Capítulo 26:Siempre hay una primera vez para todo.

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Observar, callar y contener. Eso es lo que hacía Alec en cuanto vio a Alina por primera vez. Tenía un vestido rojo apegado a su cuerpo con unas sandalias adornando sus pies. Su cabello estaba suelto, danzando con el viento.

Alec tragó saliva.

Estaba muy nervioso. Era su primera cita con alguien y no sabía como actuar o qué hacer cuando la cita finalizara. Así como era nuevo para Alina, también lo era para él.

—¿Qué estamos haciendo aquí, Alec? —la voz de Alina sonó tan baja por el nerviosismo.

El muchacho se giró a verla y sonrió de lado. A Alina le pareció muy raro que el pelinegro la llevara a la azotea, ¿pensaban ver las estrellas? ¿O las nubes? Ni siquiera habían nubes... El cielo estaba oscuro.

—Jace me ha prestado su motocicleta. —dijo, tirando la tela que se encontraba cubriendo una motocicleta de enormes ruedas.— Es de energía demoníaca, así que solo funciona durante la noche.

Lo único que sabía Alina era que si algo tenía que ver con demonios no era bueno, incluyendo a esa motocicleta, así que no planeaba montarse en esa cosa del terror.

—No quiero arruinarlo, pero no me subiré a esa cosa. —carraspeó Alina. Los labios de Alec se crisparon un poco y se acercó a ella.

—¿Por qué no? ¿Te da miedo?

«El miedo no anda en los ángeles», pensó ella y negó con la cabeza.

—Esa motocicleta se echa a andar con energía demoníaca. —le dijo como si fuera algo muy malo.— No puedo subirme a eso.

—¿Y qué? ¿Le pedimos el auto a los mundanos que trajiste? —soltó una carcajada.— No te pasará nada malo, si eso lo que te preocupa, Ali.

—Dime a dónde vamos y yo puedo llevarte con solo tocarte.

—Tendremos una cita sin poderes de ángel, ¿de acuerdo? —la miró serio y después se quitó la chamarra de piel que traía.— Pónte mi chamarra que hace fresco y sígueme.

—En serio, Alec...

—Shh. —él la interrumpió y le puso su chaqueta sobre los hombros.— Tú sólo confía en mí.

Era hora de romper las reglas, ¿no?

Alina asintió suavemente y se colocó bien la chamarra. Alec permaneció con una camiseta gris de manga larga y unos pantalones oscuros. Pensó en lo cortés que fue al haberle dado su chamarra, sin embargo, ella no sentía frío. En realidad no podía sentir muchas cosas, una diminuta parte de ella sentía todo a su alrededor: frío, calor, dolor... Pero no era algo de lo que tuviese que preocuparse, ya que cuando volviera al cielo todo volvería a la normalidad.

Alec se montó en la motocicleta con una sonrisa que nadie se la podía quitar. Por primera vez había logrado convencer a Alina de hacer algo. Él sabía que era una chica muy difícil de convencer y el hecho de que lo hubiese hecho lo hacía sentir satisfecho.

>> La tranquilidad que comenzaban a tener los hermanos Winchester desapareció cuando un rubio de ojos leonados apareció por la puerta de la habitación.

Como se lo había prometido a Alec, Jace se quedaría a vigilar a los cazadores mundanos que habitaban el Instituto. Y lo primero que haría sería interrogarlos.

—Mundanos, no suelo ser amable, pero mi nombre es Jace. —dijo al ver las miradas clavadas sobre él.— Y la situación lo requiere. ¿Cómo es qué conocen al rey del infierno?

Dean frunció los labios ante la actitud del rubio y miró a su hermano con los brazos cruzados. Bien, era de esperarse que dudaran de ellos y comenzaran a interrogarlos. No era la primera vez que les sucedía algo parecido.

Bravery [Alec Lightwood].Where stories live. Discover now