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La mejor fortaleza de una persona, es su sonrisa. La sonrisa que llega y viene del alma. Por la cual todos suspiramos y nos alegramos. La sonrisa por la cual todos buscamos un objetivo. Esa sonrisa.
- Yo también estoy harto. – susurro Ruggero. Me acerque lo más silencioso posible, y me senté en el piso a su lado- ¿Por qué no cogías el móvil? - no conteste – ni contestes. De seguro estabas con tu noviecito - dijo con asco.
- Estaba con Malena ya te lo dije.
- Ya, claro. Contéstame algo ¿Cuándo me dijiste que te ibas a dormir, si era cierto o te estabas acostando con Hale? – me miro fijo. Me levante indignada. – Joder ahora ¿A dónde vas?
- Aunque Candelaria soporte tu humor pesado. Yo no lo voy a ser. No soy una estúpida a la que puedas pisotear. Yo no soy tu novia. Yo no soy nada tuyo Ruggero que te quede claro, no voy a dejar que me trates así. – lo desafié – Idiota. – susurre. Sali deprisa de ahí. Lo odio, de verdad que lo odio.
- Karol – lo oí hablar – Karol – hablo más fuerte pero lo ignore.
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- Pero dime tia, ¿Dónde carajos queda el baño para que te demoraras tanto? – hale me hablo.
- Perdón, pero no sabía a donde era, entonces me demore en encontrarlo. ¿De qué me he perdido? – intente sonar lo más normal posible.
- Pues... Candelaria se fue, y Ruggero no ha vuelto. Al parecer discutieron.
- ¿Cande se fue? ¿Por qué?
- No, lo sé. Dijo que estaba cansada. Pero pues yo la note como triste.
- ¿Neta? Pobrecita.
- Si, pobre chica.
- Karol podemos hablar – dijo ruggero mirando a Hale seriamente.
- ¿Sobre qué? – le conteste indiferente.
- Sobre una escena de soy luna – contesto de la misma manera.
- Ha, eso lo podemos hablar el lunes. Es sábado y ya termine mi horario laboral. Lo siento – puntualice.
- Karol. - Me advirtió con brusquedad.
- No te preocupes ve hablar con él. No hay ningún inconveniente.
- ¿De verdad?
- Por su puesto que si es tu compañero, Yo iré a hablar con Michael. El chico me cayó muy bien.
- Okey no me demoro – le di un beso en la mejilla y me levante - ¿vamos? – le dije a Ruggero.
- Vamos.
Caminamos hacia la parte de atrás del lugar en completo silencio. Yo estaba incomoda, el también lo estaba.
- Y....
- Tu novio confía mucho en ti – sonrió – cree que solo soy tu compañero – sonrió- te imaginas si supiera lo que hay entre tu yo.
- No hay nada entre tú y yo – conteste.
- ¿Por qué tenías que traerlo? ¿Por qué en mi cumpleaños? – no conteste – no me gusta verte con él.
- Ahh...
- Deja de hablar así.
- ¿así como?
- Así, tan seca. Odio que seas así conmigo. No lo soporto.
- Y yo odio que te comportes como un gilipollas. ¿que hacemos?
El silencio se hizo presente en la conversación. Los dos sabíamos que si seguíamos a hablando nos heriríamos más.
- Quiero pasar la noche de mi cumpleaños bien contigo, ¿será posible? – solto de golpe.
- ¿Qué? – susurre.
- Hoy cumplo 23 años. Y desde que me dijiste que ibas a celebrar conmigo mi cumpleaños, no he podido sacarme eso de la mente. Y ya que la niña no ha pasado el suficiente tiempo conmigo para celebrar mi día como se merece, por estar complaciendo a su novio. Quiero que por lo menos pases el resto de la noche conmigo – me dijo con una sonrisa. - ¿es posible?
- Depende, ¿te vas a seguir comportando como un idiota? – sonreí
- Pensé que era un gilipollas.
- También. - sonreí.
- Te juro que me comportare.
- ¿Pinky promise?
- Pinky promise – me abrazo dulcemente
- Está bien. No voy a ser la responsable de que tu cumpleaños no termine bien – se burlo.
- Nunca pensé alegrarme tanto con esas palabras – rio. joder su risa es lo más lindo que he escuchado. Podría escucharlo todo el día, a todas horas. Su risa me llena muchísimo. Me siento feliz si él también lo está. Aunque esto no este nada bien ante la mirada de la sociedad, eso es lo que lo hace más divertido y tentador. si a nosotros nos hace felices, ¿Por qué preocuparnos por los demás?
