Jugamos con desventaja

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¿Beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas.

Sobre las diez de la mañana los jugadores comenzaron a saltar al terreno. Neymar y Sergi Roberto salieron juntos a entrenar. Neymar al ver a la tinerfeña en las gradas sonrió y la saludó.

—¿Quién es? —preguntó Sergi mientras le mandaba un beso a Isidora.

—Aynara —al brasileño se le iluminaron los ojos.

Sergi por pura educación también la saludó. Aynara se sorprendió y también lo saludó. Isi vio el gesto de la tinerfeña y la sangre le hirvió.

—Lo dije —habló Nay—. Te lo va a quitar.

—Que se le ocurra —las palabras de la chilena sonaron amenazadoras.

Jhuliana y Leila aparecieron por detrás de ellas charlando animadamente.

—Chicas —dijo Jhuli impaciente—, ella es Leila, la novia de Ter Stegen.

Las culés se presentaron ante la madridista, que solo estaba ahí para observar al Barcelona.

—Vete olvidándote de él —respondió a secas Nay cuando se presentó.

—¿Ter Stegen? Está bajo mis encantos.

Jhuliana, Isidora y Carol abrieron los ojos sorprendidas. Las cuatro se miraron entre ellas; ¿era Leila la copia exacta de Aynara?

—Si me vas a soltar un rollo de esos —dijo Nairy seria—, vete con esa.

Nay apuntó a Aynara, que se encontraba a pocos metros de ellas.

Al ver el desprecio de Nay hacia ella, Leila se acercó hasta Aynara.

—¿Cruces verdad? —soltó de repente Leila, haciendo que Aynara se atragantara.

—¿Quién eres? —preguntó atónita.

—Martínez —sonrió Leila.

Aynara se quedó perpleja ante sus aclaraciones, pero tenía que seguir firme.

—Estoy bien —habló seria y dirigió su vista al frente—. Gracias por preguntar.

—¡Oh vamos! —Leila se sentó junto a ella—. Fuimos compañeras en la Universidad.

Aynara se quitó sus negras gafas de sol y la observó detenidamente.

—¡No puede ser! ¿Eres la conejilla?

—No me llames así, por favor. Era la conejilla —sonrió Leila—. Me alegro de verte.

—Igualmente —las dos jóvenes se fundieron en un extraño abrazo—. ¿Qué haces por aquí?

—He venido a visitar Barcelona y a estar con Ter Stegen. ¿Y tú? No me esperaba tu llegada.

—Yo creo que nadie —habló Aynara obvia—. No llevo un rumbo fijo.

—¿Sigues trabajando en aquella peluquería? —interrogó Lei.

Eso si que pilló a Aynara por sorpresa, tantas veces había mentido sobre su profesión que ahora no se acordaba de lo que tres años antes le había dicho a su compañera.

—Lo importante es que tengo un refugio para vivir y comida para sobrevivir.

Aynara y Leila estudiaron juntas arte dramático, con lo cual, las dos sabían actuar. Pero la pobre ilusa de Leila cayó en la trampa de la tinerfeña; pese a ser actrices las dos, la mexicana no se dio cuenta de la actuación que Aynara estaba montando.

Falsas Ilusiones |Denis Suárez| Where stories live. Discover now