Capitulo 4

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Allana

Pesadilla.

Definida como un ensueño que puede causar una fuerte respuesta emocional, comúnmente miedo o terror; la pesadilla puede contener situaciones de peligro, malestar o pánico.

En italiano "pesadilla" se decía "incubo", en francés  "cauchemar", en inglés "nightmare", y podía seguir con los otros cinco idiomas que más o menos sabía hablar, sin embargo no importaba como las nombraran o si conocía el idioma o no, el escalofrío que recorría mi piel cuando escuchaba esa palabra me bastaba para entender su significado.

La gente solía temer a las pesadillas como a una vacuna, algo que puede doler un momento pero que desaparece más temprano que tarde, pero no era así para mí, no desde que sabía de la existencia de seres de pesadillas.

Cuando una persona menciona la palabra "sirena" tiende a imaginarse a una criatura como las que salían en "La odisea" o en "La Sirenita" de Disney. Eran pocos los que pensaban que podían existir ambas. 

Aún recordaba cuando era pequeña y vi una por primera vez, recordaba cuan asustada había estado y las pesadillas y escalofríos que había sufrido durante semanas después de eso. Mi madre las había llamado "anthropofágos", una palabra griega que significaba"caníbal"  y "cannibale" en italiano, y no había dudado de que el nombre les venía bien puesto, con sus ojos amarillentos, su piel escamosa y sobre todo los colmillos sobresaliendo de sus labios.

Hubo un tiempo donde prácticamente todas las sirenas eran anthropofágos y usaban su capacidad para volverse humanas para acercarse a las costas y atraer a los hombres, mujeres o niños incautos a base de engaños o seducción, sin embargo en algún momento a lo largo de la historia ciertas sirenas decidieron empezar a convivir en paz y abandonar la idea de los humanos como platillo principal, y ese grupo fue creciendo y creciendo hasta que finalmente en la actualidad las anthropofágos eran consideradas como "excepciones".  Un anthropofágo se creaba de una sirena que devoraba un humano, y cuando lo hacía perdía todo lo que podía considerarse como consciencia, había aprendido a las malas que criaturas como aquellas no eran más que animales peligrosos y aterradores, porque ya no se limitaban a alimentarse de humanos, sino que incluso eran capaces de devorar a las de su propia especie.

Mi madre había dicho que en la Isla de Capri el número de anthropofágos era considerablemente más reducido que en el resto de mares alrededor del mundo, y no sabía si era por eso o a pesar de eso, pero cuando me desperté agitada por una pesadilla donde ellas me perseguían.

Me las arreglé para tragar saliva mientras mi corazón empezaba a recuperar su ritmo normal. Durante muchos años había logrado mantener las pesadillas lejos de mis noches de sueños, por muy increíble que eso sonara. Me quedé sentada en medio de la cama por aproximadamente cinco minutos antes de levantarme y caminar hacia la ventana que había dejado abierta, apoyé mis brazos en el alféizar de la ventana y tomé una respiración profunda mientras fijaba mis ojos en el mar, mi madre tenía razón, era realmente inquieto por esta zona.

-Rilassati, Allana, rilassati, todo está bien.  [tranquila]

Sólo tenía que terminar de convencerme de ello.

***

Sentí la arena masajeando las plantas de mis pies mientras caminaba por la playa con mis sandalias en una de mis manos. Solté un pequeño suspiro mientras mis ojos estudiaban el oleaje,  ahogué un suspiro mientras me volteaba para ver a mi madre sacando fotos con su cámara, se supone que estábamos de vacaciones, y en serio esperaba que esas fotos no tuvieran nada que ver con algún artículo en el que estuviera trabajando, a diferencia de la creencia, los reporteros tenían menos tiempo libre del que deberían.

Bajo las OlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora