Piensa antes de actuar

141 19 36
                                    

Denis sintió su estómago revuelto cuando dejó de besar los labios de la venezolana; y no era precisamente por mariposas.

Nairylein tumbó en el gran sofá a Denis. Cogió la copa con un poco de bebida y comenzó a zarandearla.

—Dime, ¿cómo te sientes?

Denis comenzaba a tener una fina capa de agua en sus ojos color marrón.

—Cansado.

Nay sonrió y olió la bebida.

—Es de fresa, como a ti te gusta... ¿No quieres más?

Denis negó con la cabeza. Cada vez iba perdiendo más fuerzas.

La cara del gallego comenzó a palidecer. Sus ojos ya derramaban las esperadas lágrimas y no notaba el brazo derecho.

—¿Puedes llamar a un médico? —suplicó Denis—. Me siento muy mal.

—¡Oh claro! Pero que despistada soy. Iré de inmediato al médico.

Denis se intentó levantar, pero Nay se lo impidió.

—No te muevas de aquí. Necesitas reposo. Iré a por el médico.

El mediocampista del Barcelona asintió no muy convencido. Le aterraba la idea de quedarse solo sin nadie en quien apoyarse y cuidara de él.

Nay se despidió con un último beso sobre sus labios y tiró por la ventana el resto de la bebida.

Nada más salir de la casa, sus amigas vinieron corriendo hacia ella.

—¿En qué estás pensando? —interrogó Paula enfada—. ¡Estás loca!

—No llames loca a tu jefa, querida.

—¿Cómo? —se quejó esta vez Gemma—. Somos tus amigas, no tus sirvientes ni trabajadores. Baja los humos.

—¿Queréis acabar como Denis? —todas negaron—. Bien, pues seguirme.

Cuando Nay se iba a voltear para seguir su camino hacia su casa, un cuerpo impactó contra ella, agarrándola de cuello y muñecas.

—Que ha pasado.

La impotente voz de Aynara resonó en toda la parcela. Gemma, Diana, Jhuliana, Alexia y Paula decidieron no entras en detalles con Aynara... Mas sabiendo como era ella.

—Suéltame, asesina.

Nay hizo un amago para darle un puñetazo a Aynara, pero la isleña le agarró aún más fuerte y tiró del cuello de su camiseta.

—Contéstame, ¿o quieres acabar como Denis? —habló Aynara, repitiendo las palabras de Nairylein.

Los agentes de Luna seguían presentes por los alrededores, y estaban listos para disparar si hacía falta.

Nay notaba como el aire dejaba de llegarle a los pulmones, y comenzó a sudar.

Jhuliana apretó los puños y descargó una patada en el tobillo de la canaria.

Aynara se quejó, pero a la vez rió. ¿Iban a seguir jugando? Pues genial, ella no iba a detener la partida.

Soltó lentamente a Nay y la miró con los brazos cruzados, seria. No le preocupaba mucho la venezolana, ya que al estar tan pegada a ella, había notado que no llevaba consigo ningún arma.

—Esto a ustedes no os incumbe —Aynara se volteó molesta y miró a las cinco chicas—. Un señor, en su día me enseñó que la curiosidad mató al gato, y no me apetece acabar mal. Por lo tanto, si no os importa, este es un tema entre ella y yo.

Falsas Ilusiones |Denis Suárez| Where stories live. Discover now