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Un golpe sordo se propició en la superficie de la mesa, en donde cayeron montones de papeles que la correspondencia dejó aquella tarde. Una mano aterrizó sobre ellos con exasperación, alarmando a cada uno de los sujetos que asistieron en la junta planeada, y un largo suspiro de desesperación fue lo único que salió de entre sus dientes.

La mano tomó una de las hojas con desinterés de la mesa, llevándola a la altura de los ojos de un señor con cabello grisáceo. Relamió sus labios resecos y con su mano libre acomodó de sus gafas.

—Quejas —empezó a recitar con una voz cansada para luego tomar otra de las hojas—. Más quejas.

Siguió repitiendo la misma palabra por cada hoja que divagaba entre sus manos, la tensión era notoria en el ambiente. Esto era lo que sucedía cada día en la comisaría, un jefe realmente exhausto haciendo reclamos, y hasta despidiendo, a los oficiales que no hacían bien de su trabajo. Todo esto gracias a un acontecimiento que sucedió hace unos cuantos meses atrás, ocasionando que todo el pueblo de Gravity Falls se alterara.

Otro suspiro abandonó sus labios irritados antes de levantar la mirada hacía los investigadores. Tenía una hoja en específico en su mano y volteó el papel entre sus dedos para que todos pudieran contemplarlo. Era una fotografía de una de las víctimas que tuvieron esa semana. Su cuerpo yacía compacto sobre el pavimento y en su cuello tenía grabado un rasguño del que todos ya estaban familiarizados.

—¿Cuántos días llevamos en este caso? Ya he perdido la cuenta —comentó mientras alzaba una de sus cejas—. Debimos haber resuelto este problema desde que escuchamos sobre él, no puede ser que sigamos atorados en la investigación.

—¿Qué es lo que sugiere? Este asesino es distinto a los otros —dijo una de las personas de la junta, su cabello cubría casi por completo uno de sus ojos—. No deja pista alguna, es demasiado listo.

—¡Pero ustedes lo son aún más! Recuerden todos los casos que han resuelto, no podemos dejar que uno nos retenga de esta forma —exclamó agitando la hoja en el aire—. A este paso sólo lograremos que la población disminuya.

—Deberíamos aumentar la seguridad —sugirió otra persona—. Aumentar el uso de cámaras.

—Las cámaras no funcionan, el asesino sigue sin ser captado por ninguna de estas.

—¿Qué hay de una vigilancia nocturna?

Siguieron sugiriendo centenares de planes en el lapso del tiempo, recibiendo negaciones y afirmaciones por el jefe. Las ideas que ofrecían se agotaban y realmente no estaban ni por un poco cerca de descifrar quién era el asesino. Gran parte del tiempo se la pasaban planeando y en la otra simplemente esperaban a que el asesino misterioso cayera en alguna de sus trampas.

Todos seguían atentos a los planos, en donde algunos repasaron nuevamente el caso y otros hablaban con el comisario, hasta que una de las puertas se abrió de golpe dejando que la perilla de la puerta se estrellara contra la pared. Todos los ojos dirigieron su atención total a la pelirroja parada en el marco de la puerta, quien tenía una mirada serena y respiración agitada.

—Encontraron otro cuerpo —anunció.

Los oficiales entraron en acción y salieron de la sala de reuniones para ir directo a donde el delito fue cometido. El hombre de cabello gris estaba por irse pero la joven le impidió la salida por la puerta.

—Vamos, Wendy, no tengo tiempo para esto.

—Tienes una visita, Stanley —replicó apuntando con su pulgar a alguien detrás de ella.

Stan frunció el ceño y miró por sobre el hombro de la chica a donde se dirigía, descubriendo efectivamente alguien vino a visitarle, y decidió hacerlo en el momento menos oportuno.

Bitten. [Vampiros]「BillDip」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora