Amor Verdadero

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«¿Estará bien?» preguntó Henry, mirando a su hermanastra moverse en un perturbado sueño

«Lo espero, tesoro» dijo Regina, abrazando al hijo, que, rápidamente la acogió entre sus brazos.

En aquel momento, llegó Emma, con el cofre entre las manos, las cuales temblaban por el peso de ese corazón tan lleno de dolor y de odio acumulado con los años. Emma lo dejó sobre la cama, al lado del cuerpo cubierto de Dim, que ahora estaba apretando los dedos en la almohada con rabia o con miedo, no era muy comprensible por la expresión de su rostro.

Mirándola, Emma comprendió cuán equivocada estuvo al decirle aquellas palabras a Regina, que, seguramente, las había malinterpretado. Porque sí, había algo profundo entre ella y Dim pero no tanto como el amor que sentía por Regina, su madre. No, esto era verdad.

Suspiro y, sacando fuerza de flaqueza, abrió el cofre, revelando algo desconcertante. Cuando lo vio, tuvo un conato de vómito, pero logró contenerse. Sin embargo Regina lo notó, y a pesar de estar enfadada con ella, se acercó con preocupación, diciéndole

«Hey, ¿estás bien?»

«No» murmuró Emma, dándose la vuelta para no seguir mirando.

Regina frunció el ceño, y asustada, miró dentro del cofre. Una expresión de puro dolor atravesó sus ojos, fijos en el corazón de su hija, que casi ni latía. Entonces Henry también miro y, confuso, dijo

«Es...pequeño»

«Demasiado pequeño» añadió Emma «No bastará, ¿verdad?»

Regina sacudió la cabeza. Acarició el rostro de la muchacha y lloró, mientras, con cautela, cogía el minúsculo corazoncito-que hubiera sido suficiente para un neonato –y se preparaba para meterlo dentro de su pecho, aunque sabía que sería inútil.

«Mi madre ha destrozado a mi hija, predestinándola a una vida sin su corazón latiendo en su pecho. Sabía que, una vez grande, este corazón de bebé no serviría. Y de todas maneras lo hizo» dijo entre dientes.

Emma la abrazó por detrás y ella la dejó hacer, necesitada de un contacto con la persona que amaba-aunque ahora no estaba segura de que ella sintiese lo mismo. Cerró los ojos y después, volviendo a abrirlos, metió el corazón en el lado izquierdo de su pecho. Por unos segundos no sucedió nada, pero después Dim abrió los ojos y solo susurró «...rojo...» antes de desmayarse.

«¿Rojo?» se preguntó Regina, con los ojos reducidos a dos hendiduras.

«Oh, mierda» murmuro Emma tras algunos segundos de reflexión sobre la única palabra, dándose cuenta entonces de todo «Tengo...tengo que irme»

Regina y Henry miraron la puerta por la que había salido la rubia a toda prisa, después se miraron el uno al otro, confusos. Mientras, Emma corría desesperadamente por las calles oscuras y casi desiertas de Storybrokke, llegando al local de Granny. Entró furiosamente, abriendo de golpe la puerta, y al encontrar a Ruby en su puesto de trabajo, suspiró. Marchó hacia ella, que estaba atendiendo a Whale, interesado de forma particular en su escote.

«¿La amas?» preguntó de improviso, cogiéndola por sorpresa.

Roja se giró hacia ella, una ceja levantada y preguntó

«¿Cómo, perdón?» mientras Whale lanzaba una mirada a la sheriff por haber entretenido a Ruby de su trabajo.

«¿Estás enamorada de Dim?» se explicó, para después añadir, sin dejarla hablar «Solo ahora lo he entendido. Ayer hablabas de ella de un modo que...Debería haberlo sabido enseguida; eres mi mejor amiga, y yo estaba demasiado concentrada en aquellas visiones y en mis problemas con Dim para comprender que tú estabas sufriendo»

Operación familiaWhere stories live. Discover now