Capítulo 2

68 4 5
                                    

Me levanté cerca de las seis de la mañana, el doctor vino a buscarme y desde que abrí mis ojos hace unos días, era la primera vez que volvía a caminar. Si bien había hecho algunos ejercicios con ayuda de las enfermeras y los traumatólogos para poner en movimiento mis articulaciones otra vez, no era lo mismo que tratar de ponerme de pie después de tanto tiempo acostado.

-También te ayudaremos a volver a poner en movimiento tu cuerpo -Dijo el doctor.

Asentí levemente y con su ayuda me puse de pie. El suelo color blanco estaba frío, tanto que me dio un escalofrío que provocó la risa del hombre mayor. Mi madre y Bas, estaban atentos a cada uno de mis movimientos y la mirada de este último me hacía ponerme todavía más nervioso.

-Siento como si volviese a aprender a caminar- Comenté.

-Es algo similar -Sonrió el doctor -No temas, te estoy sosteniendo. Solo iremos hasta la puerta-

Tragué un poco de saliva y sentí como mi corazón se aceleraba cuando mis piernas comenzaron a temblar un poco. Inhale y exhale, cerré mis ojos y levanté una de ellas con un poco de dificultad. Aunque supiera caminar, aunque anduve toda mi vida, realmente sentía como si estuviese aprendiendo nuevamente como poner un pie delante del otro. Me daba un poco de gracia que aunque mi cerebro lo supiera muy en el fondo, mi cuerpo parecía no recordarlo en absoluto.

Puse mi pie derecho delante del izquierdo y repetí la acción, contando cada uno de los pasos que iba dando para tener una mayor concentración. Lento, pero seguro de que podría. 

-Bien, vas bien-

Mi cuerpo parecía haberlo recordado, pero aún era dificultoso. Tanto que sentía ese miedo de perder la fuerza y caer de bruces contra el piso. Pero, de alguna forma, conseguí llegar a la puerta, donde una enfermera se hallaba esperándonos con una silla de ruedas. El doctor me ayudó a sentarme en ella y pude ver los blancos y muy iluminados pasillos del hospital.

-Si quiere, puedo llevarlo -Se ofreció Bas.

-No es necesario -Respondió la enfermera con un tono amable.

-Deja que lo lleve. Después de todo, tienes algunas cosas más que hacer -Pidió el doctor.

La enfermera asintió con una sonrisa y cedió la silla de ruedas para que Bas la empujara.

-Bien, síganme-

El rubio empujó la silla donde me encontraba y comenzamos a seguir al doctor. Las luces eran claras, las paredes eran igual de blancas que todos los hospitales, doctores y enfermeras iban de un lado a otro con batas o ropa de color celeste claro, y algunos pacientes caminaban por allí, sumidos en sus propios pensamientos. Todo se veía diferente, los colores eran más intensos, los olores eran más profundos y los sonidos más fuertes. Los movimientos eran totalmente fluidos, no había cortes en las situaciones y las voces parecían mostrar más emociones que nunca. Jamás me había dado cuenta de que estuve en un mundo al cual no pertenecía. Era algo que no podía asimilar aún del todo. 

Bas, mi madre, el doctor y yo, subimos al elevador para, suponía, dirigirnos a algún piso superior del hospital.

Mamá y el hombre mayor iban hablando, pero mis oídos no me permitían escucharlos. Mis pensamientos acaparaban todos mis sentidos y no lograba percibir lo que decían.

-Hermano...¿Estás bien?- 

La dulce voz de Bastian me trajo de vuelta y,cuando me giré, vi que los tres tenían sus miradas fijas sobre mi.

-¿Qué sucede?- Pregunté.

-Hijo, ¿Te encuentras bien?-

-S-si- Aseguré.

Mundos Paralelos 2 "Nuevo Inicio" (LGBT/gay)Where stories live. Discover now