Todo aclarado

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-1...2...3, ¡salí!- gritó Lauren comenzando la búsqueda.

Se habían puesto a jugar luego de que Emily convenciera a sus mamás y sobretodo a Camila, quien no quería que la ojiverde jugara, aún no sanaba del todo.

Al final Lauren y Emily lograron convencerla, asegurándole que sus heridas estaban mejor.

Y ahora estaba ahí.

Buscó en la casita de su hija, en el columpio y en el cobertizo, pero al no encontrar a nadie cruzó el césped del patio trasero para ingresar silenciosamente por el ventanal que conectaba con la cocina. Deslizó la puerta y fue directamente al segundo piso.

Nada. ¿Qué mierda pasa? Se supone que estaban jugando a las escondidas.

Como no encontró a nadie, mejor bajó las escaleras, con algo de cuidado para no sentir molestias en las partes heridas.

Al estar en la primera planta unos gritos anunciaron su derrota.

-¡Por mí!

-¡Por mí!

-La puta madre...- murmuró desde la cocina Lauren. Se asomó a la parte posterior, cruzada de brazos en el ventanal y con una mueca. Acababa de pasar por ahí hace unos instantes.

-Mami, Lorem es mala en este juego...- se quejó la ojiazul sentándose en el césped.

Camila la imitó y se sentó a su lado. Lauren se unió a ellas también.

-No se vale hacer trampa, enanas- les discutió Lauren un poco picada por la derrota.

-No es nuestra culpa que no juegues bien, Laurenzooo- se defendió la niña.

-¡Cómo me dijiste, enana?- preguntó entre sorprendida y divertida la ojiverde.

Camila no hizo nada más que reír cuando Lauren alcanzó a Emily y la atrajo contra sí para hacerle cosquillas.

-Pero Tía Dinah te lo dice siempre- respondió la rubia agitada por las cosquillas.

-Bebé, muchas veces te he dicho que no repitas las cosas que Dinah dice, tu tía está muy loca- le recordó Camila.

-Tiene "issues" en la cabeza- susurró la pelinegra a la niña, ante eso, Emily rió mostrando sus dientecitos.

-¿Se pueden dar un besito?- dijo Julianne desde las piernas de Lauren.

La morena sonrió y Lauren alzó las cejas.

Las dos cubanas se quedaron mirando.

Camila se acercó a Lauren y le dio un pico. Sólo para demostrarle a la pequeña.

-Y uno a mí.

Ambas adultas carcajearon y despositaron, cada una, un beso en una de las mejillas de su hijita.

Luego la vieron pararse y empezar a correr por todos lados, era como un tornado.

Cualquiera diría que es una mini Camila, por supuesto, con manías de Lauren.

Pronto oyeron una bocina sonando y Emily dejó de jugar al avioncito y paró de correr por todo el lugar.

-¡Brujita!- gritó una voz a lo lejos.

-¡Tía Dinah ha venido por mí!- exclamó encantada la pequeña.

Emily salió disparada como rayo hacia la casa.

-Le has dado permiso para ir con quien más cosas malas le enseña- dijo sonriendo la de tez pálida.

-Tenemos algo pendiente.

Bajo el mismo techo (Camren)Where stories live. Discover now