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– El traje esta echo con tela de la india y los brillos fueron colocados a mano por nuestro sastre. No tenemos otro igual en la tienda. –Explicaba el encargado a Jimin y Yoongi mientras el primero no ponía atención alguna.

– Dios, lo necesito. Tiene que ser mío –decía Yoongi mirando con devoción la chaqueta para luego darse vuelta hacia Jimin–. ¿Crees que puedas encontrar algo que combine?

Pero Jimin estaba en otro planeta pensando en Jungkook y la odiosa de Hani así que su atención a Yoongi era nula. Su mejor amigo se dio cuenta de lo raro que estaba (aunque fue lo bastante despistado como para ignorar el encontrón que tuvo con el cara de rata) así que comenzó a mover la mano sobre su cara para sacarlo del trance.

– Planeta zorra llamando a Reina zorra madre –dice Yoongi y Jimin revolotea los ojos– ¿Ahora que te pasa, tarada?

– Que tu plan para hacerme sentir mejor es un completo fracaso, Yoongi.

– ¿De qué hablas? Mis planes siempre funcionan.

– Claro, por eso me trajiste justamente a la tienda de trajes donde Jungkook estaba de lo más despampanante con Hani.

– ¿Eskiusmi?

Rendido, Jimin tira de la camiseta de su mejor amigo para arrastrarlo hasta el costado derecho de la tienda donde se escondieron tras un colgador de camisas. Allí tuvieron que agacharse hasta que detectaron al enemigo tres metros delante de ellos. Jimin señaló a Jungkook y en la boca de Yoongi se formó una gran letra "o".

– Agradece que los penes no vuelan o ya te hubieses atragantado con tres –rechista Jimin.

– ¿Envidia por mi garganta profunda, igualada?

– Tu sabes que yo soy la reina de las mamadas, Yoongi.

– Y la de las estupidas también.

Siguieron peleando un poco hasta que se fijaron en una anciana que los miraba con cara extraña. No era recurrente ver dos chicos escondidos y gritándose entre ellos como dos niñas chillonas.

– ¿Qué? –le pregunta Yoongi a la señora– ¿Quiere peleita?

Con esa absurda amenaza la mujer desapareció rápidamente de su vista. Jimin se pasó su mano por la cara con cansancio, definitivamente su mejor amigo era un idiota sin remedio.

– Quiero irme, Yoongi –le pidió al chico.

– No seas cobarde, por favor. Compraré el traje más fabuloso que ha existido y luego nos iremos. Si ya te vio no puedes darle a entender que estás sufriendo por su miserable pescuezo, ¿entiendes?

– Pero, Yoongi...

– Nada de peros. Quiero verte digna y sonriendo en todo momento o juro que te dejare de prestar mi cuenta Netflix.

Si algo había aprendido después de mucho años de amistad era que con Min Yoongi no se podía discutir así que Jimin asintió en silencio para que luego ambos salieran de su escondite directo a comprar el traje que el mayor había visto.

Jimin trato de no alejar su mirada del suelo para no toparse nuevamente con Jungkook quien seguía eligiendo corbatas al lado de Hani. El pecho le ardía en celos y también tristeza, el debería estar ayudándole a Jungkook con su traje, no esa chiquilla que era una copia barata de Blair Waldorf.

Tuvieron que esperar unos minutos para que Yoongi se tomará las medidas y ajustarán el esmoquin a su cuerpo. El encargado los condujo hasta los probadores mientras hacían los cambios así que Jimin comenzó a jugar en su teléfono para pasar el rato mientras que Yoongi se probaba unas camisas blancas.

Ternura ◆ Kookmin ; 국민Where stories live. Discover now