Capítulo 18

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Un año más tarde...

Ya había pasado un año desde que Jason y Valeria se conocieron y Jason tenía una sorpresa preparada para ella. Consiguió convencer a Valeria para que se quedara en su casa, pero en cuanto tanteó el tema de la boda, Valeria se puso pálida y le hizo saber que iba demasiado rápido. De broma, Valeria le dijo que tendría que preguntárselo pasado un año y a lo clásico, con velada romántica, pedida de mano de rodillas y un anillo, pero Jason se lo tomó muy en serio y se había encargado de organizar personalmente aquel momento para que todo fuera perfecto. Le había dicho a Valeria que tenía una reunión con un cliente a última hora en la otra parte de la ciudad a modo de excusa para no pasar a recogerla por la editorial, la cual ya llevaba seis meses funcionando. A Valeria le pareció extraño, Jason siempre la iba a buscar al trabajo, pues trabajaba en el edificio de en frente, y además hoy hacía exactamente un año que se conocieron, pero tampoco le dio la menor importancia, Jason llevaba unos días bastante preocupado por un asunto de la agencia según él le había dicho.

Jason llegó temprano a casa y, con la ayuda de Gisela, prepararon lo que iba a ser una velada de lo más romántica. Gisela preparó una deliciosa cena de dos platos y postre y Jason se encargó de preparar una romántica mesa en la terraza de su habitación. Colocó velas en el suelo de manera que formaran un camino de la habitación a la terraza y al baño; y lo rellenó con pétalos de rosa. En el baño también colocó varias velas aromáticas y dejó preparados algunos pétalos y sales de baño para preparar un baño de agua caliente y espuma cuando Valeria llegara a casa. Ya estaba todo listo, tan solo tenía que esperar a que Valeria regresara.

A las seis de la tarde, tras despedirse de Olivia y Nadia, Valeria regresó a casa. Olivia, que estaba informada de lo que Jason se proponía, lo llamó por teléfono y lo puso sobre aviso:

- Valeria acaba de marcharse, no tardará en llegar a casa.

Valeria estaba nerviosa. Ella también llevaba varios días con la cabeza en otra parte. Tenía que hablar con Jason y darle la noticia, pero le atemorizaba que no reaccionara igual de bien que ella, al fin y al cabo, tan solo habían hablado del tema en un par de ocasiones y siempre de broma, sin tomárselo en serio. Valeria paró el coche ante un semáforo con luz roja e instintivamente se llevó las manos al vientre. En su barriga todavía no se apreciaba ningún cambio, pero dentro de pocas semanas sería inevitable ocultarlo. Arrancó cuando el semáforo se puso en verde y se dijo a sí misma:

- De hoy no pasa, tengo que decírselo a Jason.

Valeria era como un reloj en cuanto a la menstruación se trataba, por eso cuando hace tres semanas su menstruación no apareció, se lo temió. Unas semanas antes tuvo bronquitis y estuvo tomando antibióticos. El doctor la avisó que los antibióticos podían anular el efecto de la píldora anticonceptiva y les recomendó que usaran preservativo si no querían sorpresas. Y eso fue lo que intentaron, pero a Jason le horrorizaba tener que ponerse un trozo de látex que le impedía gozar del contacto piel con piel y la mitad de las veces conseguía convencer a Valeria para no utilizarlo.

- Tanto tentar a la suerte y al final lo lamentaremos. - Le advirtió Valeria una de las veces tras hacer el amor con él.

- Tener un hijo contigo me haría el hombre más feliz del mundo. - Fue la respuesta de Jason.

Y Valeria se olvidó del asunto así como de tomarse las pastillas.

Con una falta de tres días, Valeria se escapó del trabajo sin decir nada para ir a la farmacia y compró un test de embarazo. Sabía que en casa no podía hacer el test, Jason estaba pendiente de ella en cada momento y no era el lugar más idóneo para hacerlo, así que regreso a la oficina, se encerró en su despacho y se hizo el test en su baño privado. No le hacía falta mirar la pantalla para saber el resultado, pero aún y así lo comprobó: positivo.

Confía en mí #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora