Capitulo 29

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Allana

Amaba los días de paz, siempre me habían gustado, pero de un tiempo para acá un día tranquilo y sin preocupaciones era de las cosas más hermosas que había visto o vivido, era por eso que realmente no quería pensar en nada más allá del hermoso paisaje que se extendía frente a mí, de lo sedoso que resultaba el pelaje de Alger contra la piel de mi pierna y de lo bien que sabía el jugo de frutas que había hecho mi mamá.

Estaba sentada en el porche observando el mar y aunque una parte de mí sabía que gran parte de mis problemas (si es que no todos) estaban bajo esas olas que se estrellaban pausadamente contra la costa no podía evitar el deseo de acercarme a él, era algo contra lo que dudaba que cualquiera de nosotros pudiera luchar. 

Suspiré y cerré los ojos mientras disfrutaba de la brisa fresca que chocaba contra mí.

-Mi sento bene-Murmuré.      [esto se siente bien]

Alger hizo un pequeño sonido sin moverse por lo que sonreí.

Mantuve mis ojos cerrados durante varios minutos, hasta que sentí como alguien se aclaraba la garganta, abrí primero uno de mis ojos para saber quien era y después el otro cuando me dí cuenta que se trataba de Athan mirándome desde toda su altura con una sonrisa torcida en sus labios.

-Hola-Saludó sin dejar de sonreír.

-¿Cuanto tiempo llevas ahí?-Pregunté con sospecha.

-Tal vez un minuto o dos-Dijo mientras se sentaba al otro lado de Alger.

-¿Qué haces aquí?-Pregunté-¿pasó algo?

-No, descuida, sólo venía a hablar una cosa con Luca, ¿dónde está, por cierto?

-Dentro-Dije-, colocando nerviosa a mi mamá.

Athan se rió mientras acariciaba distraídamente detrás de las orejas de Alger.

-¿En serio eso le funciona?-Preguntó.

Me encogí de hombros, honestamente tenía que decir que sí, si le funcionaba porque cada vez que terminaban uno de sus rounds mi mamá terminaba sonrojada y él sonriendo con un sentimiento de triunfo que en realidad daba ganas de reír, eran como una mezcla extraña entre unos adolescentes y un par de niños y eso resultaba adorable en cierto punto.

-El tío Luca es único.

Esta vez quien se rió fui yo.

-Eso creo-Admití-, aunque mi mamá tal vez esté demorando un poco las cosas, no sé muy bien porque en realidad.

-No pretendo entender la mente de las mujeres-Informó.

-Decisione intelligente-Aprobé.     [decisión inteligente]

-Sí...hablando de eso, ¿qué tal si ayudamos un poco a mi querido tío?

Arqueé una ceja esperando a que continuara.

-¿Qué te parece si te invito a almorzar?-Preguntó.

Entrecerré mis ojos.

-¿Dónde?

-¿Al lugar con la mejor pasta al pesto que podrás encontrar en toda Capri?

Miré a Athan un segundo y después hacia la puerta de la casa. Volví a mirar al chico que me acompañaba y sonreí.

-Affare.

La sonrisa en el rostro de Athan hizo que la que había en el mío se volviera más grande.

***

Luca

-Veamos si entendí-Dije mientras sacaba una cerveza del refrigerador-, mi sobrino se lleva a mi hija a una cita y ¿se supone que me quede tranquilo?

Bajo las OlasOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz