Bajo el mismo techo (Camren)

Visitar a mami

Narra Lauren...

-Hola Jul, ¿cómo te sientes, mi amor?- pregunté inclinándome en la camilla y acariciándole la mejilla a Julianne cuidadosamente.

-¡Mamá!- dijo saltando de la cama para darme un abrazo.

-Wow... Veo que estás mucho mejor- acaricié la cabeza de mi hija por encima de las vendas.

-Síp- asintió Jul- ¿Y mami?- preguntó volviendo a sentarse en la camilla.

-Aún no despierta, cariño-agaché la cabeza y continué- Pero ya lo hará. Sólo hay que darle... Tiempo... Ya sabes cómo es mami... Le gusta dejar esperando para hacerse la importante- traté de no romperme ante ella.

-Ya quiero que despierte para que vea mis dibujos- se entusiasmó Jul.

-Bueno... Ya que hoy te dan de alta la iremos a ver, ¿te parece?- le pregunté recomponiendo mi expresión.

-¿Tú crees que esta vez si le canto una canción despierte?- me preguntó inocentemente... Pero no podía responderle la realidad... La maldita realidad... No podía decirle que su mami quizás no despertaría... Y yo no debía perder las esperanzas... Camila no podía dejarnos...

Esto no podía quedar así... Estas dos semanas se me hacían tan desgastantes, entrando y saliendo del hospital.

Lo único que me deja satisfecha es que él está muerto y enterrado... Ni siquiera eso, ardió en ese auto en llamas.

-Por supuesto... Deberías hablarle con tu hermosa voz lo más posible... Cantarle quizás... De ese modo querrá despertar porque oirá nuestras voces y las extrañará mucho...- traté de animar a mi pequeña rubia.

-¡Sí!- saltó nuevamente en la camilla haciendo que me estremeciera de los nervios... Está muy inquieta hoy...

-Pero debemos vestirte primero... Así que ven... Te traje ropa... Veamos- dije haciéndoles señas para que se sentara y se acercara- Vamos a vestir a está niña hermosa... ¿Ya te he dicho que tus ojos son los más lindos del mundo?- pregunté sacándole la parte superior de su pijama.

-A mami también le dices lo mismo- Mierda... No puedo llorar... Por mi hija...

-Pues sí... Pero hay una graaan diferencia...- traté de distraerme mientras ya le ponía su camiseta de Minnie Mouse- Los tuyos... Son preciosos igual que los de mami y me recuerdan al mar... Y tus pestañas...- le tomé las manos tratando de no tocar sus vendas- Son las más largas que he visto... Nunca vi unas como las tuyas...- le dije tiernamente viéndola asentir y estirando sus labios.

-Y a mami le gustan mucho tus ojos y mis ojos también... Ella siempre lo dice cuando tú te vas a trabajar... Y dice que eres muy linda y que nos quiere a las dos- dijo Emily balanceándose al son de un ritmo inexistente y sacándome una sonrisa.

-Yo también te quiero a ti y a mami... Mucho, cariño- le recordé abrazándola protectoramente- Nunca olvides lo mucho que te amamos mami y yo.

Juro que si no fuera por Jul... Estaría llorando.

-Ahora niña hermosa... Los pantalones- se acomodó para que le sacara la parte de abajo del pijama.

-¿Si fuera niño también me querrías?- preguntó Emily y yo la quedé mirando.

Le sonreí.

-Claro que sí.

-Vale... ¿Y no te enfadas si no soy un niño?

-Por supuesto que no, a mí me da igual si eres niño o si te quedas como una niña... Eres mi bebé y siempre lo serás- le dije abrazándola contra mí.