Prólogo

94 7 3
                                    

-¡Soy yo Andy! Tu hermano, Bastian-

Miles de pensamientos y preguntas llegaron a mi cerebro como si un francotirador estuviera apuntando directo a mi cerebro y hubiera presionado el gatillo justo en el momento en el que Bastian dijo quién era. ¿Bas era mi hermano? Es mi hermano. No mi novio. Bastian no es mi novio. Estoy en un hospital. ¿Qué hago en este hospital? Mi cerebro parece que acaba de explotar en mil pedazos por aquella bala invisible que estoy seguro me atravezó. La mirada de Bastian dolía aun más que aquella ficticia sensación en el centro de mi cabeza, sus ojos color miel esperaban una respuesta que yo no tenía, no con seguridad, mientras todo su cuerpo se inclinaba hacia mi. Podía notar que se encontraba ansioso, porque le daba miedo que me hubiera olvidado de él, y técnicamente si lo hice porque dentro de mi consciencia, o lo que creí que era consciencia, en realidad me enamoré perdidamente de una persona que comparte un lazo sanguíneo conmigo.

-¿Me recuerdas?- Preguntó con un tono de voz tembloroso.

Lo miré fijamente, sintiendo como un nudo se formaba en el centro de mi pecho. Cada segundo que tardaba en responder parecía que me ahogaba aún más y más. A penas lograba respirar, se sentía como si fuera a desmayarme en pocos minutos. Como si de un acto reflejo se tratase, asentí levemente y rogué a Dios que las lágrimas no brotaran de mis ojos. El rubio soltó un suspiro de alivio y tomó una de mis manos. Su pulso estaba tan tembloroso como imaginaba, y su tacto era tán cálido como creía recordar vagamente en los ficticios recuerdos que tenía sobre el sosteniendome con cariño, estar así con él causaba las mismas sensaciones de afecto en mi cuerpo, pero yo sabía que él no lograba compartir mis emociones. Ni siquiera logré darme cuenta cuando las lagrimas comenzaron a caer lentamente sobre mis mejillas. El nudo dentro mío crecía, como si de un agujero negro estuvieramos hablando. No sabía que sentir. Bastian era mi hermano, esa era la única idea que daba vueltas en mi cabeza.

-Me alegro - Sonrió, su mirada estaba cristalizada.

-Hijo...- Mi madre se acercó y acarició mi rostro con una de sus suaves manos, secando algunas de las lágrimas que habían brotado. La miré, ella podía ver el dolor y la confusión reflejados en mi rostro, lo sabía porque podía leer perfectamente cuando mi madre quería buscar una solución indemdiata, pero ni siquiera lo intentó esta vez. Ella sabía que no podía entender mi lugar, que nadie podía entender mis sentimientos de confusión actual, por lo que solo se dignó a sonreír tiernamente y a darme un dulce beso en la frente. -Te estuvimos esperando todo este tiempo -Dijo con una notoria felicidad reflejada en sus ojos. Era la mirada de una madre que jamás perdió la esperanza en la lucha que su hijo tuvo que enfrentar para regresar con ella. Podía ver cuanto había estado esperando por este momento.

-Mamá...-La llamó Bastian.

-¿Qué sucede?-

-¿No deberíamos llamar a alguna enfermera o algo? El doctor nos dijo que vendría corriendo en cualquier momento si Andy despertaba-

-Tienes razón -La mujer volteó en mi dirección -Quédate con él, regreso en unos minutos-

La mujer se levantó velozmente y salió de la habitación corriendo en busca de un profesional para hacerse cargo de mi situación. La emoción inicial no me permitió notar que mi cuerpo se encontraba bastante cansado y débil. Lugares que no lograba identificar dolían o se sentían entumecidos, como si hubiera estado mucho tiempo sin moverme realmente. A su vez, las preguntas no dejaban de surgir una tras otra en mi cabeza. Quería saber que me había pasado, por qué estaba en ese lugar, en esas condiciones. Qué me había hecho tener que vivir una realidad paralela que parece que jamás existio. Necesitaba respuestas o me explotaría una vena que terminaría por colapsar conmigo de una vez por todas. En ese instante, el rubio se sentó en un pequeño asiento que había junto a la camilla y entonces pude ver el marca pasos que me había parecido escuchar antes, un par de sueros conectados a mi brazo izquierdo y un respirador que me otorgaba oxígeno. Ni siquiera lo había notado en mi rostro hasta ahora.

Bas me miró a los ojos con tanto cariño y fue en ese instante que sentí unas enormes ganas de arrancarme todas estas mierdas conectadas para saltar sobre su cuerpo y abrazarlo con todas mis fuerzas. El impulso de decirle todo lo que me sucedía internamente crecía dentro mío, pero mi cuerpo se encontraba en tan malas condiciones y en un estado de shock que no podría hacer nada aunque quisiera. Las lágrimas seguían bajando por mis mejillas y mientras nuestros ojos se observaban fijamente su mano presionaba levemente la mía, causando que el vacío en mi pecho creciera y doliera cada vez más y más.

-Te extrañamos tanto hermano. Estoy tan feliz de que hayas vuelto -Susurró con voz entre cortada.

-N-no...-Cerré mis ojos.

-Todo mejorará con el tiempo, no te presiones. Estamos para tí -

-No...basta por favor- Mis ojos se cerraron con fuerza y mi ceño se frunció con impotencia.

-Yo sé que estás confundido, pero creeme que estaremos para ti, te acompañaremos en el proceso hermano -

Dentro de mi mente tenía ganas de gritarle que dejara de decirme hermano, que cerrara su maldita boca. No quería escucharlo tratarme de esa forma. Nosotros no podíamos ser hermanos. Me negaba a creer que todo había sido una farsa. Mi corazón dolía, mi respiración se agitaba y mis pensamientos me consumían. El marcapasos de repente sonaba más agitado, como si todo mi sistema se hubiera vuelto loco de un segundo para otro. No lo soportaba, todo lo que estaba sucediendo era demasiado para mi.

-¿Andy estás bien?- Bas se puso de pie al notar que comenzaba a hiperventilar y que mi ritmo cardíaco era anormal. En ese instante la puerta de la habitación se abrió de golpe y las luces fueron encendidas. Un médico y una enfermera ingresaron corriendo dentro de la habitación, todo daba vueltas de repente.

-¡Háganse a un lado por favor!- Gritó el hombre de bata blanca.

-¡¡Hijo!!- Mamá exaltada.

El vacío crecía dentro de mi. No lo soportaba. Mi cuerpo y mi mente no lo toleraban. Estaba mareado, todo me dolía. No estaba seguro de lo que sucedía, lo último que logré ver fue al médico intentando controlarme. El resto fue oscuridad.

**********************************************************

Mundos Paralelos 2 "Nuevo Inicio" (LGBT/gay)Where stories live. Discover now