía a llamar a eso "música"

Después dijo, sorprendida

«¿Hay bandas de rock en Storybrooke?»

«¡Los personajes de los cuentos se están modernizando!» respondió la amiga, conduciendo hacia el local.

Llegaron, y Regina siguió rogándole a la amiga para volver a casa, pero Tinker no quiso escuchar razones.

Apenas entraron, un bullicio de los jugadores que alzaban sus voces en las jugadas y un olor nauseabundo a alcohol les dio la bienvenida; pero eso era lo habitual en un local como el Rabbit Hole. Hombres, que Regina de hecho no conocía y no quería conocer, la acogieron con silbidos de aprobación y saludos poco decorosos. Resopló, y fue entonces cuando la vio.

Botas negras, de tacones algo altos, pantalones ajustados de piel que resaltaban sus curvas, chaqueta de piel, cabellos rubios atados con un pañuelo negro. El maquillaje de la muchacha era recargado, pero no demasiado, obviamente negro, como todo lo demás. Pero lo que más resaltaba eran sus ojos verdes que resplandecían en la poca luz del local, llenos de vitalidad y energía, como siempre.

Después del impacto inicial, Regina murmuró

«No me digas que...»

Miró detrás de Emma y vio un espectáculo del que no sabes si reír o llorar.

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