022.

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Jimin cierra la puerta de su habitación claramente enojado por lo que había ocurrido... Bueno, a decir verdad, quería demostrarlo pero le era imposible mantener su cara totalmente seria porque Yoongi estaba frente a el vestido de colegiala necesitada.

Definitivamente su mejor amigo tenía una bola de estambre en la cabeza en vez de cerebro.

– Espero que tengas una buena explicación para esta estupidez, Min Yoongi.

El nombrado bufa mientras resopla el flequillo de la peluca. Jimin no podía imaginarse que era lo que buscaba Yoongi entrando disfrazado a su escuela. Lo único que se le ocurrió fue que su mejor amigo sufría del síndrome de abstinencia... Porque definitivamente le faltaba un pene en su vida y eso le estaba provocando alucinaciones.

– ¡Estaba tratando de ayudarte! –se queja el de tez pálida– Así que no me juzgues.

– ¿Y era necesario que te vistieras así?

– Antes muerta a que sencilla.

Jimin pasó la mano de forma frustrada por su propia cara. En este punto de su vida cuando estaba sufriendo una crisis emocional gracias a un ex virgencito que le ponía los nervios de punta no podía darse el trabajo de intentar descifrar la loca cabeza de Yoongi.

– Lo siento por interrumpir tu polvo pero un idiota me estaba persiguiendo por los pasillos –se disculpa su mejor amigo–. No es que me moleste, estaba bien guapo pero no quiero que después se lleve la sorpresa de que bajo esta linda faldita hay una cosilla colgando.

Apenas Yoongi nombra lo sucedido en el aula de Artes las mejillas de Jimin se encienden y no por vergüenza sino de puro enojo. Tenía unas enormes ganas de meterse bajo las sabanas de su cama, cerrar los ojos y dejar de existir durante los siguientes días.

– Da igual –responde a secas.

Yoongi lo mira y de inmediato sabe que algo más ocurrió. Si hay una desventaja de tener un mejor amigo que te conozca a la perfección es que sin importar cuánto te esfuerces jamás podrás ocultarle lo más mínimo.

– ¿Qué pasó con el cara de rata? –pregunta de forma poco sutil el peli-negro– Y no acepto un "nada" como respuesta.

Jimin ya no tenía ganas de discutir así que ni siquiera hizo el esfuerzo para aparentar que todo estaba bien. Simplemente se recostó en él cama mirando al techo para comenzar a relatar lo sucedido mientras que Yoongi se acomodaba en la silla del escritorio arreglando su falda y poniendo la pierna encima. Cuando ya parecían psicólogo y paciente el rubio susurro:

– Creo que me estoy enamorando de ese idiota.

Cuatro horas antes.

Jimin no se podía concentrar en su clase de matemáticas, en su mente habían muchas cosas dando vuelta y como no, Jungkook siempre hacia presencia en sus pensamientos.

La mañana había sido larga y había divisado al castaño dos veces. En su máximo intento por no cruzar palabra con el se escabulló por los pasillos y hasta se encerró en la biblioteca durante los recesos. No se sentía listo para ver a Jungkook tan cerca de Hani, ya había tenido suficiente con su encuentro en el centro comercial.

El timbre de salida sonó sacándolo de sus pensamientos. Jimin quería salir rápido del salón y correr hasta su casa para al menos allí poder dejar fluir la tristeza mientras engullía todo lo que hubiese en el refrigerador, aunque Iseul después lo riñera. Ordenó sus cosas rápidamente y se colgó la mochila sobre el hombro dispuesto a desaparecer como por arte de magia pero apenas pone un pie fuera del salón se encuentra con la sorpresa de Jungkook hablando con Hani.

Ternura ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora