Capítulo 11:Gracia.

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Al fin había recordado lo que realmente era. Metatron era un ángel caído que contenía información muy importante sobre Jonathan y sus seguidores. Con la ayuda de él, Alina podía llevar a cabo su plan con mayor rapidez. Ya sólo le faltaba invocar al arcángel Gabriel y que estuviese dispuesto a ayudarla junto a Metatron. La muchacha había corrido un gran riesgo con el ángel Metatron, sabía que Gabriel diría que él no era de confianza al ser un exiliado, pero tenía que utilizar todos los recursos que tenía a la mano y Metatron era su único recurso por el momento

—Alina... —la nombró con un semblante sorprendido.— Veo que has sido la elegida.

—No te equívocas. —respondió ella con la mirada posada sobre él.— Ya que recordaste tendrás que ayudarme.

—¿Por qué te ayudaría si no es mi misión? —preguntó Metatron.— Recuerda que estoy exiliado. Soy como Lucifer. Nadie confiaría en mí. ¿Por qué tú sí? —la voz le salió dolida sin siquiera darse cuenta.

—Porque no tengo opciones. Y cada que aparezca una frente a mí no la dejaré ir.

Metatron se quedó callado. Partes de sus recuerdos recientes le inundaron la mente. Había cometido errores por culpa de la miseria de su vida. Y aunque no lo viese Alina era su oportunidad para poder arreglarlo o quizás sólo mantener equilibrada su propia balanza. Pero para eso tenía que ayudarla. Y para eso tendría que estar en contra de Jonathan. Él sabía que el muchacho demonio era muy peligroso y malvado, él era capaz de todo hasta de envenenar a una bebé con su putrefacta sangre de demonio.

—Te diré todo y te ayudaré con una condición. —dijo el rubio con seriedad. Alina frunció los labios con discreción, ¿condiciones? Es que Metatron estaba demente al poner condiciones.

—¿De qué hablas? —intervino Alec con evidente desconfianza.

—Ayudaré a detener a Jonathan si me ayudan a encontrar mi gracia. Es la única manera con la que los puedo ayudar. —dijo seriamente. Él necesitaba su gracia para poder luchar. Siendo un humano no duraría mucho con vida.

—¡¿Qué?! —exclamó Alina ofendida. ¿Cómo qué quería su gracia? Él había decidido ser lo que era, y si antes no lo recordaba ahora lo hacía. Metatron había decido dejar el cielo por la tierra. Su gracia no estaba disponible.

—Mi gracia por mi ayuda.

—No. —respondió de inmediato.— No haré eso. Nadie lo hará.

—¿De qué gracia hablan? —interrumpió Magnus con un poco de curiosidad.

—Lo que te hace ser un ángel. —le explicó Metatron.

—Los poderes de un ángel. —corrigió Alina.— Lo único que quiere es poder.

—Te equívocas.

En rubio la miró con mala cara. Él no quería sólo poder, él quería tener la fuerza suficiente para poder ayudarlos. Tampoco se lanzaría contra los demonios del infierno pareciendo un humano. Lo destruirían en minutos.

—¿En serio? —ironizó la muchacha.

—Estoy de acuerdo con Alina. —habló Jace desesperado.— Metatron no debería obtener su gracia. Si Alina que es un ángel no confía en él, menos nosotros.

—Jace tiene un buen punto. —agregó Alec.

—Piensen. ¿Cuánto duraría en un duelo siendo humano? —cuestionó Metatron. Sus expresiones fueron obvias.

Alina se lo planteó por unos segundos. Claro que no so reviviría, pero, ¿quién le dijo que pelearía?

—¿Duelo? —Alec se le adelantó a la pelinegra.— Creo que sólo te necesita para la información sobre Sebastian.

Bravery [Alec Lightwood].Where stories live. Discover now