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Sunhee cambiaba de posición en su cama, buscando más comodidad. No quería ni ver la hora y mucho menos levantarse.

—¡Sunhee!—se escuchó un grito agudo por fuera de la habitación. Youngmi conocía muy bien a su mejor amiga, y también sabía que si ella no la obligaba, la chica iba a llegar más que tarde.

La pelinegra maldijo en su susurro y tomó rápidamente su manta para taparse de pies a cabeza. La puerta de la habitación se abrió.

—Bonita—se escuchó una voz dulce. Una risa traviesa retumbó en las paredes de la habitación y los pasos comenzaron a aproximarse a la cama.

Sunhee sentía que estaba en una película de terror, podía jurar que estaba en una.

La castaña, por su lado, rió en silencio al ver a su mejor amiga tapada por una manta y se lanzó encima de ella, tratando de despertarla por completo.

—Déjame—la chica que estaba bajo las sabanas chilló vagamente. Quería seguir durmiendo por unas buenas horas.

Youngmi comenzó a reír y, sin dudarlo, haló la manta, descubriendo así el cuerpo de su mejor amiga. Sabía muy bien que si no obligaba a Sunhee a ir, ella ni siquiera sería capaz de abandonar su habitación. Era de esperarse, después de todo, la pelinegra era muy impuntual.

—Eres una cobarde, ¿piensas no ir a tu cita?—se cruzó de brazos rápidamente. Tenía por lo menos la esperanza de que se preocupara un poco más por la hora ya que iba a salir con un chico.

—¡No es una cita! Iré a entregarle su celular y ya—explicó—¿Para qué te lo conté?

Al decir lo último, aminoró su voz y un bufido salió de sus labios mientras se estiraba un poco. Youngmi no pudo evitar reír.

—Entonces no sé que te cuesta ir—entrecerró los ojos—Y por que soy tu mejor amiga, duh.

La pelinegra, desde cierto punto, se sintió realmente estúpida. 

Tal vez sólo estaba exagerando. Ella sólo tendría que ir, entregar lo que había encontrado y luego retirarse del lugar; no era algo imposible ni difícil de hacer.

—Por cierto—Youngmi se removió en la cama, tratando de encontrar una posición buena para seguir hablando—Ayer llegó un chico nuevo en la academia de música. Se llama Yoongi y, para mi suerte, es el chico lindo que siempre está con Jimin—su sonrisa fue cambiada por una cara de frustración y apoyó su mano a su mentón—Pero habla muy poco y es un amargado.

Sunhee comenzó a reír por lo último. 

Sabiendo como era ella, eso no afectaría mucho. Youngmi solía esforzarse para llevarse bien con todos, en especial si era alguien que llamaba su atención.

—Y cambiando de tema, ve a levantarte y báñate—ordenó. No quería distraerse hablando de otras cosas ya que eso les quitaría tiempo.

Sunhee comenzó a lloriquear mientras se levantaba de una manera lenta y trataba de no apresurarse. Todo estaba pasando en su contra.

[...]

La pelinegra miró sus zapatos, y comenzó a patear una pequeña piedra que se encontraba en el suelo.

Ya había llegado al lugar en donde se iba a encontrar con Jimin. Llevaba unos largos minutos ahí, debido a que, por sus nervios, no se fijó en la hora al momento de venir; sin contar también la parte en donde Youngmi se encargó de que la chica llegara antes de la hora, sólo para encargarse de que fuera puntual.

Suspiró sonoramente. 

Sus pies comenzaban a doler debido a que llevaba mucho tiempo de pie. Observó la banca que estaba a unos cuantos pasos y, sin pensarlo mucho, se fue a sentar ahí. 

Era un día bonito. El sol se asomaba entre las nubes y había personas caminando felizmente por la acera, el clima era agradable e incluso ella se sentía animada.

Se había colocado un vestido que su madre le regaló en su cumpleaños y que nunca había tenido la oportunidad de usar, además de que era más fan de los pantalones. Pero se veía realmente bonita.

La chica pudo sentir como alguien se sentaba a su lado. Ella no observó a la persona, sólo se quedo mirando al suelo de manera incómoda. Deseaba que Jimin llegara rápidamente y así dejar de estar tan aburrida.

—Hey.

Ella se volteó y vio a un muy sonriente chico a su lado. Él tenía las mejillas ligeramente sonrosadas y se encontraba algo inquieto.

—Hola.

—¿Llevas mucho tiempo esperando?—preguntó preocupado, ya que cuando venía andando al lugar, la observó y se veía realmente fastidiada, como si ya llevara mucho tiempo ahí.

Ella negó rápidamente con su cabeza y sonrió sin mostrar lo dientes.

—Llegué hace poco.

La chica, en verdad, llevaba más de treinta minutos ahí pero no sentía la necesidad de comentarlo. Ya él estaba ahí, así que no importaba cuánto espero ella.

Jimin se sintió completamente aliviado al oír eso. No le gustaba hacer a las personas esperar. Cuando quedaba en reunirse con alguien siempre trataba de llegar antes que todos, y el hecho de que la chica ya estaba ahí antes que él lo hizo desesperarse un poco al imaginar que ella pudo haber esperado mucho tiempo.

Sunhee comenzó a buscar en su bolso.

La chica no podía evitar recordar el porqué de aquel encuentro, y en cuanto el chico llegó, se dispuso a entregarle lo que era suyo. 

No es como que quisiese irse rápidamente de ahí, en realidad, era todo lo contrario. Pero ella no sabía qué hacer.

Sacó rápidamente el objeto del pequeño bolso.

—Toma. Ten más cuidado con tus cosas.

—Oh, lo siento de nuevo—tomó el celular entre sus manos—Y muchas gracias.

Ella asintió lentamente y, de un momento a otro, se encontraba de pie.

Él sintió como su corazón se detuvo por un segundo y la miró de manera confusa. Por un momento, en su cabeza se cruzó el pensamiento de que a la chica le disgustaba su presencia y que quería irse de allí, explicando así su comportamiento.

—¿Ya te irás?—se veía algo desilusionado e imitó la última acción de ella. Si era sincero, él no sólo se quería encontrar con ella para recuperar su celular.

—Eh...—Sunhee mordió su labio—Pensé que debía irme.

Él negó rápidamente con su cabeza y llevó su mano a su nuca para mirar a otro lado. Si permitía que ella se fuera, sus planes se arruinarían por completo.

—La verdad es que iba a invitarte a comer un helado—soltó una risa, tratando de ocultar sus nervios. No planeaba ser tan directo, pero parecía que ella no podía captar la indirecta de que eso era algo así como una cita.

El corazón de Sunhee latió con rapidez. Comenzó a parpadear fuertemente y, cuando entró en razón, una sonrisa se produjo de manera espontánea en su cara. Le agradaba la idea.

—Oh, de acuerdo.

Jimin sintió como su cuerpo comenzaba a relajarse y le sonrió a la chica. Pensaba que ella lo rechazaría o algo parecido, ya que ella era realmente seria y muy diferente a él, lo cual le hacía pensar que de seguro ella no se sentía muy cómoda al estar con él. Aunque tenía una idea errónea. 

A Sunhee le agradaba un montón Jimin y, desde cierto punto, el chico al sonreír le transmitía la felicidad a ella.

—Por cierto—el chico aclaró su garganta nervioso y sus mejillas se tornaron de un color más fuerte—Te ves preciosa, Sunhee.


Subway↠p.jiminWhere stories live. Discover now