t r e s.

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Sunhee tomó el libro rápidamente y lo abrió para poder leer. Estaba desesperada por haber olvidado tal cosa, y justamente tuvo que recordarlo minutos después de entrar a clase.

—Diablos, diablos, diablos—trataba de leer las páginas del libro de matemática y así poder entender algo.

—¿Qué sucede?

—Olvidé el examen de matemática.

La castaña abrió los ojos más de lo normal, y se preguntó por un segundo si su mejor amiga se encontraba enferma o algo parecido.

—Es raro que tu olvides los exámenes—comentó sin poder creerlo—De hecho, siempre estudias y tienes todo listo.

Exacto, Youngmi; pero hoy no. 

Sunhee, en la noche anterior, había tratado de hacer un dibujo. Lo tenía en la mente desde que había salido del metro pero le costó tanto plasmarlo en la hoja de papel que madrugó para hacerlo y, cuando terminó, sólo se dejó caer en la cama para dormir.

A decir verdad, ella no recordaba que tenía ese examen hasta hace unos minutos. Y necesitaba tener una buena calificación ya que estaba en las evaluaciones finales y estos eran de esos exámenes en donde los resultados importaban muchísimo.

Sunhee leyó todas las palabras y números del libro, y trató de analizar todo lo que estuviera a su alcance.

La puerta del salón se abrió, dejando ver como la señora Kim entraba lentamente. La chica maldijo al verla.

Siempre llega tarde y hoy quiso ser puntual. Gruñó.

—Buenas días, jovenes—colocó sus cosas en el escritorio.

La profesora comenzó a explicar el examen, diciendo cosas que por lo general, todos sabían. Al terminar, pidió que guardaran sus pertenencias, a excepción de lo que si necesitaran.

[...]

—Te odio.

—¿Por qué?—se quejó Sunhee, sin saber qué era lo que había hecho ahora.

—Estudiaste unos minutos antes del examen e hiciste todo sin dificultad.—explicó su mejor amiga—Mientras que yo llevo estudiando desde hace días y me compliqué hasta para responder mi nombre

Sunhee soltó una pequeña risa y puso sus pies de puntillas para poder pasar su brazo por el hombro de la más alta.

—Quizás los números no son tu fuerte—la abrazó—Pero aún así eres la niña más inteligente de todas.

—Qué linda eres—chilló—Haces que me olvide de lo odiosa que sueles ser.

La pelinegra sólo río entre dientes mientras le regalaba una mala mirada. Ciertamente, no era común que dijese cosas así; de su boca sólo solían salir burlas y palabras amargas que hacían reír a la castaña.

—Ya que salimos una hora antes, ¿podemos ir a la cafetería?—sonrió Youngmi—Yo invito.

Sunhee asintió rápidamente

Juntas, fueron hasta la salida del instituto y comenzaron a caminar unas cuantas calles para llegar a la cafetería de siempre. Cuando que tenían tiempo libre, iban a ese lugar a hablar y a comer dulces. Era como su costumbre.

Al llegar, entraron y se sentaron en una de las mesas que estaban cerca de la ventana.

Pidieron unos cuantos dulces y, cuando se los dieron, comenzaron a hablar.

Sunhee le dio el primer mordisco a la galleta—Wow, incluso se me había olvidado lo deliciosas que eran éstas galletas.

—Cierto—suspiró—Deberíamos venir más seguido, como antes.

Subway↠p.jiminWhere stories live. Discover now