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«Perdóname, Snow, por haberte convencido para que bebieras una ampolla que te hizo olvidar a tu Príncipe Azul y convertirte en una rompe pelotas» dijo Dim, come si estuviera recitando de memoria

«¡Danielle Dim Swan Mills!, lenguaje!» le echó la bronca Regina.

«Perdón, mamá, pero es la verdad! Casi, casi estaba más simpática de aquel modo» se justificó la muchacha «De todas maneras, para hacerme perdonar, quiero daros esto: es la última judía mágica que encontré, ya no queda ninguna en el Bosque Encantado»

«Bueno, de todas maneras, te perdono y te agradezco mucho este regalo, Dim... ehm, Danielle» se corrigió Snow en el último segundo.

«No, Dim está bien, no te preocupes» sonrió la morena, tocándose la nuca con expresión turbada «Ehm...Ahora, ¿podemos ir a Granny?»

Regina sopesó la opción por algunos segundos, después Henry y Danielle se pusieron lado a lado, con dos idénticas muecas, diciendo

«¡Por favor, mamá!» Entonces ella se vio obligada a consentir, sencillamente asintiendo. Los dos muchachos salieron corriendo rápidamente, diciendo a la vez «Ciao, abuela» «Ciao, MM»

«¿MM?» preguntó Snow

«Creo que es un acrónimo de Mary Margaret...» balbuceó Regina «Mi hija se expresa de modo extraño desde que frecuenta este mundo. ¡Y además ha comenzado a fumar, maldición!»

«Bueno, creo que pronto se le pasará. En el fondo, es una muchacha sensata» dijo Mary Margaret, callándose el muy en el fondo, que iba a añadir.

«Ya. Es ese en el fondo lo que me preocupa» comprendió de todas maneras Regina, acunando al recién llegado a la casa Charming e intentando buscar una manera de decirle a Snow que se iba a casar con su hija.

«¡Hola, Henry!» exclamó Ruby, para después sonrojarse levemente «¡Hola, Dani!»

«¡Hola» sonrió la del cabello rizado, con las manos en los bolsillos para no dejar ver lo nerviosa que estaba al verla-dado que la última vez que la había visto le había dado el beso de Amor Verdadero. «¿Ves? He comprado ropa...ropa de este mundo, ¿lo crees?»

Ruby sonrió a su vez, observando el nuevo look de Danielle: botas negras, vaqueros ceñidos, camiseta negra y chaqueta de cuero negra.

«Tengo la sensación de que has hecho un mezcla entre el estilo de Emma y el estilo de Garfio» señaló la camarera, acomodando a los dos muchachos en una mesa.

«Es lo mismo que ha dicho mi madre y, créeme, no estaba muy feliz» rio Dim.

«¿Qué os traigo?» les preguntó Ruby, sin apartar la vista de la muchacha.

«A mí un chocolate con nata y canela...pero eso ya lo sabes»

Ruby asintió a la frase de Henry, conociendo muy bien sus gustos desde hacía muchos años. Después desvió la mirada hacia Dim, que estaba visiblemente en dificultad.

«No lo sé» admitió, y después decidió simplemente pedir lo que siempre pide su madre «Creo que tomaré solo un café»

Ruby asintió, sonriéndole y marchando a preparar las bebidas. Los dos hermanos se quedaron solos y de repente Henry preguntó a Dim

«¿Qué te parece que nuestras madres se casen?»

«Es...bonito» respondió de manera insegura Danielle, no sabiendo qué otra palabra usar «En fin, estoy muy feliz por ellas»

«Sabes que ahora vendrás a vivir con nosotros, ¿verdad? Mamá no se casaría sin estar segura de haberte "conquistado", digámoslo así. Y creo que vale para ambas» dijo Henry, alzando la ceja.

Operación familiaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant