Era hoy...

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2 semanas después...

Era de mañana, aproximadamente las 9:00 en punto, estaba nublado y se notaban nubes cargadas a lo lejos de la casa Camren.

-¿Camila?- habló Lauren. La pelinegra estaba en una orilla de la cama, justo a un costado de Camila -Camz- susurró acercándose al oído de la dormida -Amor...- susurró denuevo, consiguiendo que Camila comenzara a fruncir el ceño -Morenita de mi vida- dijo con su acento cubano -Ma brune...- susurró en francés la mayor -Mein liebe- moduló en alemán y esta vez dejando un beso en la parte superior de su oreja.

Lauren se escondió en su cuello, aspirando el aroma dulzón del perfume de Camila. Besó el huequito que tanto le gustaba y salió de ahí para volver a contemplarla.

-Mmm...- murmuró adormilada aún la castaña con los párpados cerrados.

-Buenos días- dijo la ojiverde observando a Camila moverse y desperesarse lentamente con gestos adorables -¿Qué pasa?¿Por qué mi Camz no quiere dejarme ver sus hermosos ojos?- le preguntó con gracia.

-Sigue diciéndome cosas lindas- le pidió de forma aniñada y con los ojos cerrados.

Ambas soltaron una risita.

-Je n' aime que toi- dijo la mayor en francés nuevamente y le dejó un beso en la mejilla a la morena.

-No sé qué significa, pero vuélvemelo a decir- Camila abrazó a Lauren por el cuello.

-Je n' aime que toi- susurró lento la pelinegra. Camila al sentir el aliento cálido de Lauren, se dio cuenta de cómo su voz aún le erizaba la piel.

-¿Qué significa?- interrogó la menor curiosa, como niña mimada cuando obtiene un dulce.

-Abre los ojos primero- condicionó la de piel más clara.

-Dime qué significa primero- exigió la morena. Rápidamente la ojiverde se refugió en el cuello de Camila -Hey- le habló Camila empujando suavemente, a la mujer sobre ella, por los hombros sin conseguir apartarla para encararla. Camila abrió los ojos por completo.

-Estoy taaan bien aquí.

-No desvíes el tema, Lolo.

-Es mucho mejor cuando no sabes lo que significa- dijo contra la piel de Camila.

-Vamos...

-Noup.

-¡Lolo!

-Me da vergüenza. Me pones nerviosa.

-¿Aún te pongo nerviosa?- preguntó con orgullo evidente la menor.

-Ajá- admitió esquivamente la otra.

-Eso es bueno- comentó la castaña acariciando la espalda de Lauren.

-Para mí no, puedes ocupar eso a tu favor y hacerme gobernada.

-Para mí lo es.

Camila sonrió ampliamente y dejó un beso en la cabeza de la pelinegra.

-Eres mala y astuta- aceptó Lauren mirándola a los ojos y poniéndose entre sus piernas.

-Así me quieres- la desafío.

-Así te quiero, aunque seas una niña berrinchuda y termine cuidando yo sola a nuestra hija- la molestó la ojiverde.

-Yo creo que va a ser al revés, las tendré que cuidar a las dos. De hecho, ya lo hago, ¿o se te olvidó lo que quisieron hacer la semana pasada en la cocina?

Bajo el mismo techo (Camren)Where stories live. Discover now